La clave para una alimentación saludable es volver a lo básico

El verdadero cambio está en el balance y en darle al cuerpo lo que realmente necesita.

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En Costa Rica, más de 96 000 personas fueron diagnosticadas con obesidad en 2024, una cifra que preocupa y que, lejos de descender, sigue en aumento. Aunque muchas personas realizan ejercicio y buscan estilos de vida más saludables, persisten errores comunes en la alimentación que están afectando la salud de la población.

La nutricionista Ana Cristina Gutiérrez, integrante del Consejo Consultor de Dietistas de Herbalife, señala que uno de los principales problemas es el abandono de los alimentos tradicionales costarricenses como frijoles, garbanzos y lentejas, ricos en nutrientes y fibra. “Por la falta de tiempo la gente come más afuera, y eso reduce el consumo de frutas, vegetales y leguminosas. El resultado es menos proteína, menos vitaminas y más grasas inflamatorias, como las de los aceites de palma que se usan en muchos restaurantes”, explica.

Para contrarrestar estos hábitos, la especialista recomienda retomar preparaciones básicas y accesibles. “Un gallo pinto con huevo, tortillas de maíz, ensaladas frescas, arroz, frijoles y proteína forman un plato balanceado que nutre, y respeta nuestra cultura culinaria. Lo importante es planificar, aprender a conservar los alimentos y cocinar de manera práctica para evitar gastos excesivos en comidas rápidas”, comenta.

La doctora insiste en eliminar mitos como la idea de que el arroz y los frijoles engordan. “Muchas veces es preferible comer un casado que brinda energía sostenida, en lugar de saltarse carbohidratos y terminar comiendo galletas o dulces más tarde. El balance es lo que hace la diferencia”, asegura.

La nutricionista Ana Cristina Gutiérrez, integrante del Consejo Consultor de Dietistas de Herbalife.

El concepto de equilibrio también aplica al consumo de azúcar. “No se trata de satanizar el dulce, sino de hacerlo ocasional. Preparaciones caseras con fruta o semillas pueden sustituir postres procesados. Y si llega un cumpleaños, disfrute el queque sin culpa, siempre que sea algo eventual”, aconseja.

Otro punto crucial es la educación alimentaria desde la infancia. “Los padres son responsables de lo que hay en casa. Si solo hay galletas y refrescos, eso comerán los niños. Pero si hay frutas, verduras y opciones frescas, sus elecciones serán más saludables. Todo se trata de enseñar el balance”, enfatiza Gutiérrez.

Finalmente, la especialista resume tres recomendaciones clave para las personas que empiezan a tener una alimentación saludable: incluir más alimentos nutritivos y menos procesados, mantener la actividad física como rutina, y priorizar comidas caseras compartidas en familia.

Para la nutricionista, volver a lo básico y cultivar hábitos simples puede marcar la diferencia en la salud. “No se trata de comer menos, sino de comer mejor. El verdadero cambio está en el balance y en darle al cuerpo lo que realmente necesita”.