Este ranking de competitividad para América Latina es realizado por el Instituto de Competitividad de ADEN
El Instituto de Competitividad de ADEN realiza desde el año 2010 mediciones de competitividad para América Latina. A partir de estas estimaciones, se construye un Ranking de competitividad, utilizando la información recopilada y sistematizada de fuentes nacionales e internacionales.
El ranking tiene por objeto conocer el posicionamiento competitivo de países latinoamericanos sobre la base de los diez aspectos que ADEN considera para evaluar competitividad-país: cobertura de necesidades básicas, aspectos institucionales, infraestructura, estabilidad macroeconómica, salud, educación, expectativas de la población, competencia en los mercados, eficiencia en las relaciones laborales y acceso a la tecnología.
Al mismo tiempo, se apunta a explorar los motivos que ubican a cada país en tal posición y efectuar una lectura proactiva respecto de las acciones que debería encarar para sostener y mejorar su posicionamiento, observando las realidades y estrategias de los que son líderes en cada aspecto competitivo.
Resultados del 2019
De los resultados generales obtenidos en 2019 pueden obtenerse las siguientes conclusiones:
Chile continúa manteniendo el liderazgo del ranking, aunque desde 2013 su puntaje y la diferencia sobre algunos de los países del grupo se ido reduciendo. Si bien sigue manteniendo ventaja, ésta es menor y ha relegado el liderazgo en algunos de los rubros que integran el concepto de competitividad utilizado en este informe, según se explicará más adelante.
En segundo lugar se ubica Uruguay, que ha desplazado en esta medición a Costa Rica y ha dejado a Panamá en cuarta posición. Estos tres países muestran sin embargo una escasa diferencia de puntaje que permite identificarlos como un grupo de “muy buen nivel de competitividad país”, que se ha ido distanciando en los últimos cuatro años de los países que se ubican a continuación.
México se sitúa “en soledad” en quinto lugar, a cierta distancia del puntaje de los anteriores y a su vez separado de los países que le siguen. Una mejora en su puntaje en los últimos dos años le ha permitido tomar distancia del grupo que le sigue en el ranking y muestra un nivel de
competitividad aceptable.
A continuación sigue un grupo de tres países que muestran escasa diferencia entre sí en puntajes: Perú, Colombia y Brasil. Este grupo no existía con esta homogeneidad de puntajes en las estimaciones de 2012 y 2013, pero el ascenso de Colombia y Perú, unido a la reducción en Brasil han permitido que se en la actualidad se encuentren en un reducido entorno de pocos puntos.
Estas naciones muestran un nivel competitivo “medio”, con avances relativos respecto del resto en áreas de infraestructura, aspectos institucionales y, en menor medida, estabilidad macroeconómica.
Argentina y Ecuador se sitúan a continuación, evidenciando ya algunos problemas competitivos que se mantienen en el tiempo y que no consiguen mejorar para avanzar en el ranking.
A continuación se observa un grupo de tres países, situados un “peldaño” más abajo, compuesto por República Dominicana, Paraguay y El Salvador, separados también entre sí por escaso puntaje. Si bien en anteriores estimaciones se había observado el acercamiento e integración de Paraguay a este grupo, en la presente ha vuelto a rezagarse. Al mismo tiempo, se observa un estancamiento de la situación de El Salvador. En estos casos ya es necesario hablar de niveles de competitividad país menos aceptables, con falencias importantes en algunos aspectos.
Retrasos competitivos
En el grupo siguiente aparecen países que ya observan algunos retrasos competitivos más marcados (cada uno en grado diverso y con dinámicas diferentes) derivados de problemas de inseguridad, inestabilidad macroeconómica, aspectos institucionales e infraestructura: Honduras, Guatemala y Bolivia. También en este caso las distancias entre los puntajes son pequeñas y las posiciones pueden variar en el futuro ante cambios en variables puntuales. En este grupo debe destacarse el caso de Bolivia, que se ha integrado recientemente al mismo en virtud de mejoras en su puntaje, luego de estar en los puestos más rezagados en mediciones anteriores.
Finalmente, en el último grupo, con realidades económicas y sociales diferentes pero con problemas comunes de inestabilidad macroeconómica y problemas institucionales aparecen Nicaragua y Venezuela. Ambas naciones han tenido retrocesos en sus puntajes, en particular Venezuela, que las alejan del resto y las mantienen en posiciones de rezago en materia de competitividad.