La entrenadora ejecutiva y autora Susan S. Freeman habla sobre la búsqueda de una mentalidad saludable para resolver problemas en su nuevo libro, «Inner Switch: 7 Principios atemporales para transformar el liderazgo moderno».
Aprender a estar presente es una de las competencias más importantes para los líderes del siglo XXI. En un mundo que cambia rápidamente, su presencia centrada puede ser el mejor regalo que pueda darse a si mismo y a los demás. Cualquier problema que resuelva con una mente reactiva puede, en el mejor de los casos, solo hacerlo sentir y rendir relativamente mejor. Pero cuando está presente, es absolutamente mejor, funcionando bien independientemente de los resultados o las circunstancias.
Esto es importante para el liderazgo porque el mayor salto que podemos dar en el compromiso y la productividad proviene de alejar nuestra conciencia interna de una lente reactiva. Cada vez que intentamos resolver un problema de forma reactiva, la solución tiene un enfoque externo. Pero la raíz del problema nunca es el mundo exterior, sino el perceptor sesgado que vive dentro de todos nosotros. Una vez que reconozcamos esto, podemos aprender a cambiar nuestra perspectiva para convertirnos en un perceptor sin juicios ni prejuicios.
Cultive la sabiduría de su cuerpo
En Occidente, la opinión predominante es que la sabiduría viene de la mente. Muchos de nosotros fuimos criados sin ningún reconocimiento de la importancia de prestar atención a nuestros cuerpos. ¡Literalmente experimentamos el mundo completamente en nuestras cabezas, como si estuvieran atrapados en la parte superior de nuestros cuerpos sin conexión entre el cerebro y nuestras extremidades y otras partes del cuerpo!
Nada podría estar más lejos de la verdad. Occidente es cada vez más receptivo a revisar las enseñanzas antiguas sobre las modalidades de energía, como el yoga, el tai chi, el Jin Shin Jyutsu, el Reiki y otros sistemas antiguos de Oriente. Muchas personas han encontrado estos beneficiosos para la curación. Estos sistemas a menudo han sido relegados al dominio de la salud y el bienestar y no se han integrado en los negocios per se. Es solo recientemente que ha habido interés en su aplicación a todos los aspectos de la vida occidental.
Los líderes se beneficiarán de aprender a sintonizarse con su propia presencia mientras lo modelan para los demás. Para influir eficazmente en los demás, primero deben estar presentes y tomar conciencia de sus cuerpos y de la energía que están emitiendo.
El cuerpo ofrece un laboratorio vivo en el que investigar nuestros estados mentales y emocionales. Al ponernos en contacto con nuestras sensaciones corporales principales, no con nuestro comentario sobre nuestras sensaciones, podemos explorar nuestra relación con nosotros mismos y con los demás como una puerta de entrada a la presencia. Esta es la razón por la que tener una práctica somática (sōma es griego para «cuerpo») es esencial. Todos podemos sentir, notar y experimentar sensaciones en el cuerpo. Cuando lo hacemos, estamos accediendo al cuerpo y a su energía en forma pura, sin los grilletes que provienen del pensamiento.
Nuestros cerebros generan espontáneamente miles de pensamientos al día, la mayoría de los cuales son aleatorios. Creemos que somos conscientes y racionales, sin embargo, la gran mayoría de nuestros pensamientos son habituales y repetitivos, no conscientes. ¡Nuestras vías neuronales son como vías de tren, y podemos ser trenes desbocados, bajando por una vía a alta velocidad sin frenar!
Hemos tenido toda nuestra vida para construir las pistas y caminos para nuestros pensamientos. Se han establecido en la parte superior de nuestra edad, historia familiar, educación, género, creencias religiosas y ubicación geográfica, entre otras cosas. Nuestras pistas incluyen nuestros miedos y recuerdos del pasado y nuestras preocupaciones sobre el futuro. Nos llevan de forma fiable a las mismas estaciones una y otra vez.
Cómo desarrollar su liderazgo eficaz y responder en lugar de reaccionar
Las emociones se encuentran entre las expresiones humanas más importantes. Debido a que consisten en energía, las emociones se mueven y cambian constantemente. Si entendemos esto, tenemos la capacidad de elegir lo que hacemos con las emociones espontáneas que surgen.
Los pensamientos y las emociones son recíprocos. Un pensamiento puede desencadenar emoción, y la emoción puede desencadenar pensamiento.
Cuando los líderes quedan atrapados en la reactividad emocional, no pueden ser efectivos.
Considere a Amanda, una CEO que estaba teniendo dificultades en una relación con una empresa asociada. Todo iba muy bien en las relaciones con todas las divisiones de la empresa, excepto una. Ella había recibido la noticia de que esta división podría ser un desafío debido a un individuo cuyos objetivos y deseos no estaban alineados con los suyos. Ella estaba molesta.
Ella me dijo: «Me despierto y estoy estresada. Tengo la mandíbula cerrada, tengo insomnio y no sé qué hacer». Estaba claramente en un modo de alta alerta y alta reactividad: un tren desbocado.
Dije: «Desde este lugar en el que está ahora mismo, tendrá dificultades para imaginar la solución correcta. Pero si puede entrar en un estado relajado, puede surgir una serie de posibilidades».
Cuando la guié a través de un ejercicio para ayudarla a entrar, pudo acceder a la inteligencia innata de su cuerpo de inmediato y sin esfuerzo. Como resultado de ser relajada y expansiva, descubrió una forma de avanzar que se sentía sólida y efectiva. Confiaba en la idoneidad de la solución que se presentaba. Se dio cuenta de que necesitaba tener una conversación específica que aún no había tenido. También apreció la forma de ser que necesitaba llevar a la conversación. Cuando se reunió con su colega de esta nueva manera, la otra persona estaba más abierta de lo que había imaginado. Las cosas en el trabajo comenzaron a cambiar. No es de extrañar que la calidad de su sueño también mejorara.
El equilibrio de los estados simpáticos y parasimpáticos es fundamental tanto para nuestro bienestar como para el cultivo de la presencia. Ninguno de los dos estados es superior al otro. Son opuestos e iguales en su importancia. Ambos son necesarios para mantener dinámicamente la homeostasis del cuerpo. (Recuerde, un estado de polaridad es la capacidad de pasar de un estado a otro en alternancia, según sea necesario). Como con cualquier ecosistema, se necesitan fuerzas complementarias para preservar la armonía.
El problema es que nuestro pensamiento y trabajo habitual en el mundo de los negocios se están activando con simpatía. No es posible usar solo la mente para relajarse y restaurar el equilibrio del sistema nervioso. Necesitamos contrarrestar nuestra activación del SNS (sistema nervioso simpático) a través del sentimiento y el ser. Este es un modo completamente nuevo con el que muchos líderes de alto poder están menos familiarizados y en el que puede que no confíen del todo.
La buena noticia, sin embargo, es que cuando estamos en un estado relajado y parasimpático, podemos acceder a las capacidades de nuestra inteligencia superior que necesitamos para la presencia y la colaboración, como la visualización y la creatividad generativa espontánea.
A medida que avanzamos de la activación simpática a la parasimpática, pasamos de la acción (lucha o huida) al metabolismo (descanso y digestión), de la tensión a la relajación, de la lógica a la intuición, de forzar a permitir, del juicio a la aceptación.
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