• 3 septiembre, 2024

Abandonó su sueño de ser médico para ser una feliz emprendedora

Abandonó su sueño de ser médico para ser una feliz emprendedora

Nina Argibay es la propietaria de “YoYo Boutique», la única tienda exclusiva para bautizos y primera comunión.

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Por Milagros Sánchez Pinell

Desde los ocho años, Nina Argibay comenzó a dar muestras de una de las características más sobresalientes y determinantes de su personalidad: el emprendedurismo.

Su primer proyecto fue la elaboración de ricas mermeladas de mora, maracuyá, fresa y guayaba, gracias a las enseñanzas de su abuelita Antonia. De allí nació la marca Ninaar que durante cuatro años vendió a nivel nacional en los supermercados y tiendas de delicatessen de Venezuela.

Posteriormente, emigró a Estados Unidos, un cambio que significó un gran desafío en su vida por el idioma, el sistema educativo y la cultura, superándose con tenacidad y optimismo.

Cuando terminó la secundaria decidió estudiar Medicina. Se graduó con honores en Biología y a punto de ingresar a su carrera soñada realizó un giro de 180 grados.

Nina, la futura “doctora”, decidió colgar la gabacha blanca y ponerse el traje de emprendedora, una vez más. Así nació “YoYo” en Fontainebleau, Florida en 2016 bajo el concepto de ropa infantil elaborada en España.

Sin embargo, al cabo de tres años, su fundadora tomó la decisión de arriesgarse nuevamente y convertir la tienda en un negocio exclusivo para bautizos y primera comunión. ¡Una decisión muy acertada!

Hoy en día, la tienda se especializa en vestidos y conjuntos españoles, hechos a mano y de muy alta calidad, diseñados por la propia Nina. Además, ofrece accesorios como: rosarios, collares, zapatos, alfileres para bebés, velos y diademas, entre otros. Todo “made in Spain”, como recalca la dueña de “YoYo Boutique”.

Actualmente, Nina, de 29 años, estudia una maestría en Manejo de Moda y Lujo en el Instituto Marangoni en Miami. Formación académica que le permitirá crecer aún más como empresaria.

Revista Vida y Éxito, conversó con Nina Argibay, una joven emprendedora y una diseñadora empírica, a quién, además, le apasiona elaborar cerámica, para contarnos de su experiencia como empresaria.

¿Qué significa ser emprendedora?

Ser emprendedor es un 360. Tienes que saber hacer de todo un poco y nunca ser solo jefe. Para ser jefe puedes ir por el mundo corporativo. En cambio, ser emprendedor es tener 100 sombreros diferentes y cambiarlos dependiendo de las necesidades del negocio. En mi caso tengo los sombreros de diseñadora, compradora, vendedora, creadora de contenido, página web, entre otros.

¿Qué obtuvo de su negocio de mermeladas?

Lo primero que me dio fue la responsabilidad de poder cumplir con los plazos de entrega, con el pedido, hacer pronósticos de cálculo, de precios y de costos, entre otras cosas más. Todo eso en realidad lo llevaba yo, es cierto que le preguntaba a mis papás, pero la responsabilidad la tenía yo, a pesar de tener nueve años.

¿Cómo nació la idea de abrir una tienda?

Terminando el bachillerato mi mamá me dijo que estaba pensando en abrir una tienda y me pidió que le ayudara. Esa ayuda se fue volviendo permanente y aquí está el resultado de eso. Honestamente en papel era de ella, pero desde el primer día YoYo ha sido mi feliz responsabilidad.

¿Cómo fue ese proceso?

Tenía todo listo para estudiar Medicina cuando decidí parar y cambiar el rumbo. Me atacó la idea de ser mi propio jefe, de dormir “horas normales”, entre comillas porque honestamente se duerme poco siendo emprendedor, y de tener un ritmo más fácil. La gente cree que ser emprendedor es rico, pero honestamente requiere mucho sacrificio, perseverancia y compromiso. Es cierto que mis papás pusieron la inversión, pero sin mi sudor, sangre y piel en mi proyecto esto sería diferente. Para tener un negocio es necesario tener las metas claras, mucha paciencia, trabajo y disciplina.

