• 18 agosto, 2014

Victoria sobre la adversidad

El progreso regional se detenía en el tiempo.

Sin embargo, al final de esa etapa y con la llegada de los 90, da inicio una época dorada en Centroamérica y Panamá. Todos los países comienzan a crecer económicamente.

Ese giro es una consecuencia de los tratados de paz que ponían fin a los sangrientos conflictos en El Salvador, Guatemala y Nicaragua y el establecimiento de la democracia de Panamá a raíz de la invasión estadounidense; invasión que destrona la dictadura del general Manuel Antonio Noriega.

En medio de toda esta coyuntura, los creadores de riqueza de nuestra región encontraron formidables oportunidades y toda clase de obstáculos que tuvieron que afrontar y vencer, aunque algunos, como la muerte inesperada de un padre, un hijo, un hermano o un íntimo amigo, son imposibles de superar.

Así es en el caso de uno de nuestros creadores de riqueza, don Jacobo Tefel Pasos, primo hermano de mi padre, Roberto Argüello Tefel. Fue sumamente dolorosa la muerte de su hijo Juan Carlos, fallecido en combate peleando por la democracia de Nicaragua.

La historia de don Jacobo nos muestra cómo un hombre extraordinario logra crear con su esposa, Jessie Farrer, una linda familia formada por cinco hijos: Jacobo, Jessie María, Juan Carlos, Federico y María del Carmen. Esto, a pesar de que no solo perdió a un hijo en los últimos días de la guerra de los sandinistas contra el régimen de Anastasio Somoza, sino luego de que el mismo gobierno sandinista les hiciera la vida imposible a él y los suyos.

Las circunstancias los hacen emigrar a Guatemala, donde se establecen y crean una empresa de clase mundial que hoy vende refrigeradores comerciales en todos los continentes del planeta.
La trayectoria de don Jacobo también nos enseña que la universidad de la vida complementa lo que los líderes de la región jamás aprendieron en las aulas.

¿En qué universidad del mundo se enseña cómo vencer la inseguridad física y jurídica y los altos niveles de corrupción de nuestros países? Desconozco que exista una en el mundo que pueda dar lecciones sobre cómo vencer esos obstáculos, los mismos que tuvieron que dominar los creadores de riqueza de nuestra región.

El sueño de Jacobo Tefel Pasos

A lo largo de su vida, Jacobo Tefel Pasos ha vencido miles de dificultades, sin haber logrado jamás superar la muerte de su tercer hijo, Juan Carlos, que, como miles de jóvenes idealistas nicaragüenses, combatió para derrocar la dinastía de la familia Somoza en Nicaragua.

Don Jacobo venció obstáculos familiares y de negocios. La separación de sus padres cuando tenía solo 9 años, la destrucción de Managua a causa del terremoto de 1972, la intervención de su empresa Fogel por el régimen sandinista y el comenzar de nuevo en un país desconocido al emigrar de Nicaragua a Guatemala.

Jacobo Tefel Pasos nació en Managua, Nicaragua, el 4 de mayo de 1932, un año después del primer gran terremoto que destruyó la capital en aquella época.

Por el linaje de su padre, Edmundo Tefel Salomon, heredó sangre judía y alemana. Por el de su madre, Berta Pasos Argüello, la esencia granadina de ascendencia criolla española.

He visto a don Jacobo siempre como uno de mis tíos favoritos. Era maravilloso, alegre y con un gran sentido del humor. Recuerdo con cariño que, cuando tenía 10 años, fue a recogerme a mi casa con su hijo mayor, Jacobo, para llevarme a una pelea de boxeo. Llegaron en su carro nuevo, al cual bautizó como el “Jacobomóvil”. Mi tío tenía siempre una respuesta jocosa para cada situación. Por ejemplo, una vez que lo visité en su casa y decidimos salir a comer, le dijo a su hijo Federico que le pasara los nacatamales. Me quedé extrañado, pero luego entendí: ¡los nacatamales eran el dinero!

Cuando se separan sus padres, pasó a vivir en internados educativos junto con sus hermanos Edmundo y José, hasta que se graduó en Administración y Comercio en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos, en 1954 (el mismo año en que mi padre salió de la afamada institución).

Regresó a Nicaragua y empezó a trabajar en las empresas comerciales de la familia Tefel, que dirigía su padre, Edmundo. Una de esas compañías era Etelsa, almacén especializado en venta de electrodomésticos y de productos para el hogar de la marca Westinghouse.

Don Jacobo siempre tuvo el convencimiento y la visión de que, con el calor que hacía en Nicaragua y Centroamérica, el negocio de la refrigeración ofrecía grandes oportunidades de crecimiento, ya fuera el aire acondicionado, las refrigeradoras domésticas o comerciales o los sistemas de enfriamiento para industrias.

En 1966, decidió independizarse de los negocios de su padre e inició una empresa de diseño e instalación de sistemas centrales de aire acondicionado para nuevos edificios; por ejemplo, cines, restaurantes, hoteles, tiendas y oficinas.

