Las experiencias en un entorno desconocido se enriquecerán en conocimientos y en competencias. Sin embargo, en los primeros momentos es habitual que se presente un choque cultural que le puede afectar emocionalmente.
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Según el último informe de la Organización Internacional de las Migraciones, presentado en el año 2019, el número de personas que vivía en aquel entonces en un país distinto del de su nacimiento ascendía a 272 millones en todo el mundo. Dos tercios de ellos habían realizado el cambio por motivos de trabajo. Si nos centramos en porcentajes, un 3,5% de la población mundial residía en 2019 fuera de su país.
La irrupción de la pandemia de coronavirus y la adopción y mantenimiento del teletrabajo en numerosas empresas ha provocado que el número de personas que se aventuran a trabajar fuera de su entorno de origen haya crecido aún más. La mayor parte de ellas debe afrontar un choque cultural en su país de destino y adaptarse a una nueva forma de vida que llega a tener implicaciones sociales, económicas, legales y culturas.
¿Está pensando en empezar a trabajar en el extranjero? Si sigue una serie de pasos, podrá superar el choque cultural sin demasiadas dificultades. Vamos a verlo.
Tenga todo preparado: información que debe conocer antes de viajar
Cualquier aventura puede ser bienvenida, pero si su intención es permanecer durante un periodo de tiempo prolongado en un país que desconoce, es importante que tenga en cuenta varios aspectos prácticos antes de viajar que tle ayudarán a evitar problemas burocráticos y reducirán su incertidumbre. Infórmese de todos estos aspectos antes de instalarse en su nuevo destino:
- Visado y permiso de trabajo. En la mayor parte de los casos será la empresa que se ha contratado la que gestione esta documentación básica para trabajar en el extranjero, aunque no siempre sucede así. Infórmase en la embajada o consulado del país en que se instalará para conocer todos los aspectos de este proceso.
- Estudie el coste de vida y relaciónalo con el salario que va a recibir. Tener una remuneración diferente a la que recibe en su país de origen no significa que vaya a tener un nivel de vida mejor o peor. Valore que sus gastos en la cesta de la compra, ocio, vivienda e impuestos en relación con su sueldo se dejen un margen suficiente para vivir cómodamente.
- Cobertura sanitaria. Pocos países tienen sanidad universal, por lo que es muy probable que deba contratar un seguro médico para proteger su salud. Infórmese sobre las opciones que existen y apuesta por aquel que se ofrezca seguridad ante cualquier eventualidad.
- Cree previamente una red de contactos. Entabla una relación por redes sociales con aquellas personas con las que sepas que vas a trabajar. Preséntate, explica tu situación y cuándo vas a llegar. Consúltales las dudas que te surjan a priori sobre la vida en el país. Contar con una red antes de tu llegada te ayudará a que el proceso de adaptación fluya de una forma mucho más natural.
¿Qué hacer para adaptarse rápidamente cuando llegue a su destino?
El cambio de país de residencia y de trabajo implica un proceso de adaptación que permita vencer el choque cultural. Este concepto, hoy ampliamente utilizado, fue definido por el antropólogo canadiense Kalervo Oberg, que identifica cuatro fases desde que la persona llega al país de destino:
- Luna de miel: Momento de idealización. El migrante entiende como emocionante la nueva situación. Todo es positivo y estimulante en esta fase.
- Negociación: Se produce una reacción negativa tras el primer periodo de estancia en el país. Los aspectos que nos desagrada de la nueva cultura salen a relucir, apareciendo emociones como la ansiedad e, incluso, el arrepentimiento.
- Ajuste: La persona empieza a asumir la cultura extranjera y es capaz de superar aquellos elementos que le resultan molestos de la misma.
- Adaptación: El empleado asimila las costumbres de la vida fuera de su país y comienza a hacerla suya.
El choque cultural está presente en la mayor parte de las personas que trabajan en el extranjero. Conseguir llegar a la fase de adaptación en un breve periodo de tiempo depende de la red de confianza que se haga, de la satisfacción en el trabajo y con el entorno y de la propia personalidad del individuo. No obstante, existen diferentes aspectos que le ayudarán a reducir la brecha cultural en menor tiempo.
- Conozca y profundice en los matices del idioma. La comunicación es parte esencial para lograr la integración en el país de destino. No se trata solo de que domines el idioma del país, sino de que entiendas los matices del mismo, las bromas, expresiones populares, qué palabras pueden generar equívocos e, incluso, variaciones de la comunicación no verbal.
- Participe de las rutinas de ocio de sus compañeros y cree nuevas redes sociales. El trabajo en equipo es, si cabe, más importante cuando se emplea en el extranjero. Es importante que deje que se conozcan para que confíen en usted y su poder contar con el apoyo de los compañeros. Por ello, siempre que puedas, no se pierda los encuentros fuera del horario de oficina. Por otro lado, existen asociaciones de expatriados en los que puedes compartir su experiencia con personas de su país de origen en una situación similar a la tuya. Crear una red social en la que puedas confiar y que confíe en usted es básico para acelerar su integración.
- Genere su propia rutina. La mejor forma de reducir su nivel de estrés es que mantenga ciertos hábitos que le hagan sentirse seguro. Realizar actividades deportivas, tratar de respetar tus horas de sueño o establecer un día de la semana para salir a cenar fuera o cualquier actividad de ocio que te relaje reduce la incertidumbre y ayuda a mantener una zona de confort que también es recomendable.
- Deshiníbese y pregunte. Al encuentrarse ante un entorno nuevo, en un trabajo en el que desconoce el día a día, probablemente con un idioma del que no es nativo, con unas costumbres que pueden resultar extrañas. La novedad estimula, pero también genera dudas. Ya sea desde un punto de vista laboral o social, pregunte todo lo que no tengas claro, pida ayuda siempre que lo necesite. De esta forma está demostrando interés en el país de destino y en las personas que acabas de conocer, evidencias que quiere integrarse dentro de la nueva realidad con nuevas personas. Y esto siempre es bienvenido.
La experiencia de ir a trabajar en el extranjero se va a aportar conocimientos y soft skills que harán su perfil aún más valioso para las empresas. Pero está claro que también supone un reto en el que tiene mucho que ver el choque cultural. ¡Afrontelo con buen ánimo y éxito está en su mano!
Fuente: Universia.net
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