Supermamá feliz

Por Esmeralda Mesa

Anna Jarvis, en 1908, comenzó en los Estados Unidos con la tradición del Día de la Madre y logró que la festividad fuera nacional. El resto del mundo adoptó la tradición. Está tradición también tiene origen religioso. Años después, Anna se arrepintió de su logro porque lo que comenzó con las mejores intenciones terminó comercializándose.
Para una madre, esa fecha es para autoevaluarse. ¿He tenido paciencia? ¿He dado suficiente cariño?

Qué difícil, en verdad, ser una madre hoy en día cuando se nos ve como la supermamá. Solamente el nombre te cansa. Es la mujer que prepara a sus hijos para el colegio, mientras se alista para el trabajo, mantiene su casa en orden y al final de la jornada laboral continúa trabajando como mamá.

Hace la tarea con ellos, los lleva a su clase de deporte, prepara la cena, dispone a los niños para ir la cama, les lee su historia preferida por la noche y los arropa cuando se acuestan. Luego le dedica al marido un poco de atención, o sea oye cuentos aburridos del trabajo, fingiendo que le está prestando full atención, cuando en realidad piensa en todo lo que tiene que hacer al día siguiente o cómo celebrará el próximo cumpleaños de los pequeños de la casa. ¿Batman, Superman o una princesa?

En último lugar quedas tú. Te quitas el maquillaje, te pones la pijama. Sin batería alguna intentas retomar la novela que llevas meses queriendo leer, pero los ojos se te cierran.

Mientras duermes, sueñas con todo lo que hiciste en el día y todo lo que te faltó por hacer. Te concentras en cuántas cosas puedes tachar de tu famosa lista, pero empiezas a añadir más y más tareas y te resignas a tratar de ponerte al día durante el fin de semana.

Así son todos los días del año, con una sonrisa y sin quejas. Esta es la definición de una supermamá. Realmente ser no solo madre sino una buena madre es el mejor de los trabajos.

Me encanta ser madre. No existe nada más gratificante que tu hijo te escoja a ti como su heroína preferida cuando tiene que escribir para el colegio sobre ese tema. Cuando presume ante sus amigos que su mamá es cool, divertida, llena de vida, de risa y buenos consejos. Cuántas veces te ha dicho: “Mamá, te quiero hasta la luna”.

Ser madre es tan especial… Un trabajo poco reconocido y agotador pero al que le brindas todo el esfuerzo. Una madre no es más que un ser humano y a veces te puedes equivocar, lo tenemos que aceptar. Después de todo no nacimos con un libro de instrucciones.

¿Por qué no celebrar como Anna Jarvis el Día de la Madre, con una tarjeta, una flor o simplemente un día de paz familiar?

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