• 30 abril, 2014

Dormir bien, es vivir bien

Ese momento en que liberamos el cuerpo sobre el colchón y estiramos hasta más no poder los brazos, las piernas y los pies, se convierte en una experiencia muy gratificante, digna de repetirse a diario.

Pero más allá de ese descanso liberador, el secreto para recargar nuestras energías y empezar de nuevo, tiene mucho que ver con la importancia de dormir bien y el nivel de sueño que se alcance.

Al dormir, se obtiene un estado de reposo en el que se suspenden todos los sentidos y los movimientos. Esa calma corporal y el descanso mental permiten recobrar energías y vitalidad para el día siguiente.

Sin embargo, hacerlo de manera incorrecta, puede afectar la salud física y mental de distintas formas.

Un sueño reparador

El sueño no es solo un descanso de la vida. Es un estado activo importante para renovar la salud mental y física diaria. Un sueño adecuado es esencial para nuestro bienestar general y buena salud.

“Puede ser que usted necesite dormir mucho o poco, sea madrugón o dormilón, pero es indiscutible que en todas partes del mundo, el adulto promedio necesita dormir al menos de 7 a 8 horas por día. El buen dormir es fundamental para que podamos funcionar, concentrarnos, trabajar, producir y recuperar fuerzas”, explica el médico costarricense Ariel Miremberg, otorrinolaringólogo y especialista en medicina del sueño.

De acuerdo con el médico, cada persona tiene sus propias necesidades de sueño. Un bebé necesita aproximadamente 16 horas de sueño al día; los adolescentes alrededor de 9 horas diarias; mientras que en los adultos la cantidad de horas varía, hay personas para las que solo 5 horas diarias de sueño son suficientes y gente que duerme hasta 10 horas en la etapa adulta.

Enfermedades más frecuentes

Los trastornos del sueño más frecuentes son insomnio, ronquidos, apnea obstructiva del sueño, movimientos periódicos de piernas y parasomnias o episodios breves o parciales de despertar.

“No tenemos estadísticas propias de Centroamérica, pero estimamos que alrededor de un 30% a un 40% de la población tiene más de una dificultad con el sueño. El problema que nosotros vemos comúnmente en las clínicas del sueño es el insomnio, probablemente alrededor de un 50% de los pacientes lo padecen”, asegura Gustavo Cosenza, neurólogo y somnólogo guatemalteco.

Datos recientes de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño señalan que el insomnio crónico afecta a un 10% de la población, mientras que entre el 5% y el 8% padece el síndrome de piernas inquietas y un 5% el síndrome de apnea del sueño o paradas respiratorias durante el sueño.

Además, aseveran que los trastornos del sueño afectan la salud y la calidad de vida del 45% de la población mundial.

Los trastornos pueden manifestarse de diversas formas, entre ellos destacan: la dificultad para iniciar o mantener el sueño, problemas para mantenerse despierto en horas apropiadas, conductas anormales como pesadillas o sonambulismo, piernas inquietas, apnea del sueño y ronquidos, entre otros.

“Nosotros vemos pacientes de todas las edades, desde la edad pediátrica hasta la tercera edad, pero indudablemente conforme la gente se hace mayor tiene más problemas. El grueso de la población que atendemos son mayores de 50 años y el perfil es problemas crónicos, por lo menos uno a dos años de evolución de los síntomas y un verdadero deterioro de su calidad de vida”, agrega el somnólogo Cosenza.

Para un buen dormir

Las condiciones de la habitación tienen mucho que ver con la calidad de sueño. Un entorno que es poco conducente para el buen dormir puede crear muchos problemas.

En este punto las características del dormitorio son fundamentales. Más allá de lujos es fundamental poner atención a las características del colchón, así como al factor ventilación y nivel de oscuridad.

“En Centroamérica el exceso de calor es común en muchas zonas, por eso se recomienda dormir en un cuarto totalmente oscuro, ventilado y no muy caliente, con una temperatura aproximada de 22-23 grados centígrados.
Se aconsejan los colchones semi ortópedicos o especiales de acuerdo a si el paciente tiene problemas de espalda, la almohada debe permitir que la cabeza descanse y no quede muy flexionada o estirada, se recomienda dormir de lado ya que es más anatómico el ronquido”, explica el otorrinolaringólogo costarricense.

“El estrés es de los factores más influyentes causantes de problemas para conciliar y para mantener el sueño, la famosa frase: ‘Doctor es que mi mente no para’ es tan prevalente y frecuente que ya es frase popular, las personas no se logran desconectar de sus quehaceres y responsabilidades y se llevan todo el trabajo a la cama, lo cual es nefasto, muy perjudicial”, agrega Ariel Miremberg.

Los médicos consultados afirman que los hábitos de la gente son muy importantes e inciden de manera notoria en la calidad del sueño, por eso hay que tener cuidado con el exceso de cafeína, de alcohol, desarreglos en la digestión, comidas muy pesadas en la noche y el exceso de líquidos antes de dormir que afectan la calidad de nuestro sueño.

“Los dispositivos electrónicos también influyen de manera negativa, no es recomendable el televisor en la habitación, mucha gente mantiene el celular encendido recibiendo mensajes durante toda la noche, incluso se despiertan a cualquier hora para revisar si tienen mensajes y eso es contraproducente a la hora de dormir, nosotros recomendamos esa tecnología para el día”, aclara el neurólogo guatemalteco.

Beneficios para su salud

El cuerpo necesita apagarse después de un día de trabajo y como dato curioso se dice que dedicamos un tercio de la vida al sueño. Por eso es fundamental cuidar este espacio de descanso para obtener varios beneficios.

Al dormir, nuestra piel descansa y las células se regeneran y se oxigenan con mayor facilidad. Cuando el cuerpo no descansa lo suficiente, presenta una tendencia a acumular grasas y es más difícil quemarlas.

“El que no duerme bien tiene más riesgo de sufrir de depresión, ansiedad, mal humor, irritabilidad, alteración de concentración y memoria, propensión a presión alta y diabetes, a resfriarse con mayor facilidad, mayor riesgo cardiovascular, sobrepeso, dolores de cabeza, dolores musculares e impotencia”, detalla Miremberg.

Para evitar estos problemas de salud, los especialistas insisten en que los beneficios de dormir bien son extensos.Durante el sueño disminuye la frecuencia cardiaca para que las células coronarias y los tejidos puedan repararse.

Tener un sueño reparador repercute en el aspecto físico. Cuando se duerme bien la piel luce más fresca y radiante, así que dormir bien es la mejor crema de belleza que existe.

Luego de una noche de buen sueño estamos mejor capacitados para tomar decisiones.

Cuando se duerme de la manera debida, la persona mejora la capacidad de atención y de estar alerta, mejora la capacidad de concentración y productividad en el trabajo o el estudio.

Otro factor que los médicos consideran fundamental es que un buen dormir facilita tener buen ánimo y vivir mucho más feliz.

Etiquetas: dormir / sueño

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