Al ponerse en contacto con sus empleados y reconocerlos a nivel personal, las empresas y los líderes pueden mejorar significativamente la experiencia de los empleados haciendo que se sientan valorados y conectados.
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Los humanos tenemos una necesidad innata de pertenecer: los unos a los otros, a nuestros amigos y familiares, y a nuestra cultura y país. Lo mismo ocurre cuando estamos en el trabajo. Cuando las personas sienten que pertenecen al trabajo, son más productivas, están motivadas, se comprometen y tienen 3,5 veces más probabilidades de contribuir a su máximo potencial, según nuestra investigación en Centro de innovación del talento.
Para comprender mejor el impacto emocional de la pertenencia y, a la inversa, el sentirse excluido, lanzamos el Barómetro de pertenencia de EY estudio, que encuestó a 1000 adultos estadounidenses empleados.
Nuestro estudio corroboró la existencia evidencia que la exclusión es un problema creciente. Descubrimos que más del 40% de los encuestados se sienten aislados física y emocionalmente en el lugar de trabajo. Este grupo abarcó generaciones, géneros y etnias.
De hecho, la mayoría de las personas acuden primero a sus casas (62%), antes que a sus lugares de trabajo (34%) cuando se trata de los lugares donde sienten el mayor sentido de pertenencia. Si bien el lugar de trabajo supera a las comunidades vecinales (19%) y los lugares de culto (17%), muchas personas pasan la mayor parte de su tiempo en el trabajo, y es imperativo crear comunidades en el lugar de trabajo donde la gente sienta que pertenece.
Esto nos dice que mucha gente quiere más conexión con las personas con las que trabajan. Entonces, ¿cómo pueden las empresas conectarse de manera más eficaz con los empleados y ayudarlos a sentir que pertenecen a su comunidad laboral? Los resultados de nuestra encuesta apuntaron a una solución sencilla: crear más oportunidades para que los colegas se pongan en contacto entre sí.
Descubrimos que el 39% de los encuestados siente el mayor sentido de pertenencia cuando sus colegas se comunican con ellos, tanto personal como profesionalmente. Esto era cierto en todos los géneros y grupos de edad, y el check-in era la táctica más popular para establecer un sentido de pertenencia en todas las generaciones. Al ponerse en contacto con sus empleados y reconocerlos a nivel personal, las empresas y los líderes pueden mejorar significativamente la experiencia de los empleados haciendo que sus empleados se sientan valorados y conectados.
¿Qué no parecía importar tanto para pertenecer? Enfrentarse a tiempo con los altos directivos que no era personal. Que los altos directivos lo invitaran a eventos o presentaciones grandes o externos, así como que nos copiaran en sus correos electrónicos, simplemente tenía menos significado para los empleados a la hora de sentir un sentido de pertenencia.
El arte del registro
En EY, hemos dedicado mucho tiempo a considerar la importancia de ponernos en contacto con nuestra gente, como una forma de entablar relaciones con regularidad y de ofrecer apoyo tras noticias o eventos importantes. Por supuesto, las personas tienen diferentes preferencias sobre cómo se conectan entre sí en el trabajo. Si bien algunas personas pueden querer sentarse y hablar, algunas pueden preferir un chat digital y otras puede que no estén dispuestas a interactuar en absoluto. Aprender a interactuarse con los empleados de una manera que se sientan cómodos es clave para crear un sentido de comunidad. He aquí algunos consejos que debe tener en cuenta a medida que encuentre la forma correcta de ponerse en contacto con sus colegas:
Aproveche las pequeñas oportunidades para conectarse: Intente establecer conexiones con sus colegas que comuniquen que usted valora, entiende y se preocupa por ellos. Sea presente, sienta curiosidad y aproveche las pequeñas oportunidades diarias para conectarse de manera auténtica. Por ejemplo, un sencillo«¿Cómo le va? ¿En qué puedo apoyarlo?» podría recorrer un largo camino en casi todos los entornos.
Compruebe el sesgo en la puerta: Los check-ins son un momento para escuchar los puntos de vista de otra persona, no para debatir o persuadir. Si alguien comparte algo que no entiende o con lo que no está de acuerdo, podría considerar reconocer su punto de vista o pedirle que le cuente más. Puede que se sorprenda gratamente con su respuesta. Por ejemplo, “Cuénteme más al respecto» o «Nunca lo había pensado desde esa perspectiva, pero me doy cuenta de que podemos vivir la misma situación de diferentes maneras, así que agradezco que me lo explique».
Asumir una intención positiva: Inicie una conversación con sus colegas creyendo que quienes hablan o escuchan tienen buenas intenciones, especialmente cuando se trata de temas difíciles. A veces puede buscar en estos temas, pero asumir una intención positiva le ayudará a hacer una pausa, hacer preguntas aclaratorias y a conectarse de una manera más significativa. A veces, estas pausas marcan una gran diferencia. Está bien decirlo» Hago una pausa porque no sé qué decir», o «Hago una pausa porque quiero aprender más de usted».
Está bien ser vulnerable: Busque la opinión de sus colegas, especialmente de aquellos que son más jóvenes para usted. Demuestre su confianza en ellos a través de la forma en que se comunica y actúa según sus comentarios. Por ejemplo, expresar la vulnerabilidad reconociendo sus puntos de vista y hablando abiertamente sobre los desafíos a los que se enfrenta humaniza la relación que tiene con sus compañeros y dirige los informes.
Sea coherente y responsable: Sea transparente y modele un comportamiento coherente e inclusivo, incluso bajo presión o durante conversaciones difíciles. Espere, refuerce y premie la responsabilidad de los demás. Por ejemplo, ofrezca una conversación a los miembros del equipo cuando ocurra un evento difícil y modele un comportamiento inclusivo en sus propias interacciones para dar ejemplo a los demás miembros del equipo.
Estos cinco consejos pueden ayudar a guiar el camino, pero el viaje hacia la verdadera inclusión es interminable. Es un camino continuo que requiere el compromiso de los líderes, sobre todo a medida que más personas recurren a sus comunidades de trabajo en busca de validación, seguridad, realización y felicidad.
A su vez, esto produce enormes beneficios a gran escala, desde empleados comprometidos hasta la retención de clientes y mejores resultados financieros. Al empezar con cosas simples como un registro de entrada, todos tenemos el poder de marcar la diferencia en la vida de los demás e incluso en el resultado final.
Fuente: Harvard Business Review
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