• 25 junio, 2019

Organización costarricense galardonada por rescatar agricultura indígena para adaptación al cambio climático

Organización costarricense galardonada por rescatar agricultura indígena para adaptación al cambio climático

Participaron más de 36 proyectos de más de 14 países, incluyendo Holanda, España, Israel y Costa Rica

Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible, en alianza con el Instituto de Desarrollo Rural (Inder), anuncia que el proyecto “Agricultura familiar indígena resiliente a los efectos del cambio climático”, ha sido galardonado con el Premio Innovagro 2019.

Alvaro Eyzaguirre de Fundación de la Innovación Agraria de Chile, Johhny Campos, presidente de Fundecooperación y Enrique Quezada, vicerrector de la Universidad de Cordoba, España.

El proyecto se postuló para la categoría de innovación social; y tiene como objetivo destacar el valor del conocimiento ancestral como acción de adaptación al cambio climático, y como medio de fortalecimiento a las acciones en las poblaciones indígenas, específicamente en las comunidades Bribrís y Cabécares.

Marianella Feoli, directora ejecutiva de Fundecooperación, explica que “el proyecto forma parte del programa Adapta2+, el cual busca reducir la vulnerabilidad y mejorar la resiliencia de las comunidades con mayor riesgo a los efectos del cambio climático; así como regresar a las prácticas agrícolas propias de estas comunidades”.

Por su parte, Harys Regidor, presidente Ejecutivo del Inder, institución ejecutora del proyecto, indica que “parte fundamental del trabajo del Inder es propiciar iniciativas que generen desarrollo rural y que al mismo tiempo respeten las características propias, identidad y valores de los habitantes, como sucedió en caso en el Territorio Talamanca-Valle La Estrella, donde se desarrolló este proyecto y para el cual nuestros funcionarios dedicaron muchas horas de arduo trabajo, junto a otras instituciones y organismos, que hoy se ven recompensados con esta distinción internacional. A todos ellos y ellas, nuestro reconocimiento”.

Además, el proyecto buscó apoyar la seguridad alimentaria de las comunidades indígenas en Talamanca, frente las afectaciones del clima, que alteran de manera especial los cultivos de plátano, banano, cacao, fincas integrales y otras plantaciones de la zona.

¿Por qué se ejecutó este proyecto?

En cuanto a este tema, uno de los propósitos era que las familias lograran retomar el conocimiento indígena para diversificar los modelos productivos, y a la vez, contribuir a la adaptación de las comunidades.

“Es por ello, que el proyecto se dirige rescatar y valorizar el conocimiento ancestral en el manejo ecológico de las fincas, estableciendo un conjunto de buenas prácticas que permitan que las distintas actividades económicas convivan y se refuercen en la propia finca; así como, en la comunidad indígena”, comentó Feoli.

¿Cómo se ejecutó el proyecto?

La puesta en marcha del proyecto representó una serie de retos para todas las partes involucradas, tanto para los pueblos indígenas, como para Fundecooperación y el INDER; pues significó realizar una serie de cambios y retomar costumbres a las que ya no estaban acostumbrados.

Manual desarrollado en el proyecto.

“Esto implicó un fuerte proceso de aprendizaje y sensibilización, por un lado a la población indígena acerca de los efectos del cambio climático para que conocieran los riesgos que significaba utilizar algunas prácticas , y por otro lado, con el apoyo de mediadores culturales, fue un proceso de aprendizaje de nuestra parte y de todos los que participaron en el proyecto para conocer y entender mejor las prácticas ancestrales, lo cual fue un factor social muy importante en el proyecto”, mencionó la directora ejecutiva.

Se desarrollaron 17 prácticas para la adaptación, dentro de las cuales se contemplan las tradicionales y no tradicionales; tales como la conservación de la finca integral, la evaluación de las fincas antes los riesgos y amenazas del cambio climático, la reducción de emanación de gases de efecto invernadero, registros de los cambios en el clima y proyección y conservación de fuentes de agua.

“Con respecto al desarrollo del proyecto, este fue ejecutado por el INDER, donde se buscó implementar una estrategia de Desarrollo Rural del Territorio de Talamanca- Valle de la Estrella que cuenta con una estructura propia de gobernanza, el Consejo Territorial de Desarrollo Rural, conformado por instituciones del Gobierno con presencia en el territorio y por entidades que representan a la sociedad civil”, comentó Feoli.

El proyecto inició en el 2015, y se ha logrado llevar a cabo gracias al apoyo y la participación de distintas entidades como las asociaciones de Desarrollo Indígena Cabécar (ADITICA) y Bribrí (ADITIBRI), ya que ambos realizaron un proceso de selección de los beneficiarios, así como el seguimiento a la ejecución y asegurar el cumplimiento de los compromisos de las familias participantes.

Y el proyecto deAgricultura familiar indígena resiliente a los efectos del cambio climático” es apoyado por el Programa Adapta2+, programa gestionado por Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible, al ser el ente nacional acreditado como el implementador del Fondo de Adaptación en Costa Rica.

Principales beneficios

En relación a los beneficios del proyecto para la comunidad y el país se lograron identificar los siguientes puntos:

  • Fortalecimiento de las organizaciones de base indígenas en la adaptación al cambio climático.
  • Rescate de buenas prácticas tradicionales indígenas que les permite ser resilientes al cambio climático
  • Las buenas prácticas identificadas permiten la promoción de la seguridad alimentaria en pueblos indígenas.
  • Las buenas prácticas recogidas en el Manual han sido la base de un proceso de capacitación dirigido a las familias indígenas, de manera que dichas familias puedan diseñar planes de manejo de sus fincas. Estos planes constituyen estrategias para mejorar el manejo de sus fincas y recursos, reduciendo vulnerabilidad a los efectos del cambio climático.

Así lo confirma don Agustín Jackson López, expresidente de la Asociación de Desarrollo Integral Territorio Bribrí, quien estuvo al frente de la asociación en el momento del proyecto. Él explica que “el rescate de las antiguas prácticas fue uno de los procesos más importantes, así como la diversificación de plantaciones en la zona. Incluso, las familias de la zona entendieron la importancia de trabajar unidos”, agrega.

Etiquetas: agricultura índigena / cambio climático / Costa Rica / Fundecooperación / Premio / proyecto

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