Una boda inolvidable

Es, quizás, el evento más importante en la vida de las personas. Boda y recepción, la experiencia que muchos han planeado por años y que recordarán por décadas.

Precisamente, por ser tan significativo, el casamiento se está transformando. Las parejas están tomando riesgos, derrochando creatividad y celebrando como nunca antes el haber dicho ¡Sí!

En el nuevo orden de las bodas, la única regla es soñar.

“Hoy se busca algo diferente, y las fiestas tradicionales quedan en el pasado. Se trata de innovar en todos los aspectos posibles”, explica Marlon Rojas, director de Banquetes del Hotel Real Intercontinental & Club Tower, en Costa Rica, y testigo directo de las nuevas tendencias.

Según el experto, son los menores de 35 años quienes llegan al hotel con una nueva mentalidad, abiertos a incluir una dosis de locura durante tan especial rito.

Respecto a los trajes, “la influencia española ha tomado un lugar importante en el gusto de las mujeres. Los vuelos y el encaje son detalles que se buscan para hacer la diferencia”, señala Dulce García, administradora en Guatemala de Pepe Botella, una franquicia española especializada en vestidos de novia, que también tiene presencia en Panamá. García asegura que está en auge el uso de mantillas españolas que sean más largas que la cola del vestido, junto a tocados de flores y plumas en lugar de usar las tradicionales tiaras.

“La novia promedio destina entre US$1.500 y US$2.500 en un vestido. Los precios han variado ya que ahora es posible encontrar localmente alta costura”, concluye García.