27 abril, 2018

Más agua, más vitalidad

Angie López noviembre 22, 2016

El agua es esencial para la vida humana, para los animales y la naturaleza, por eso el Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo en todo el mundo, recuerda al planeta lo importante que es cuidar el recurso hídrico por el crucial papel que juega y recalca lo vital que resulta su consumo en la salud.

El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, desempeñan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. “El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y el medio ambiente”, afirma UN Water, mecanismo de colaboración de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la ONU es garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.

“El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño”, afirma la ONU.

En la región centroamericana la cobertura de agua potable aumentó en las últimas dos décadas un 9%, al pasar de 81% en 1990, a 90% en el 2012. Sin embargo, persisten problemas asociados a la calidad del servicio, que tienen que ver con la frecuencia y calidad del agua, entre otros aspectos, según una publicación denominada Entre Aguas, de Global Water Partnership (GWP) Central America.

También, el agua es vital para la generación de electricidad, según el estudio “Situación de los recursos hídricos en Centroamérica”, publicado en marzo del 2017 por GWP, más de la mitad de la electricidad que se consume en Centroamérica es producida por centrales hidroeléctricas y el resto por plantas que utilizan productos derivados del petróleo, eólico y solar en menor escala. Una pequeña parte es generada por combustión de madera.

Importante hidratarse

Durante el verano y cuando realice ejercicio o actividad física el consumo de agua es indispensable. Hidratarse adecuadamente es necesario para mantenerse saludable y evitar las consecuencias de la deshidratación.

Si tiene sed, preocúpese porque este es el síntoma principal del inicio de la deshidratación, que es el proceso en el que la pérdida de agua es superior a la ingesta y que puede afectar el funcionamiento físico y mental; por ello, no espere a que su cuerpo le avise.

Si bien es posible hidratarse con bebidas naturales o consumiendo algunas frutas, el líquido por excelencia es el agua, pues debido a sus múltiples propiedades desempeña numerosas funciones corporales esenciales para vivir y resulta vital para los procesos metabólicos que ocurren en el cuerpo.

“Las necesidades diarias se pueden cubrir con agua, jugos de frutas sin azúcar añadida, infusiones, sopa y jugos verdes sin azúcar añadida. También, a la misma agua se le puede agregar jugo de limón o una gota de aceite esencial para darle aroma”, comenta Keylin Soto, nutricionista costarricense.

¿Cuánto?

Las necesidades diarias de agua dependen de aspectos como la edad, el sexo y la función renal, entre otros (factores endógenos), así como de la temperatura y humedad ambiental, dieta, hábitos de bebida o actividad física (factores exógenos).

Sin embargo, expertos del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (Incap) indican que en adultos se recomienda entre dos y dos litros y medio de agua diarios (incluye agua y agua contenida en alimentos), para una actividad física y temperatura ambiental moderada.

Con calor o actividad física el requerimiento de hidratación es mayor. Los nutricionistas del Incap estiman que se puede perder de 2% a 7% del peso en agua durante una sesión de ejercicio, por lo que se debe reponer el líquido con, al menos, un litro de agua luego de la sesión, aunque la hidratación debe ser continua.

La nutricionista Keylin Soto aconseja medir el color de la orina para saber el nivel de hidratación. “Ni muy oscura, ni muy clara, el color ideal es un amarillo pálido”, detalla.

La deshidratación leve (1%-2% de agua) puede causar sed, boca seca, pérdida de apetito y aumento del trabajo cardiaco; conforme la pérdida de agua es mayor, los efectos son más graves. En pérdidas superiores al 10% del peso corporal puede ocurrir la muerte.