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Por Milagros Sánchez Pinell
Rodrigo Navarro Amador es un profesional que, partiendo de una sólida formación en ingeniería, encontró su verdadera pasión en la asesoría educativa.
Su dedicación y conocimiento, cada año, ayuda a cientos de estudiantes a alcanzar sus sueños académicos, demostrando que, con la orientación adecuada, el futuro puede ser prometedor.
En más de una década, como asesor estudiantil, ha trabajado con más de 850 familias y ha conseguido más de US$85 millones en ayuda financiera para realizar estudios en: Yale, Harvard, University of Florida (UF), Berkeley, Washington University San Luis, University of Pennsylvania, Columbia University, London School of Economics y University of Oxford, solo por mencionar algunas.
Solo el período académico 2023 – 2024 cerró con US$19 millones de ayuda para 58 estudiantes en la región centroamericana.
Navarro Amador, hijo de Ernesto Navarro Richardson y Perla Amador, nació el 5 de agosto de 1964 en México. Hoy en día, es considerado un referente en asesoría educativa en Centroamérica y más allá de sus fronteras.
Inició sus estudios superiores en Miami Dade Community College (actualmente, Miami Dade College). Luego, continuó en Georgia State University y Florida International University por un poco más de un año hasta que finalmente se transfirió a San Jose State University en California, donde se graduó en Ingeniería en Computación.
“En ese entonces, en los años 80, toda la industria tecnológica de computación y software estaba empezando y que mejor lugar para estar que en el Silicon Valley de California”, comenta sobre su decisión de estudiar en San Jose State University.
Una vez que se graduó, trabajó con Visa Internacional en Miami, certificando bancos de Latinoamérica que quisieran emitir tarjetas Visa.
Años más tarde se unió a Florida Power & Light donde diseñó software de interrupción de sistemas eléctricos en todo el estado de Florida.
En 1992 decidió regresar a Nicaragua para empezar una familia con Lucía Terán, convirtiéndose en los orgullosos padres de Lucía Andrea, Rodrigo Javier y Carlos Roberto.
En 2003, mientras trabajaba con la familia Terán en la parte tecnológica de Kodak, decidió realizar un posgrado en Administración de Empresas en INCAE, Costa Rica. Luego, completó un diplomado en Cadena de Suministro en Colombia.
Un giro hacia la asesoría educativa
En 2012, cuando Navarro Amador decidió ayudar a su hija mayor a obtener financiamiento para su ingreso a la universidad, descubrió su verdadera vocación: la asesoría educativa.
“Fui a la universidad de Santa Clara en California y allí tomé un curso de tres semanas donde me enseñaron cómo aplicar a ayuda financiera, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Me funcionó tan bien que mis amistades comenzaron a preguntarme cómo había hecho para conseguir becas tan buenas para mis hijos”, relata.
Fue así como empezó a asesorar a jóvenes estudiantes como un pasatiempo, pero pronto se dio cuenta de que había una demanda que necesitaba mayor atención. Entonces, decidió dejar a un lado su trabajo como asesor informático de empresas en Centroamérica y decidió dedicarse a la asesoría educativa a tiempo completo.
Su éxito fue tal que en 2018 comenzó a llevar su asesoría a nivel internacional, ayudando a estudiantes de toda Centroamérica, y más recientemente, de Colombia y Ciudad de México.
«Estoy suscrito al Departamento de Educación Americano y actualizo mis conocimientos cada año en junio y julio, visitando universidades y participando en tours educativos. Esto me permite ofrecer a mis clientes la información más actualizada y precisa sobre admisiones y ayudas financieras», destaca.
Sus servicios incluyen: ayuda financiera, análisis de universidades, FAFSA y CSS profile (aplicaciones online para programas de becas para universidades) y becas globales en Europa.
Sobre su trabajo, explicó el experto en asesoría que su metodología es rigurosa y muy personalizada.
«A mí me contratan cuando los estudiantes están cursando su último año de secundaria. Mi asesoría llega hasta que ellos deciden poner el depósito para guardar su cupo o beca. Los llevo de la mano explicándoles cada paso del proceso, especialmente en la parte financiera que es mi especialidad», afirma.
Un punto que Navarro Amador enfatiza es la importancia de recibir una asesoría personalizada con un experto en el tema.
«Primero soy un asesor profesional. Hago un contrato confidencial con cada familia porque el aspecto económico-financiero es muy sensible. Nunca agrupo en una sola reunión a estudiantes porque me gusta tratar cada caso de manera individual, según su situación económica y sus necesidades», señala.
Su enfoque es claro: conseguir la mejor admisión al menor costo posible para que sus clientes logren alcanzar sus metas académicas, sin que eso signifique un gran sacrificio económico para los padres.
“De nada sirve ir a Harvard si uno tiene que pagar el precio completo. En Centroamérica la gente anda buscando lo bueno, bonito y barato. Mi propósito es que pueda ayudarlos a conseguir un financiamiento arriba de un 70% de lo que cuesta estar en una universidad prestigiosa”, dice.
Añadió que “es importante saber que nadie paga lo que dice internet, ni los nacionales ni los extranjeros. Siempre hay puertas que hay que saber buscar para poderlas abrir y bajar esos costos”.
Desafíos y satisfacciones
Uno de los mayores desafíos que enfrenta Navarro Amador es la constante evolución de los requisitos de admisión y la creciente competencia entre los solicitantes.
«Cada año cambian los requerimientos y hay más competencia. Es vital empezar una asesoría profesional lo antes posible para abrir más puertas de oportunidades», recomienda.
A pesar de estos desafíos, su satisfacción proviene del éxito de sus clientes.
«Hay padres que me han confiado a su segundo y hasta un tercer hijo. Cuando me agradecen personalmente y me invitan a las graduaciones, es de lo mejor. Más que la parte monetaria es la gratitud de las familias lo que más valoro», confiesa.
En cuanto a sus planes futuros, el asesor estudiantil indicó que radica en continuar expandiendo sus servicios a otros países.
«Este año estoy empezando con estudiantes en The American School Foundation en Ciudad de México y en el colegio Rochester en Bogotá, Colombia. También seguiré visitando más colegios en Centroamérica y sirviendo a la comunidad nicaragüense en Miami y California», revela.
Para finalizar, aprovechó la oportunidad para aconsejar a los jóvenes que están a punto de iniciar el proceso de admisión.
«Organícense bien, hagan un análisis de lo que quieren estudiar y busquen asesoría profesional. Lo que se invierte en una buena asesoría se recupera con creces en ahorros futuros», subraya.
En cambio, a los padres les aconseja a perder el miedo y que dejen a sus hijos madurar y a tomar responsabilidades.
“Este es un esfuerzo y un logro en conjunto. Recuerden que la unión hace la fuerza”, destaca.
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