• 26 noviembre, 2025

8 recomendaciones para manejar el estrés físico y mental en el cierre del año

8 recomendaciones para manejar el estrés físico y mental en el cierre del año

Presión laboral, carga emocional y alteración de rutinas son factores que disparan el estrés en diciembre, señalan los especialistas.

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El cierre del año suele venir acompañado de un aumento significativo del estrés físico y emocional entre la población. Diversos estudios de salud mental en Costa Rica muestran un deterioro sostenido, por ejemplo, en 2021, el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Costa Rica (UCR) se registró un incremento del 35,2% en trastornos depresivos y del 35,6% en trastornos de ansiedad, alcanzando prevalencias de 3 638 y 5 934 casos por cada 100 000 habitantes, respectivamente. Además, según datos de la Revista Hispanoamericana de Salud, los egresos hospitalarios por trastornos relacionados con el estrés subieron de 1 073 en 2022 a 1 207 en 2023.

Estas cifras reflejan que el estrés no es únicamente una sensación habitual de final de año, sino un problema creciente que afecta la salud pública y el bienestar cotidiano.

De acuerdo con la especialista en Movimiento Humano y fundadora de EKA Gimnasio, Karla Solís, la acumulación del estrés se intensifica en diciembre porque confluyen múltiples factores. Entre ellos, cierre de proyectos laborales, múltiples compromisos familiares, mayor autoexigencia, recarga emocional y alteración de rutinas.

“El final del año combina alta demanda, poca energía, mucha autoexigencia, factores biológicos y saturación acumulada. No es solo cansancio, sino que es una sobrecarga física y mental que se expresa en el cuerpo, en las emociones y en la conducta”, explicó la especialista.

Añadió que el esfuerzo acumulado se manifiesta en señales físicas claras. Entre ellas, lesiones músculo-esqueléticas, cansancio persistente, problemas para dormir, aumento de peso, frustración, irritabilidad y dificultades para concentrarse. A esto se suma un patrón frecuente entre la población costarricense, y es el posponer el autocuidado justo cuando más se necesita.

“Muchas personas llegan a diciembre en modo supervivencia, con el sistema nervioso acelerado y sin espacios reales de recuperación”, dijo Solís.

El papel del movimiento humano en la regulación del estrés

La evidencia científica respalda que la actividad física regular es una de las herramientas más eficaces para reducir los efectos del estrés sobre el organismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el ejercicio disminuye síntomas de ansiedad y depresión, favorece la salud cerebral y mejora el bienestar general.

Solís coincide y afirma que el movimiento actúa de forma integral en cuatro niveles: Estos son el químico, al liberar endorfinas, dopamina y serotonina; hormonal, al ayudar a reducir el cortisol asociado al estrés; físico, al disminuir la tensión muscular y prevenir contracturas; y psicológico, al mejorar la autoestima, aportar sensación de control y facilitar la convivencia con quienes nos rodean.

“Mover el cuerpo regula la salud mental porque ayuda a que el sistema nervioso vuelva a un punto de equilibrio. Cuando hay estrés sostenido, el movimiento se convierte en un mecanismo de autocuidado indispensable”, señaló la especialista en Movimiento Humano de EKA Gimnasio.

Pero ¿cómo desarrollar estos mecanismos de cuidado? En este sentido, y contrario a la idea de que se necesitan entrenamientos intensos, la especialista enfatizó que lo más efectivo suele ser lo más simple. “Levantarse de la silla y caminar 20 minutos al día ya hace una diferencia”, resaltó.

Añadió que caminatas moderadas, subir escaleras, bailar o realizar actividad cardiovascular ligera también son alternativas accesibles para todas las personas.

Específicamente, el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) recomienda 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico más dos o tres sesiones de entrenamiento de fuerza, junto con prácticas de flexibilidad y equilibrio.

Solís agregó a estas recomendaciones que las sesiones cortas, de 10 a 15 minutos, también generan efectos positivos en el estado de ánimo, especialmente durante semanas de alta carga. “No se trata de entrenar más fuerte, sino de entrenar más inteligentemente, considerando cómo está el cuerpo cada día”, indica.

La especialista advierte que, en momentos de alto estrés, las intensidades de ejercicio también deben ajustarse. Aunque los niveles vigorosos pueden generar beneficios, no siempre son adecuados para quienes ya presentan fatiga acumulada. Por ello, recomienda pausas activas cada 90 minutos, movilidad diaria, respiración consciente después del ejercicio y rutinas breves de estiramiento antes de dormir.

“El cuerpo emite señales. Si hay dolores persistentes, rigidez, insomnio o irritabilidad constante, es una alerta de que se necesita mayor recuperación”, explicó Solís.

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Tendencias emergentes y recomendaciones finales

Las tendencias de bienestar para 2025 respaldan este enfoque integral. El ACSM destaca el “ejercicio para la salud mental” como una de las principales prioridades, con programas diseñados para reducir estrés, ansiedad y mejorar el sueño.

También resalta el auge del entrenamiento basado en datos fisiológicos para ajustar la carga diaria según el estado real del cuerpo, así como el uso de wearables que permiten identificar picos de estrés o momentos en que conviene priorizar la recuperación. A esto se suman el health & wellness coaching (Coaching de Salud y Bienestar), que acompaña procesos de cambio de hábitos y manejo emocional a largo plazo; y las terapias térmicas de calor y frío, que comienzan a utilizarse para regular el sistema nervioso y mejorar la resiliencia.

Para quienes llegan agotados al cierre del año, Solís aconseja establecer metas pequeñas y sostenibles. “Si queremos resultados distintos, debemos tomar acciones distintas. Formar hábitos no es fácil; toma tiempo. No es una carrera corta, es una maratón”, afirmó.

La especialista recomienda detenerse, evaluar la carga del año y tomar decisiones concretas: planificar el movimiento semanal, recuperar la calidad del sueño, dedicar minutos diarios a la respiración consciente y no esperar a enero para iniciar cambios. “El cierre del año no es el momento para rendirse, sino para preparar el terreno. La forma en que terminamos el año influye directamente en cómo comenzamos el siguiente”, concluyó la especialista en Movimiento Humano y fundadora de EKA Gimnasio.

Etiquetas: Costa Rica / ejercicio / EKA Gimnasio / Estrés / estrés físico y emocional / salud mental

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