• 30 agosto, 2023

Gente experta en gente

Gente experta en gente

En las organizaciones de hoy hacen falta más personas expertas en personas, de esas que encienden un trayecto relacional que promueve el alto rendimiento por los cuatro costados.

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Por Alexander Aguilar Soto, Director de Humano Inteligencia Empresarial S.A.

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Hoy más que nunca las organizaciones, y cualquier tipo de empresa, urgen de gente experta en gente. Este tema dejó de ser prioritario y exclusivo de las áreas de recursos humanos, ventas o servicio al cliente.

La gente experta en gente es aquella que promueve las relaciones saludables en el entorno de trabajo. Es gente, que además de sus aptitudes y capacidades técnicas y cognitivas, tiene gran capacidad actitudinal para generar sinergias hacia la productividad y el trabajo colaborativo, siempre teniendo presentes sus habilidades sociales, empatía y relaciones humanas, así como la capacidad para enfrentar y solucionar el conflicto y promover las negociaciones ganar – ganar, sin olvidar la gestión de sus emociones.

Todo lo anterior construye y fortalece culturas organizacionales poderosas en la forma en que se relacionan las personas, más allá de la presión, el estrés y el cansancio físico y mental que en ocasiones acompaña en el cierre de mes o en cualquier otro momento.

Porque resulta que el talento humano es el elemento esencial para la buena gestión del clima laboral y de la competitividad, razón suficiente para que usted se pregunte: ¿Soy un gerente, director, supervisor o colaborador experto en gente?

Alexander Aguilar Soto, Director de Humano Inteligencia Empresarial S.A.

Si su respuesta es positiva va en el camino correcto, de lo contrario tiene la posibilidad de comenzar a desarrollar algunas habilidades fundamentales para llamarse “alguien” experto en gente. Y todas estas habilidades se aprenden y se entrenan, siempre y cuando usted sea consciente de que las requiere para seguirse mejorando como una persona experta en tratar a otras personas.

En este apartado conviene entender que antes de liderar lo externo debo liderarme a mí mismo, en la comprensión de que es difícil dar lo que no tengo. La primera tarea consiste, entonces, en analizar y comprender sus estados internos, encender su autocrítica e introspección para saber dónde estoy y hacia dónde quiero dirigirme en este camino de convertirme en gente experta en gente.

Para encaminarse en esta ruta tome en cuenta algunos de los enunciados relacionales que se proponen más abajo, para saber si cuenta con ellos o si más bien debe potenciarlos desde su propio carácter y mejora personal, porque la gente experta en gente  se construye intencionalmente y con mucho trabajo personal, día a día, momento a momento. Llegarán muchas recaídas para volver a levantar vuelo en su cometido.

Es un proceso constante, infinito en posibilidades y lleno de altibajos, porque estas habilidades para la vida, para convertirme en un experto en gente, tienen un punto de inicio, pero nunca finalizan. Se llama sabiduría relacional y es un trayecto de toda la vida.

Tómelo en cuenta y conviértase en gente experta en gente:

Nunca responda cuando esté molesto.

Gestione sus emociones más fuertes como la ira, el miedo y la tristeza. A veces es difícil evitar sentirlas, pero la reacción ante ellas sí es su responsabilidad.

Felicite en público, corrija en privado.

Vea y analice el conflicto como parte del paisaje, porque será siempre nuestro acompañante. Donde haya seres humanos interactuando siempre habrá conflicto. Siempre.

Antes de reaccionar frente al comportamiento inadecuado de otra persona pregúntese: ¿Qué estará pasando en el mundo de él o ella, y que le está llevando a comportarse de esta forma?

Recuerde que dos nunca pelean si uno quiere.

Postergue su reacción cuando esté muy enojado. Así dará tiempo a que su estado emocional evolucione y podrá más adelante hablar y expresarse desde lo racional, principalmente.

Comprenda que los seres humanos primero sentimos y luego pensamos. La emoción decide y la razón justifica.

Molière, dramaturgo, actor y poeta francés, digo alguna vez esta joya de frase: “Uno debería examinarse a sí mismo un largo tiempo antes de pensar en condenar a otros”.

Tengo derecho a estar cansado, malhumorado, con miedo o triste. Eso sí, bajo estos estados emocionales evite tomar decisiones importantes. Deje estas decisiones para después, para mañana u otro día.

El gran Alejandro Magno dijo alguna vez: “De la conducta de cada uno depende el futuro de todos”.

Cuando corresponda diga “no” sin culpa y también diga “sí” sin miedo.

– Nunca se puede forzar a alguien a comprender un mensaje que no está preparado para recibir. Aún así, siempre trate con respeto y aprecio a los seres humanos.

Ernest Hemingway, el escritor y periodista estadounidense, nos regaló en algún momento esta frase: “Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”.

Los que solo tienen aspiraciones individuales no pueden entender el sueño colectivo.

Santa Teresa de Calcuta digo alguna vez esta frase para poder convertirnos en gente experta en gente: “Procura que todo aquel que llegue a ti salga de tus manos mejor y más feliz”.

Nadie llega a ningún lado sin la ayuda de alguien más.

– Nunca le tenga miedo a las personas que son más inteligentes y capaces que usted. Más bien llévelas a su equipo porque estos seres humanos, si saben gestionar sus emociones, hacen florecer por donde pasan.

Carl Jung, pionero de la psicología y del psicoanálisis dijo un día: “Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.

El respeto es como el dinero, puede pedirlo, pero es mejor ganárselo.

Nada cambia, si no cambiamos nada.

Hágase imprescindible en la vida de las personas.

Quiera más a las personas que a su posición jerárquica.

¿Quiere generar impacto relacional a todo nivel? Salude al llegar, despídase al marcharse, pida las cosas por favor, dé las gracias, discúlpese cuando corresponda, reconozca de inmediato cuando se haya equivocado y a manos llenas reconozca el buen trabajo de los demás.

Sea un ser humano coherente: que lo que usted piensa, dice y hace lleven una misma línea.

Jamás olvide que una frase positiva puede cambiar para bien el mundo del otro.

– Cuando alguien se le acerque a pedirle un consejo o a contarle alguna circunstancia personal o de trabajo deje todo y póngale atención. Escuche lo que dicen sus palabras y lo que dice su lenguaje corporal. En ese momento la persona que tiene al frente es más importante que su teléfono móvil, su computadora, su tablet o su correo electrónico.

Nunca se muestre indiferente con las necesidades de las personas, porque éstas nunca olvidarán como usted las hizo sentir.

Servir a los demás le hará un experto en gente de nivel superior.

 

Etiquetas: gente experta en gente / Humano Inteligencia Empresarial S.A. / organizaciones / relaciones saludables / TALENTO HUMANO

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