15 diciembre, 2015

Un cambio maestro

Susana Ruiz septiembre 2, 2014

Poseer un grado académico superior se ha convertido en requisito para optar por puestos de dirección en las empresas.

En un mundo tan competitivo como el de hoy, las maestrías y posgrados se han convertido en una necesidad para los profesionales, no solo para ampliar sus conocimientos sino también su horizonte laboral y poder optar por cargos directivos.

Los tiempos cambian. Demostrar capacidad y tener un grado universitario de bachiller o licenciado dejaron de ser suficiente dentro de un mercado laboral que cada día pide más.

Los profesionales buscan ampliar su horizonte laboral con una maestría. — Los profesionales buscan ampliar su
horizonte laboral con una maestría.

“La decisión de estudiar una maestría está íntimamente ligada al plan de vida profesional
y personal de cada individuo. Lo que la persona debe tener muy claro es que conforme han pasado los años, los requerimientos mínimos del mundo corporativo han ido aumentando”, comenta Luis Umaña Timms, director ejecutivo del Programa de MBA de Incae Business School.

Umaña pone como ejemplo que en las décadas de 1960 y 1970 era común que empresas contrataran personas que no tenían un título universitario pero sí la experiencia relevante. Para las de 1980 y 1990, el título universitario ya era requisito de mandos medios en adelante y una maestría era un plus. Ahora, sin ese “valor agregado” las posibilidades de escalar dentro de las principales empresas nacionales y extranjeras son prácticamente nulas.

“En un entorno globalizado, se requieren cada vez más profesionales capacitados, actualizados y dotados de habilidades gerenciales. Sin duda alguna, una maestría brinda a los ejecutivos las herramientas, conocimientos y actitudes necesarias para que puedan mantener su empleabilidad
y ascender a puestos de trabajo de mayor rango, responsabilidad y remuneración”, afirma Ricardo Greco Guiñazú, presidente de ADEN International Business School.

A esto le podemos sumar que las compañías están buscando personas con “estudios avanzados en carreras donde aprendan a trabajar en equipo, a tomar decisiones, a enfrentar y solucionar problemas complejos y que posean habilidades para la investigación”, señala Henry Rodríguez
Serrano, rector de la Universidad San Marcos, miembro de la Red Illumno.

A campo abierto

Profesionales en informática, recursos humanos, economía, derecho, comunicación, finanzas, mercadeo, educación, tecnología y salud, son los que más desean elevar su perfil académico
con un posgrado y empaparse de las nuevas tendencias en sus respectivos campos.

“Estos individuos buscan volver a la escuela para adquirir una mejor comprensión de los mercados globales, análisis de negocios y administración general. También se ha identificado
crecimiento en el sector del emprendimiento”, afirma Anuj Mehrotra, vicedecano para Programas de Graduados de Negocios en la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de Miami, EE. UU.

Esto ha llevado a las universidades a ampliar su oferta académica para cubrir las necesidades de una población con intereses y experiencias laborales muy diversas, detalla Sonia Domian Asenjo, directora del Centro Internacional de Posgrados de la Universidad Latina de Costa Rica.

Hay también quienes cursan una maestría para reorientar su camino profesional.

“Muchas veces los ejecutivos se enfrentan al hecho de que su carrera de grado les limita el crecimiento jerárquico, por lo que ven necesario ampliar su perfil. Una maestría les brinda en corto tiempo conocimientos más completos, que los capacita adecuadamente para acceder a posiciones que impliquen mayores responsabilidades. Quienes aspiran a iniciar sus propios emprendimientos, también deben prepararse para asumir retos con mayores posibilidades
de éxito”, explica Greco.

Título que vale por dos

Una vez que se decide estudiar una maestría, los interesados se ven en la disyuntiva de si hacerlo en su país o en el extrajero. Para eso deben analizar los programas de cada institución,
así como las facilidades académicas y económicas que ofrecen.

La estrategia competitiva de las universidades nacionales es velar por tener programas actualizados, un cuerpo docente de alta calidad y convenios con academias de gran prestigio
del extranjero, para que los títulos que otorgan tengan reconocimiento nacional e internacional.

Tal es el caso de la Universidad San Marcos, cuyas maestrías de administración de empresas
tienen la doble titulación. Asimismo, en materia de financiamiento tienen convenios con Conape y diversos bancos. “Contamos también con un sistema de pagos flexible (letra de cambio), sin ningún interés, y otros beneficios financieros para nuestros egresados”, dice Rodríguez.

Otro ejemplo es la Universidad Latina de Costa Rica, que, al ser parte de la Red Laureate, permite a los estudiantes acceder a programas de actualización profesional con pasantías internacionales en más de 80 universides privadas y escuelas superiores en 29 países así como a seminarios de alta gerencia, entre otros beneficios, y en cuanto al pago de materias lo pueden efectuar por medio de un pagaré.

Por su parte, Alejandra Alquijay, directora de Operaciones de Acton MBA in Entrepreneurship de la guatemalteca Universidad Francisco Marroquín, asegura que “en muchas ocasiones, los programas de maestría en el extranjero tienden a ser de tiempo completo mientras que estudiar localmente da la posibilidad de trabajar simultáneamente”.

Ellos ofrecen becas a sus alumnos y la opción de completar el programa de maestría totalmente en Guatemala, o bien, estudiar los primeros cursos en esa nación y finalizar el programa en la sede de Acton School of Business, en Austin, Texas, EE. UU.

Optar por instruirse en el extrajero obedece en muchos casos a un mayor prestigio comparativo.

“Una maestría internacional, reconocida en muchos países, abre las puertas a los ejecutivos para acceder a cargos jerárquicos internacionales y con una remuneración superior a la que podrían aspirar en sus países”, afirma Greco.

Entre otras ventajas que les son atribuibles figuran el que facilitan rozarse con profesores de renombre mundial, acceder a planes de estudios adaptados a un contexto mundial e intercambios de experiencias y de mejores prácticas entre profesionales de diversas latitudes así como con empresas que desarrollan su actividad en un entorno global.

En el caso de los que desean una mayor especialización en educación empresarial, en la Universidad de Miami afirman que Estados Unidos siempre ha estado a la vanguardia en ese campo.

“La posibilidad de obtener una mejor comprensión de cómo las empresas hacen negocios en los mercados emergentes y los riesgos, así como recompensas, coloca a nuestros graduados en una posición para tener éxito al tomar decisiones para sus organizaciones”, dice Anuj Mehrotra,
vicedecano de dicho centro.

A través del Centro de Servicios de Carreras de Posgrado Ziff, esa escuela de negocios conecta los estudiantes latinoamericanos con potenciales empleadores en toda el área y proporciona oportunidades de redes y discusiones en paneles a través de la Asociación Empresarial de América
Latina, así como becas.

Entre la oferta, los cursos online son una buena alternativa para quienes ya están insertos en el mercado laboral y tienen agendas complicadas.

“Permiten realizar estudios de alto nivel y alcanzar un título de MBA con flexibilidad completa, tanto en términos de horarios como de localización”, agrega Greco.

Una maestría es su llave a una mejor posición laboral, el mercado está lleno de opciones y facilidades, solo falta que se matricule.