Él pensaba que, en la Managua de aquella época, se cristalizaría un mayor desarrollo urbano, uno que requeriría de aires acondicionados centrales. Sin embargo, hubo una mayor oferta de estos sistemas que la cantidad de proyectos que los necesitaban.

Debido a la escasa demanda de este tipo de instalaciones, que implicaban altos montos de inversión para la época, don Jacobo decidió cerrar la empresa y seguir buscando oportunidades en otros segmentos de la refrigeración.

Con el establecimiento efectivo, en 1963, del Mercado Común Centroamericano (MCCA), se abrieron las condiciones para la primera fase de industrialización de la región centroamericana.

El MCCA fue concebido inicialmente bajo el concepto desarrollista denominado Modelo de Sustitución de Importaciones, que ampliaba el mercado de los cinco países (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica) a la libre circulación, sin pago de aranceles de los bienes manufacturados en la región, mientras que, como protección, se fijaron altos impuestos a la manufactura que provenía de fuera de la recién creada área comercial.

Ante la oportunidad de entrar en el sector industrial de manufacturas, Jacobo Tefel se dedicó a buscar un socio en Estados Unidos que aportara el conocimiento técnico (know how) y parte de la inversión financiera para instalar una fábrica de refrigeradoras para el hogar en Nicaragua.

El propósito era sustituir la importación de los aparatos desde países que estaban fuera de la región; esto, por cuanto el costo arancelario de traerlos los colocaba fuera del poder de compra de los centroamericanos.

Fue así que se entablaron conversaciones entre los miembros de la familia Tefel y la firma norteamericana Westinghouse, con el propósito de formar una joint venture en Nicaragua.

Sin embargo, Westinghouse perdió interés en la relación con la familia Tefel, una vez que decidió cambiar sobre la marcha a sus ejecutivos en América Latina.

Para ese entonces, en la sección comercial de la Embajada de los Estados Unidos en Managua tenían conocimiento del interés de la familia Tefel en buscar un inversionista norteamericano industrial en el área de la refrigeración, ya fuera para el hogar o para el comercio. Fue así como un vendedor de la firma Fogel Refrigerator Company, de Filadelfia, llegó a Managua a la sección comercial de su embajada a buscar referencias de posibles clientes en Nicaragua.

La visita de este vendedor tenía como antecedente que, en la región, ya empezaba a crecer el mercado de los refrigeradores comerciales gracias a la existencia de Coca-Cola, PepsiCo (Pepsi Cola entonces), Cervecería Centro Americana y Compañía Cervecera de Nicaragua, la cual había sido fundada por su abuelo y el abuelo de mi padre, Jacobo Tefel Jacoby.

En la Embajada le dieron la referencia de la familia Tefel.

Luego, este funcionario de Fogel llegó a las oficinas de don Jacobo y, al entrar en su despacho, le dijo: “Por favor, díctele a su secretaria una carta para mi jefe, Mr. William Fogel, acerca de su interés por ser su socio en Centroamérica y dígale que lo invita a visitar Nicaragua”.

Dos semanas más tarde, William Fogel llegó a Nicaragua y acordó su joint venture con la familia Tefel.

Ello demuestra el gran espíritu y visión del señor Fogel que, en 1966, decidió invertir y asociarse con una familia hasta entonces desconocida para él. Fue gracias a su gran olfato e intuición, para conocer a las personas y las oportunidades de negocios para invertir, que supo que el futuro pintaba prometedor.

‘Frío con f de Fogel’

Fogel de Nicaragua inició en 1967 la fabricación de mantenedoras y congeladores para uso comercial. Los principales clientes de esa época eran la Compañía Cervecera de Nicaragua, las franquicias de Coca-Cola y Pepsi Cola, la Embotelladora San José, la Heladera Eskimo y la Pasteurizadora La Perfecta.

Empezó a crecer en los años 70 al exportar al MCCA, y logró posicionar su marca como sinónimo de frío. “Frío se escribe con f de Fogel”, se escuchaba en los programas deportivos de béisbol y de boxeo, dos de las grandes aficiones de don Jacobo.

Luego, llegaron los años de la guerra sandinista contra la dinastía Somoza, con el triunfo de aquella el 19 de julio de 1979. Entonces, don Jacobo y su familia reciben su primer gran golpe.

Su tercer hijo, Juan Carlos, de 20 años, había dejado la universidad en los Estados Unidos para unirse a los sandinistas dentro de la coalición antisomocista. Mi primo Juan, a quien tuve el honor de conocer y querer, muere en combate el 14 de julio de 1979, a solo cinco días de que las columnas guerrilleras sandinistas ingresaran triunfantes a Managua.

Juan Carlos se había enlistado en la guerrilla sandinista al mismo tiempo que su hermano menor, Federico, pero este tomó una decisión que le cambiaría la vida.

Y es que, a los pocos días de haber ingresado a Managua con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, Federico se decepcionó al ver que la revolución –que él esperaba que trajera la democracia a Nicaragua– sería abortada y copada por un régimen marxista que se convertiría en una nueva dictadura para los nicaragüenses.

