• 4 diciembre, 2023

La ecuación perfecta entre las matemáticas y el amor al prójimo

La ecuación perfecta entre las matemáticas y el amor al prójimo

Joven nicaragüense impulsa importante iniciativa con la que beneficia a niños de escuelas públicas.

Por Milagros Sánchez Pinell

A su corta vida, Paulina Taboada cree firmemente en la capacidad de cada individuo para influir positivamente en el mundo. Su misión es inspirar y movilizar a otros para unirse a su causa y trabajar juntos hacia un futuro más inclusivo y próspero para todos.

Bajo ese cometido fundó Ecuación Futuro, un programa que persigue elevar el nivel de capacidad y destrezas matemáticas en niños en estado de vulnerabilidad como una oportunidad de desarrollo humano.

Actualmente, el programa atiende a más de 60 niños de escuelas públicas en Nicaragua que están entre primero y sexto grado de primaria, quienes son seleccionados a inicio del año escolar por sus maestros, según su rendimiento académico y su pasión por el aprendizaje.

La iniciativa busca como prioridad la estimulación del pensamiento lógico y crítico matemático como habilidad fundamental para la resolución de problemas.

Ecuación Futuro nació en el 2019, luego de que Paulina tomara conciencia sobre la importancia de la educación en el crecimiento social y el desarrollo del país, aunque confiesa que en su corazón nació cuatro años antes.

“Recuerdo visitar una escuela hermana de mi colegio; en ese momento supe que podía y tenía que hacer algo. Unos años después me di cuenta de que Dios me dio un don, que son mis habilidades matemáticas, las cuales cultivé y desarrollé por medio del programa Jóvenes Talento. Con eso podía ayudar a muchos niños, compartiendo el conocimiento que había adquirido”, relató la estudiante del Colegio Americano.

Decidida a tomar acción, invitó a su hermano Rodrigo Evenor y a varios amigos con destrezas matemáticas para que fueran profesores voluntarios y lograran un mayor alcance. Hoy en día, Ecuación Futuro lo conforma un grupo de más de 50 estudiantes que donan su tiempo.

“A medida que íbamos dando clases fui descubriendo el impacto transformador de la educación, y nació en mí la necesidad de seguir contribuyendo a la sociedad. Hoy nuestro sueño es que podamos beneficiar a más niños en Nicaragua y tener un efecto multiplicador”, dijo.

Clases dinámicas y divertidas

Paulina explicó que la dinámica del programa consiste en dividir a los alumnos en pequeños grupos, de acuerdo con el grado escolar que llevan. Durante cada sesión hacen un repaso de la clase de la semana anterior, seguido de una actividad para introducir un nuevo tema. Luego desarrollan la temática y al final realizan ejercicios de práctica.

“Cada clase es diferente, pero procuramos hacerlas dinámicas y divertidas para fomentar el amor por el aprendizaje matemático en todos nuestros estudiantes”, señaló.

Además de fundadora, Paulina es la presidenta del programa. Tiene la responsabilidad de preparar las clases para que los estudiantes reciban una educación de calidad, diseñar metas y objetivos que impulsen su crecimiento académico, motivar a los jóvenes voluntarios y recaudar los fondos necesarios para llevar a cabo los diferentes proyectos.

Sin embargo, lo que más le apasiona es dar clases, porque le resulta enriquecedora y gratificante la experiencia de poder ver el progreso de sus alumnos y saber que contribuyen de manera directa en su desarrollo académico.

“La satisfacción que siento al contribuir al progreso social y al formar parte de una comunidad que crece y se fortalece es indescriptible. Saber que estamos brindando a nuestros estudiantes la oportunidad de un mejor futuro y que estamos influyendo positivamente en el desarrollo social de nuestro país me colma de felicidad y determinación”, expresó.

Y es precisamente esa pasión con la que habla de su proyecto la  que la impulsa a seguir adelante, superando cualquier desafío que se cruce por el camino “porque tengo una firme creencia en el cambio que podemos lograr juntos”.

Grandes resultados 

Entre las múltiples experiencias vividas a lo largo de los últimos años, Paulina recordó orgullosa la transformación de un niño, quien en un inicio quedó fuera del programa por su indisciplina, inquietud y desinterés en las clases.

Para su sorpresa, durante tres semanas consecutivas el niño se asomó por la ventana donde ella impartía clases hasta que decidió darle una oportunidad. El resultado fue todavía más sorprendente. Hoy en día, se destaca como uno de los alumnos más sobresalientes del programa y desde ya Paulina le augura un futuro prometedor.

“Descubrí un niño con un potencial brillante. Simplemente, necesitaba que alguien creyera en él y estimulara su intelecto con retos mayores. Esta experiencia nos impulsó, aún más, a buscar y nutrir talentos ocultos como el suyo, recordándonos que cada niño tiene un potencial único que, cuando se cuida y se nutre, puede florecer de manera sorprendente”, destacó.

Por otro lado, Ecuación Futuro también impacta a nivel personal a su comprometida fundadora porque dice alinearse perfectamente con la persona que aspira a ser. Es decir, alguien que marca la diferencia en el mundo.

“El programa ha sido una experiencia reveladora en mi desarrollo personal. A través de la enseñanza y el liderazgo del programa, mis ojos se han abierto a la inmensa importancia de la educación como el catalizador fundamental del desarrollo humano. Esta toma de conciencia me ha llenado de un sentido renovado de propósito, al reconocer el poder transformador que la educación posee en la vida de los demás y en la mía”, señaló.

Una joven con muchos talentos 

Paulina Taboada tiene 15 años y cursa el décimo grado. Fue parte del programa Jóvenes Talento desde 2017 hasta 2022. Estuvo en el equipo Preolímpico de Matemáticas por dos años consecutivos y participó en dos olimpiadas internacionales, obteniendo una mención  de honor.

“A este programa le debo mi base matemática sólida que me ha capacitado para impartir las clases en Ecuación Futuro” indicó la jovencita, quien también incursionó en el mundo del debate.

La vida de Paulina está marcada por su profunda fe católica, su dedicación a la educación y por su compromiso de servir y ayudar al prójimo. Su enfoque se sustenta en valores como la empatía, la responsabilidad y el compromiso, reflejándose en sus elecciones académicas, actividades extracurriculares y participación en proyectos sociales.

Sobre su futuro universitario, indicó que, por ahora, siente una fuerte inclinación en tres campos de estudios: Economía, Finanzas e Ingeniería Industrial.

“Independientemente de la carrera que elija, estoy segura de mi objetivo a largo plazo. Quiero convertirme en una profesional altamente capacitada. Estoy emocionada por la oportunidad de aplicar los conocimientos y las habilidades que adquiera durante mis estudios para abordar los desafíos socioeconómicos que enfrenta mi país y trabajar en la implementación de estrategias y soluciones que marquen una diferencia positiva en la vida de sus habitantes”, subrayó.

Paulina aconseja a los jóvenes a aprovechar la oportunidad de servir a los demás para convertirse en agentes de cambio.

“Cada acto de servicio impacta a quienes ayudamos, pero también moldea nuestra propia alma. Sin importar cuán pequeño o grande sea tu acción; cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia en las vidas de quienes nos rodean. Nunca subestimes el valor de tu capacidad para crear un mundo más compasivo y solidario. A través del servicio descubrimos el verdadero significado de la empatía y la humanidad”, expresó para concluir.

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