¿Alguna vez se arrepintió de abandonar su sueño de ser médico?

Sí, es complicado porque siento que de alguna manera tengo dos vocaciones, ser emprendedor y ser médico. Pero, ya hice las paces con eso. Ya dije, voy a mirar hacia adelante porque tengo que vivir en el presente y disfrutar la tienda.  Para arrepentirme ya es demasiado tarde. Así que, pase página.

¿Por qué decidió cambiar el concepto de la tienda?

Al inicio vendíamos ropa infantil bonita y muy coqueta. Como en el 2019 empiezo a incluir trajes de Bautizo y Primera Comunión y veo que tiene éxito. Sin embargo, una clienta me cambió la forma de ver las cosas. Recuerdo que me dijo que por qué comprar un vestido de US$200 para su niña cuando podía ir a Zara con US$100 y comprarle cuatro vestidos y con los otros 100 ponerse botox. Allí me di cuenta de que existía la tradición de vestir a los niños de marca, pero carecían de la cultura de vestirlos como niños, es decir, más tradicional. Entonces, fue cuando me di cuenta de que tenía que saltar al abismo y poco a poco hice la mutación a lo que es hoy YoYo Boutique.

¿Qué ofrece la tienda?

Nos gusta decir que somos un “one – stop shop» porque en YoYo encuentras todo. Incluso, tenemos los recuerdos y las invitaciones. Para nosotros es importante que el proceso sea de lo más fácil, suave y tranquilo para las mamás. Además, tenemos una selección, que es mínima, pero muy especial de “primera puesta” de recién nacido para cuando sale del hospital o sus primeros días.

¿Quién es su clientela?

Tenemos mucha clientela de América Latina. Es bonito porque hay gente que viene exclusivamente a la tienda porque consideran que es tan, pero tan bonito que nunca creen que sea real y necesitan venir, tocarlo, sentirlo o mandan a un familiar. Una vez que se atreven a hacer la compra podemos enviarlo a cualquier parte del mundo. Hemos enviado vestidos a Croacia, Kuwait y Australia. En realidad, puedo decir que hemos enviado a por lo menos un país de los cinco continentes.

¿Cómo llega a diseñar el vestuario que vende?

La moda en España es diferente a la de aquí. Por ejemplo, para los vestidos de bautizo de varones les encanta el encaje de puntilla con flores y detalles, que sean muy coquetos. En el tema de los trajes de comunión usan mucho el color. En cambio, aquí son blancos y muy clásicos. Entonces, me fui adaptando y creando diseños conforme el gusto de mis clientes. Mi trabajo también consiste en viajar a España y meterme en las fábricas para supervisar todo el trabajo. Para mí es importante ver cómo son en la vida real y si son tal como me los imaginé.

¿Qué es lo más apasionante de su negocio?

Me encanta ver la cara de las niñas cuando están en YoYo, así como el servicio que le damos a cada una de ellas y la experiencia que tratamos de que se lleven. Verlas felices saliendo de la tienda con el vestido que soñaron para mí es como decir “trabajo bien hecho». Las fotos que salen en Instagram son de mis clientes. Considero que si una cliente te comparte una foto de su hija para salir en las redes sociales de una tienda, que es pública, significa que quedaron súper felices.

¿Qué ha aprendido durante estos años con “YoYo”?

Recientemente aprendí a valorar mi tiempo. Si la tienda está cerrada nunca atiendo el teléfono porque necesito recargar baterías. Me tocó aprender a la fuerza que se necesita descansar y liberar para dar lo mejor de uno al día siguiente.

¿Cuáles son sus planes?

Este año estamos expandiendo en línea para llegar a más mamás fuera de Miami. Por otro lado, estoy empezando a crear una línea de vestidos bonitos para cortejos de bodas que podrán usarse múltiples veces. Eso es algo que se viene para el 2025.

 

 

Etiquetas: emprendedurismo / Estados Unidos / marca Ninaar / Nina Argibay / roaring 20's / “YoYo Boutique” / “YoYo”

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