Ese valor intangible, pero invaluable, que caracteriza a los planes de responsabilidad social empresarial fortalecerá, como nunca, a las empresas que lo pongan en práctica. Sin duda alguna, el Covid-19 obligó a la humanidad a reconocer que lo que le pasa al otro nos afecta directamente.
Los de mayor edad recuerdan el peligro y la incertidumbre que las guerras mundiales o conflictos bélicos internos en sus países cargaron sobre sus hombros en el siglo pasado, al temer por sus vidas, al enfrentar el desabastecimiento de productos básicos o al verse confinados durante semanas en espacios cerrados para protegerse del enemigo.
Nueva York revive cada año el dolor que generó el estado de emergencia que vivió en setiembre del 2001, cuando dos aviones comerciales, cargados de pasajeros, se estrellaron contra el World Trade Center.
Sin embargo, aunque hoy nadie recuerda el día en que un virus microscópico, un enemigo invisible, los obligó a recluirse en arresto domiciliario voluntario e indefinido por temor a perder su vida o la de sus seres queridos, los consumidores del mañana guardarán esas imágenes en sus memorias, recordarán a muchas compañías por las acciones heroicas y solidarias que tomaron en tiempos de necesidad mundial y las premiarán con su fidelidad a la hora de adquirir bienes o servicios.
Es así como la aplicación de planes de Responsabilidad Social Empresarial toma un valor especial y es más válida que nunca tiempos de crisis.
Ante una emergencia, los países se ven en la necesidad de dar respuesta de manera oportuna a las necesidades que surgen con el fin de asegurar el bienestar de todos. Esto requiere de una gran articulación que permita tomar decisiones rápidamente, informar de manera adecuada y canalizar los recursos requeridos para hacer frente a los desafíos que se presentan. Por ello, en tiempos de crisis la colaboración entre sectores diversos es necesaria para generar las sinergias que permitan articular esfuerzos y escalar los impactos en pro del bienestar común.
Así lo explicó Danielle Jean-Pierre, directora de Programas de la Fundación para la Sostenibilidad y la Equidad, quien considera que, ante la emergencia mundial por la aparición del Covid-19, la respuesta de los gobiernos se centra en contener no solo el contagio del virus, sino también en generar medidas de contención económica, aseguramiento en la provisión de servicios públicos, y atención prioritaria a los públicos más vulnerables.
“Es aquí donde acciones de RSE correctamente articuladas serán una herramienta efectiva que contribuye al desarrollo humano sostenible. Por un lado, fortaleciendo sus programas internos y adecuándolos para que estos respondan a las nuevas necesidades de sus comunidades (públicos internos y externos). Por otro lado, articulando esfuerzos e impulsando iniciativas para apoyar, junto con otros actores, a responder a las necesidades de atención prioritaria en el país. Esto implica en muchos casos reinventarse como un requisito para responder de manera efectiva a las necesidades más apremiantes, lo cual a su vez, representa siempre una oportunidad”, explicó Jean-Pierre.
De acuerdo con Elena Galante Marcos, asesora en Sostenibilidad y gestión de la Responsabilidad Corporativa, el apoyo del sector privado está siendo imprescindible en el abordaje de esta crisis, ya que demuestra su capacidad de innovación, adaptación y consciencia de que “no hay empresa exitosa en sociedades fracasadas”, siendo parte de la solución con responsabilidad y creatividad.
“Este aporte contribuirá a amortiguar el impacto social de la crisis y a alivianar el impacto económico en la economía en general y en las finanzas públicas en particular y, sin duda, habrá un antes y un después en la reputación de muchas empresas, por sus acciones en este momento tan decisivo para toda la humanidad. Espero que, como consumidores, no olvidemos las marcas que se están movilizando para contribuir al combate de la crisis y sean nuestras marcas preferidas cuando todo vuelva a la normalidad”, afirmó Galante.
Por otra parte, Karen Wantland, directora y socia fundadora de Estrategia3, explicó que a raíz de la aparición de la emergencia sanitaria, las empresas conscientes están migrando de un enfoque de responsabilidad social que persigue reducir daños, a uno con un propósito mayor.
“Las crisis generan oportunidades y el Covid-19 nos está demostrando que si no cooperamos los unos con los otros, esto no se puede solucionar. Ahora nos preocupan los indigentes, los recolectores de basura, la gente que trabaja en el gobierno, los dependientes de tienda, el proveedor de energía eléctrica y toda nuestra red, porque reconocemos que lo que le pasa al otro, nos afecta a nosotros también”, dijo Wantland.
La experta afirmó que después del Covid-19 el mundo no será igual y un mundo diferente necesitará empresas diferentes.
“Muchos de los bienes de consumo que se utilizan serán innecesarios porque los clientes se enfocarán en lo esencial. Algunas empresas seguirán trabajando en línea y sacarán provecho de la Revolución 4.0, por lo que el trabajo deberá reinventarse. El Covid-19 nos está empujando a cambiar más rápido, a ser más conscientes y coherentes entre el mundo que deseamos y lo que hacemos”, aseguró Wantland.
