• 5 junio, 2023

Para rendir más en el gimnasio o el deporte debe mantener a raya las redes sociales

Para rendir más en el gimnasio o el deporte debe mantener a raya las redes sociales

Deja de usar TikTok, Instagram o Twitter antes de sudar: es el mensaje de los expertos en salud deportiva.

Si Superman existiera fuera de los cómics, el cine y la televisión, su auténtica kryptonita serían las redes sociales. Al igual que los cristales verdes de ese material ficticio debilitan al superhéroe de capa y calzones rojos, consultar esas aplicaciones en nuestros móviles parece quemar nuestra energía mental e impedir el entrenamiento en el gimnasio o haciendo deporte profesional.

Es lo que pudo ocurrirle durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012 a la nadadora australiana Emily Seebohm. Pese a obtener  plata en los 100 metros espalda (competición para la que partía como favorita), manifestó devastada haber perdido el oro por trasnochar consultando Facebook y Twitter. “Me sentí como si no hubiera salido de las redes sociales y no me hubiera centrado en mí misma”, declaró entonces la atleta. Se retractó horas más tarde, pero, ¿podría un uso abusivo de esas aplicaciones haberle afectado?

Aunque existen pocos estudios al respecto, según expertos en educación física de la Universidad Federal de Paraíba, en Brasil, navegar por las redes en el móvil durante media hora disminuyó un tercio el rendimiento de un pequeño grupo de personas que entrenaban la fuerza de forma recreativa en un gimnasio. Ese efecto fue el resultado de la “fatiga mental” resultante de deslizar por vídeos, fotos y dar me gustas, lo que merma nuestra autoestima y consume nuestra energía cognitiva. Los investigadores llegaron a esta conclusión comparando en dos grupos de ocho adultos de ambos sexos los efectos de dos tareas diferentes: consultar Facebook, Instagram o Twitter, frente a ver un documental sobre la NASA antes y después de realizar sentadillas.

Tras evaluar las variables fisiológicas y el índice de esfuerzo percibido (que estima la intensidad del entrenamiento), quienes se expusieron a 30 minutos de redes sociales percibieron una mayor fatiga mental y realizaron menos repeticiones del ejercicio. Todo ello sin que se encontraran diferencias relevantes en las condiciones, la motivación de los participantes o sus concentraciones de lactato en sangre (un marcador biológico del esfuerzo).

“Nuestros hallazgos apoyan las bases psicológicas, más que fisiológicas, de los efectos de la fatiga mental”, concluyeron. Otra investigación del mismo grupo estudió a 20 futbolistas masculinos y constató que media hora de exposición a aplicaciones de teléfonos inteligentes causaron fatiga mental (reducción del rendimiento cognitivo) y enlentecieron su toma de decisiones para pasar el balón.

Cuanto más se utiliza el móvil, más dependiente se es a él, más lo activa, y cada vez esulta más difícil estar concentrado.

Invitan a la desatención y lastran la autoestima

“Utilizar las redes sociales de forma indiscriminada en momentos próximos a una competición afecta al rendimiento”, considera Miguel del Valle, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED). “Por una parte puede relajarse de su estrés competitivo, pero también puede crearle ansiedad deportiva. Además, implica una pérdida de atención y eso también disminuye el rendimiento”, explica por teléfono el también catedrático de anatomía de la Universidad de Oviedo. Del Valle empezó a interesarse por esta problemática cuando constató hace unos años que los atletas entrenaban sin perder de vista el móvil. “Y esto no puede ser”, resuelve.

En ello coincide con el psicólogo del deporte y pedagogo José Carrascosa: “consultar las redes sociales, manejar el uso del teléfono antes de la competición o del entrenamiento es una perdición de cara al rendimiento”. Carrascosa lo percibe tanto en el deporte de competición, como entre los alumnos del instituto de secundaria en el que es orientador. “Tenemos un problema gravísimo con el móvil, genera dispersión a nivel atencional”, advierte. “Ahora los chavales son más desatentos que antes. Las tecnologías invitan a hacer multitareas y a que la atención picotee de una a otra. Supone una activación nerviosa mayor y genera adicción. Cuanto más se utiliza el móvil, más dependiente se es de él, más le activa, pero al tiempo cada vez le resulta más difícil estar concentrado y pierde calidad”, zanja el experto.

Carrascosa enmarca estos efectos en un contexto actual en que los límites de la esfera privada se difuminan y todo se expone. “Las personas tenemos una necesidad de aceptación o de pertenencia respecto a un grupo. El rechazo social supone uno de los mayores castigos a nivel afectivo y es inherente al uso de las redes”. A su vez, la autoestima tiene que ver mucho con la autorrealización personal, explica a EL PAÍS, aunque “para mucha gente depende de los likes”. “Puede ser una persona aceptada socialmente, pero necesitamos sentirnos satisfechos de nosotros mismos, nos tenemos que gustar. Si gustarnos depende de la aprobación de los demás, somos carne de cañón a nivel afectivo”, subraya.

Si desea leer  el artículo completo, ingrese al siguiente link: El País

Etiquetas: concentración / ejercicio / facebook / fatiga mental / Instagram / Twitter

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