Federico abandonó la revolución para retomar sus estudios en la Universidad de Notre Dame.

Con el enorme dolor de la muerte de su hijo Juan Carlos –que jamás ha superado–, don Jacobo y su hijo mayor, del mismo nombre, vuelven a Nicaragua a finales de 1979 para reactivar la fábrica Fogel.

Jacobo padre y Jacobo hijo encuentran un ambiente totalmente hostil a la empresa privada, que culmina en una intervención de Fogel por parte de los sandinistas bajo el argumento de una descapitalización.
Debido a esta situación, don Jacobo se vio obligado a salir del país y establecerse en Guatemala.

Un nuevo comienzo

Decidió irse a Guatemala para comenzar de nuevo una pequeña fábrica con el apoyo de su primogénito, quien se había graduado recientemente de máster en Administración de Negocios del Incae, en 1981.

Ambos, sin conocer a nadie más que sus clientes en Guatemala (Cervecería Centro Americana y Cabcorp), optaron por escoger ese país para arrancar de nuevo, al ser el mercado más grande de Centroamérica.
El nuevo comienzo fue humilde y difícil. La fábrica arrancó en un local pequeño en la Zona 4 de la Ciudad de Guatemala, que anteriormente había sido un taller de reparación de vehículos.

Como oficina, se acondicionó un viejo contenedor. Trajeron maquinaria usada de Fogel Estados Unidos y contrataron a diez empleados. El señor William Fogel, a pesar de haber perdido su inversión en Nicaragua, sostuvo la confianza en don Jacobo y le aportó capital para empezar modestamente la nueva fábrica.

En los 80, Guatemala y El Salvador atravesaban una guerra. La situación económica era muy difícil para un novedoso negocio industrial, que empezaba en otro país y trataba de operar en circunstancias muy adversas, sin contactos de apoyo, alta inflación y una severa escasez de divisas que desembocó en serias devaluaciones y mercados deprimidos.

Para hacer la realidad aún más dura, el crédito bancario estaba seriamente limitado por los problemas macroeconómicos y por ser Fogel una compañía desconocida para los bancos y que no tenía garantías que ofrecer.

A pesar de las dificultades, con mucho trabajo, dedicación, aceptación de clientes y limitado apoyo de algunos bancos, la empresa empezó a crecer mediante las exportaciones a los países vecinos, sobre todo El Salvador y Honduras, donde la marca Fogel ya tenía buena reputación por su calidad.

En pláticas con mi tío Jacobo, este me decía que el exilio es el mayor incentivo para el trabajo duro y mantener la unión familiar. Las vicisitudes unen a la familia y es un gran aliciente para resolver problemas y encontrar la senda del éxito.

Unos años después, a mediados de los 80, Federico, el hijo menor, se gradúa en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Notre Dame y obtiene después un MBA en el Incae, al igual que su hermano Jacobo, y se une al equipo de trabajo.

Federico, vicepresidente de Operaciones e Ingeniería, llegó a ser un apoyo fundamental en el área técnica, al asumir funciones de ingeniería de producto y procesos de producción, mientras que su hermano Jacobo, presidente ejecutivo, estaba a cargo del área administrativa y comercial. Ambos se complementan y apoyan mutuamente con la meta de hacer crecer la empresa.

Durante los años 90, la firma se consolida y empieza a exportar a nuevos mercados: los países suramericanos y Estados Unidos.

Actualmente, la participación de la familia en la empresa ha continuado, con la incorporación de miembros de la tercera generación: cinco nietos de don Jacobo. El primero es Federico Barquero Tefel, vicepresidente de Comercialización; Juan Carlos Tefel del Carmen, gerente general de Fogel de Centroamérica; Carlos Alberto Barquero Tefel, gerente de Servicio al Cliente; Donald Arana Tefel, gerente de Compras Internacionales, y Jacobo Gabriel Tefel Urcuyo, en la División de Ingeniería de Productos. Todos ellos, egresados de prominentes universidades norteamericanas.

Han pasado 33 años desde la llegada de la empresa a Guatemala y hoy Fogel está formada por 1.200 colaboradores, una fábrica en Guatemala y otra fundada, en el 2007, en Colombia.

Esta compañía pionera cuenta con nuevas operaciones propias de servicio y distribución en ocho países y exporta a 48 más, incluyendo nuevos mercados exóticos, como los de India, África y Europa, entre otros.

Foto:Tercera generación en fogel.Cinco nietos de Jacobo Tefel Pasos ya están incorporados a la compañía. De izquierda a derecha, arriba, Juan Carlos Tefel del Carmen, Carlos Tefel Barquero, Federico Barquero Tefel, Donald Arana Tefel, Jacobo Tefel Urcuyo y Donald Arana Vivas (yerno). Sentados, don Jacobo, rodeado de sus hijos, Federico, a la izquierda, y Jacobo, a la derecha.

Etiquetas: Centroamérica / Creadores de riqueza / Fogel / Panamá / Tefel

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