“En ese contexto, mi único consejo hoy es tomar cada decisión con un enfoque de propósito y bienestar, preguntarse, ¿cuál es mi propósito con esta empresa? ¿Cuál es mi papel ante esta crisis? ¿Cómo genero bienestar? y de ahí partir. Ánimo a los empresarios, que los necesitamos. Ustedes son el corazón que mueve al mundo y por lo tanto, quién define cómo late”, dijo Karen Wantland.
Ciertamente, las futuras generaciones recordarán la manera en que el mundo respondió a la pandemia del Covid-19 y muchos consumidores responderán con fidelidad y cariño a las acciones, esfuerzos y sacrificios que muchas marcas realizaron para que la raza humana se levantara y luchara, de manera unida, solidaria y como una sola especie, por disminuir el dolor y la amenaza de la muerte.
¡A prueba de fuego!
Al igual que el oro surge a grande temperaturas, las crisis sacan lo mejor de nosotros y cientos de compañías responden con acciones de RSE ante la emergencia sanitaria del Covid-19.
A continuación, algunas de las acciones que llenan de fe, esperanza y que le gritan al mundo que hay luz al final del túnel.
“Juntos Salimos Adelante”
Ese es el nombre del plan implementado por Portafolio Inmobiliario para apoyar a sus inquilinos con la continuidad de su negocio. En alianza con Banco Promerica, apoyarán a sus clientes con su flujo de caja, pago de planillas, alquileres, cuotas de mantenimiento, entre otros, para gozar de estabilidad durante los siguientes cuatro meses. El primer pago de dicho plan se podrá realizar a partir de abril del 2021.
Un respiro para el mundo
Elon Musk, en su cuenta de Twitter puso a disposición respiradores gratis para cualquier hospital en el mundo que los necesite, con la condición de que no se almacenen, sino que entren en uso inmediato para salvar vidas.
Ford en colaboración con GE Healthcare, aprovechará el diseño del ventilador de Airon Corp. Aprobado por la FDA para producir en Michigan 50.000 ventiladores en los próximos 100 días para ayudar a pacientes con coronavirus
Por otra parte, a solicitud del gobierno francés, Schneider Electric, Air Liquide, Groupe PSA y Valeo asumieron el reto de producir 10.000 respiradores entre abril y mediados de mayo. También en Europa, la fábrica de vehículos Seat adaptó el motor de los limpiaparabrisas de vehículos para producir respiradores.
Protección a sus colaboradores
El Canal de Panamá trabaja con una fuerza laboral de 3.600 de los 10.000 trabajadores la Autoridad del Canal de Panamá para evitar los contagios del coronavirus. Hay 200 personas en aislamiento voluntario y otros 600 trabajadores obligados por el Ministerio de Salud a guardar cuarentena en sus casas, debido a contactos con familiares o cónyuges con Covid-19. La Autoridad también implementó la modalidad de teletrabajo.
A la par de sus clientes
Banco Promerica Costa Rica flexibilizó los pagos para sus tarjetahabientes y clientes de créditos de consumo. Otorgó automáticamente un periodo de gracia de 2 pagos mínimos, que se trasladan al saldo del crédito, sin recargo de intereses y comisiones por morosidad, que aplica a los clientes con morosidad inferior a 90 días.
Ver la vida de otro color
Pinturas Paleta, como parte de su proyecto de RSE #Guatecolor, donó 600 galones de pintura antibacterial con grado hospitalario para las instalaciones del Campamento en el Parque de la Industria, en Guatemala, destinadas a funcionar como hospital para atender y paliar la crisis del Coronavirus.
Solidaridad y esfuerzo
El restaurante El Novillo Alegre puso en marcha el servicio de entrega puerta a puerta de sus platillos favoritos para mantener el empleo para sus 180 colaboradores, en Costa Rica. La novedad radica en que las entregas serán realizadas propiamente por los meseros de sus restaurantes.
Uber Eats
La empresa implementa medidas para apoyar a más de 30.000 pequeños y medianos negocios independientes que usan la aplicación de Uber Eats en Latinoamérica, permitiendo órdenes con costo de entrega gratuito y estrategias de promoción y visibilidad.
Alcohol que salva vidas
Bacardí México se está concentrando en producir alcohol para desinfectantes de manos para apoyar en la actual pandemia del nuevo coronavirus.
En Costa Rica, la Fábrica Nacional de Licores también lo hizo, lo puso a la venta a través de una página web y lo distribuye a domicilio a través de Correos de Costa Rica.
Diageo, el fabricante de Johnnie Walker y Smirnoff, donó más de 8 millones de botellas de desinfectante para los profesionales de la salud, ante la escasez del mismo y proteger a quienes nos cuidan a todos.
Salud privada a disposición del país
17 centros médicos agrupados a la Cámara Costarricense de la Salud trabajan de manera articulada con las autoridades de salud pública y pusieron a disposición de las autoridades, en caso de ser necesario 300 camas disponibles y de 30 a 40 espacios en cuidados intensivos para pacientes que lo requieran.
Un regalo del mar
La compañía Sardimar, 100% costarricense, inició la distribución de 26.880 latas de atún de 140 gramos, para ayudar a las comunidades y grupos más vulnerables por la presencia del Covid-19, que incluyen los 18 hogares de ancianos con mayor población en el país, la Asociación Obras del Espíritu Santo, la Comisión Nacional de Emergencias, el Centro Nacional de Rehabilitación y otros hospitales.
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