Adéntrese en la historia de ron Flor de Caña, marca emblema de Nicaragua, ganadora de más de 170 premios a la calidad, en los últimos diez años.
Con gran visión y espíritu aventuro, don Francisco Alfredo Pellas, fundador del Ingenio Azucarero San Antonio, creó un ron para celebrar el final de las cosechas. Así nació Flor de Caña, hace 125 años, en Nicaragua; hoy, un producto premium, reconocido entre los mejores del mundo.
Cinco generaciones de la familia Pellas se han encargado de mantener su fabricación, al amparo de lo que hoy es SER Licorera, con un control absoluto de todo el proceso: cultivo de la caña –a la sombra del volcán San Cristóbal, con un suelo rico en nutrientes y características únicas–, cosecha, procesamiento, añejado, embotellado y venta.
Desde 2012, turistas nacionales y extranjeros pueden hacer el Tour Flor de Caña y recorrer la destilería, ubicada en Chichigalpa, a solo una hora y media de Managua, para conocer los aspectos fundamentales de la elaboración del ron y toda la historia detrás de esa marca.
“Nuestra marca es clásica y contemporánea, combina tradición y modernidad, con un proceso artesanal masivo y rostro nicaragüense. Nuestro tour también es un orgullo. Con un concepto innovador, es un destino de clase mundial en Nicaragua. A la fecha, hemos recibido más de 27.000
visitantes; alrededor del 30% son extranjeros, principalmente procedentes de los cruceros que llegan a Puerto Corinto, así como de Alemania, Estados Unidos y Centroamérica”, comenta Mauricio Solórzano, gerente de Relaciones Públicas y embajador de Flor de Caña.
El recorrido
En la primera estación se encuentra la locomotora #5, que data de 1890, la cual trasladaba la caña y a los trabajadores al ingenio. Además, se prueba la melaza, materia prima del licor.
En el Cine Adela se proyecta un documental sobre la trayectoria de la compañía y sus acciones en responsabilidad social y ambiental. Posteriormente, se visita la Reserva de la Familia, una bodega subterránea donde se almacenaban sus mejores y más finas reservas de ron. Ahí se catan Flor de Caña Centenario 18 años y Ron Flor de Caña Gran Reserva, los más finos de su portafolio.
“Algo que distingue a todos nuestros rones es que se destilan cinco veces, mientras que la práctica común de la industria es de máximo dos destilaciones. Eso significa que tenemos, en boca de los expertos, uno de los alcoholes más finos del mundo y que los consumidores disfrutan un producto
al que se la han extraído todas las impurezas, muy noble y que no provoca resaca. Además, otros fabricantes utilizan el método solera, mezclan distintos rones; nosotros, no”, afirma Cristina Casado, gerente de mercadeo de Flor de Caña para Centroamérica y México.
De acuerdo con ella, eso permite que los rones jóvenes tengan una pureza y suavidad perfecta para mezclar y preparar cocteles, mientras que los rones más maduros y añejados adquieren un carácter complejo y balanceado “para brindar una experiencia única al paladar, perfectos para degustar
en las rocas o solos”.
En la sección de embarrilado se aprecia el armado artesanal de los toneles. No usan pegamento, ni clavos; las piezas se juntan a presión y unos aros de metal las mantienen unidas. Para evitar filtraciones, se forran con hojas de plátano.
En la Bodega Slow-Aged se envejecen los rones por un proceso natural y lento, en pequeñas barricas de roble blanco americano, expuestas a las altas temperaturas y a la humedad del trópico nicaragüense, sin la ayuda de aditivos, ni acelerantes artificiales. Con el paso del tiempo el licor adquiere todas sus características organolépticas. Cada tonel está rotulado con las fechas en que fue llenado, desde la década de 1980.
“Son barriles de 200 litros, anteriormente usados para almacenar whisky Jack Daniel’s; las quemamos y las limpiamos, pero han tenido un excelente bourbon dentro. La competencia tiende a usar barricas de 600 litros, por lo que nosotros logramos una interacción con la madera muy rica, con una cantidad de puntos de contacto entre el alcohol y la madera tres veces superior al promedio de la industria, lo que le otorga al ron más aroma, más sabor y calidad”, detalla Casado.
De acuerdo con los expertos, el añejamiento slow aged es la clave para obtener rones complejos, de notable color ámbar y con un excepcional sabor.
“Nuestra empresa tiene la reserva de ron añejo más importante del mundo y ya hoy, con otra visión y presencia en 50 países, en los cinco continentes, nos estamos preparando para continuar la expansión internacional con un cluster de ingenios. Se hicieron adquisiciones en Guatemala y Honduras, y se compró una destilería en Panamá”, relata la ejecutiva.
Detrás de la internacionalización de Flor de Caña, hay un plan de mercadeo para llevar la “experiencia Flor de Caña” al consumidor. “Vendemos un estilo de vida, estatus, pertenencia a un club exclusivo de conocedores; no solo el producto. Tenemos un licor que no tiene nada que envidiarle a un buen whisky”, explica Casado.
Y va más allá: “Flor de Caña es una marca unisex, que habla a hombres y mujeres por igual. Lo más poderoso es experimentar el producto. El consumidor que lo prueba, se queda con nuestro ron. En Centroamérica, somos el líder indiscutible en ventas, con una participación de mercado del doble sobre el segundo competidor, con crecimientos de dos dígitos en todos los países, año con año y líderes en top of mind”.
El tour termina en el Museo Flor de Caña, dentro de un edificio muy particular, con forma de tonel. En él se exhiben objetos históricos únicos. Además, hay una tienda boutique, con diversos artículos de la marca y un bar para degustar el ron de su preferencia.
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