• 13 febrero, 2023

Norchad Omier: un “nica” que sueña con llegar a la NBA

Norchad Omier: un “nica” que sueña con llegar a la NBA

Por Milagros Sánchez Pinell

El baloncesto es la llave que le ha abierto muchas puertas a Norchad Bascom Omier Rojas, el primer y único nicaragüense en jugar en Primera División de la National Collegiate Athletic Association (NCAA)  y que, además, tiene grandes posibilidades de llegar a la NBA.

Actualmente, juega con los Huracanes de la Universidad de Miami, ubicada en la ciudad de Coral Gables, en donde cursa la carrera de  Sports Administration (Administración de Deportes). El equipo universitario que se viste de naranja, verde y blanco compite en la Atlantic Coast Conference.

El joven deportista de dos metros de altura nació en Bluefields, Región Autónoma de la Costa Caribe Sur de Nicaragua. Es el menor de los tres hijos de Halstead Omier y Normar Rojas. Norchad es la combinación de los nombres de su madre Normar y su abuelo Richard.

Llegó a Miami a la edad de 17 años en busca de oportunidades para triunfar en un deporte que empezó a jugar a los 14 años. Asistió a Miami Preparatory School, antes de su ingreso a la universidad.

Revista Vida y Éxito conversó con Omier, de 21 años, sobre su historia de éxito, en donde la disciplina y el trabajo duro juegan un rol fundamental.

¿El baloncesto siempre fue su deporte favorito?

Fui un niño que jugó casi todos los deportes. Jugué fútbol, béisbol, balonmano, hice natación y atletismo. Sin embargo, el baloncesto fue el último deporte que hice, más o menos entre los 13 y 14 años es que comienzo a jugar. Antes de eso el béisbol era lo que más me gustaba.

¿Y cómo llegó al baloncesto?

Una vez que estaba jugando béisbol con los otros niños del barrio, llegó un señor en su carro y se detuvo a observarnos. Al terminar el juego vino donde mí y me preguntó si era Norchad Omier. Luego, me dijo que era el entrenador de la Academia de Bluefields y que yo era un buen jugador de béisbol. Me preguntó si quería jugar con ellos, pero le respondí que primero tenía que hablar con mi papá. Entonces, fue conmigo a mi casa y mi papá dijo que sí. Aunque nunca había jugado baloncesto, ni sabía nada.

¿Quién le habló de usted?

El entrenador Ronne Cayaso también jugaba béisbol, así que yo creo que me vio jugando y se fijó que era un poco más alto que los otros jugadores. Además de eso, miró que era atlético por lo que pensó que podía ser perfecto jugando baloncesto. También, había un campeonato nacional en dos semanas y necesitaba a un hombre grande.

¿Cómo fue la experiencia en la academia?

Un poco mala porque desconocía los fundamentos del baloncesto y eso lo hacía un poco difícil para mí. Pero, como era bien competitivo y me gustaba superarme, pensé que si otros lo hacían yo también podría hacerlo. Recuerdo que cuando fuimos a mi primer torneo lo único que hacía era rebotear, tapar tiro y darle el balón al que sabía jugar. Después de eso me propuse mejorar, entrené mucho y mejoré bastante en la academia.

¿Qué le gustó del baloncesto?

Pienso que es más divertido, uno corre para arriba y para abajo. Nunca estás descansando, siempre estás haciendo cosas emocionantes. El béisbol es más lento porque, por ejemplo, tenía que esperar ocho turnos para batear.

¿Cómo llegó a Miami?

Wesley Savery, quien es mi mentor, llegó a Bluefields dos meses antes de venir a Miami y se sorprendió al verme jugar en un torneo de barrios. Dos días después llegó a mi casa y le dijo a mis padres que un talento como el mío debía darse a conocer más allá de lo local y que me encontraría una oportunidad internacionalmente porque ya antes alguien había hecho lo mismo por él.

¿Qué pensó sobre esa propuesta? 

Comencé a soñar. Yo entrenaba todos los días, pero cuando me dijo le metí más tiempo al baloncesto. La verdad es que yo me enamoré del baloncesto y me olvidé del béisbol. Eso era lo que yo quería hacer en el futuro.

¿Tuvo duda de viajar?

Más que dudar me quedé maravillado. Recuerdo que pensé, mira cómo Dios trabaja. Él hace las cosas de una forma de que si algo es para ti va a pasar de una u otra manera. Un día estaba en Bluefields entrando y otro día estaba en un campamento en Miami. Fue algo muy increíble.

¿Cómo fue su inicio en Miami?

El entrenador Pilín Álvarez me consiguió una beca en Miami Preparatory School. Ese año dentro de la preparatoria uno consigue mayor exposición y mejora sus habilidades para ser becado por una universidad.

¿Qué se siente ser el primer nicaragüense jugar en la NCAA Primera División?

Bien, aunque intento enfocarme en otra cosa, pero se siente bien.

¿Cuál crees que es la fórmula de su éxito?

Poner a Dios en primer lugar en mi vida siempre. También, ser respetuoso, buena persona, tener confianza en uno mismo  y trabajar duro. Esos valores me los inculcaron mis padres. Sin olvidar que primero Dios, porque Él da y quita talento.

¿Cuáles considera que son sus mayores fortalezas como jugador?

Jugar defensa y rebotear. Eso es lo que me ha puesto hoy en día donde estoy.

¿Qué es lo que más le ha tocado sacrificar en este tiempo?

Sin duda estar lejos de mi familia.

¿Qué le inspira?

Siempre pienso en mi familia y de que estoy lejos de ellos por algún motivo. Así que, si hago este sacrificio es porque creo que habrá frutos buenos. También, quiero poner a mi país en alto. Sé que muchas personas me apoyan en mi país y en Latinoamérica. Eso me inspira a entrenar fuerte y a estudiar.

¿Qué jugador de baloncesto admiras más y por qué?

A Giannis Antetokounmpo (griego de ascendencia nigeriana) que juega con los Milwaukee Bucks. Admiro su historia, vino de la nada y ahora es un jugador de la NBA.

¿Qué le dicen sus amigos de Bluefields con quienes jugaba de niño?

Qué escogí el deporte correcto. Todos me decían que yo era muy bueno en béisbol y que también hubiera podido hacer una buena carrera ahí,  pero que al final escogí lo correcto. Ellos están muy alegres, siempre me dicen que estoy haciendo un buen trabajo, me escriben, están al tanto de los juegos y me apoyan.

¿Cuál es su mayor sueño?

Quiero terminar mi universidad, pero mi mayor sueño es ir a la NBA y ser el primer nicaragüense en estar ahí.

Etiquetas: deportista / juventud / Miami / Nicaragua / Roaring 20

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