Las familias centroamericanas apuestan e invierten cada día más recursos en diferentes hábitos de consumo y en el uso de productos que les facilitan su dinámica familiar.
El contexto de familia moderna ha tenido grandes variaciones, hoy se vive más rápido, hay más celeridad, mayores exigencias en cuanto al estilo de vida y en relación con los productos que usamos, principalmente, cuando se trata de los que elegimos para los más pequeñitos de la casa.
El crecimiento de la clase media y el aumento de la participación femenina en el mundo laboral, han facilitado la adopción de estilos de vida basados en mayor comodidad y más consumo. En la actualidad se apuesta cada vez más temprano por productos preparados, enlatados o listos para abrir y usar.
El desarrollo tecnológico potencializa las opciones para los más pequeños con productos cada vez más prácticos y seguros, entre ellos, fórmulas y alimentos preparados para bebés, así como toda una gama de productos de higiene y cuidado personal que han logrado que aumente el consumo para esta población de manera importante.
“En general, los productos y servicios para la población infantil han venido a aumentar el confort en muchos sentidos. Por ejemplo, en cuanto a la alimentación ya que los grandes espacios de tiempo que las abuelitas y las madres tenían para preparar los alimentos han cambiado, los nuevos ritmos
de vida hacen que las madres que acaban de dar a luz se incorporen muy pronto al trabajo, por lo cual apuestan casi de inmediato por las leches ‘maternizadas’ o fórmulas enlatadas, así como por productos y servicios ya preparados”, afirma el doctor Orlando Urroz, reconocido pediatra y especialista especialista en cirugía neonatal por más de 40 años y fiscal del Colegio de Médicos y
Cirujanos de Costa Rica.
En este punto, Nielsen Ibope (reconocida firma dedicada a la investigación de las audiencias y los consumidores) detalla que las ventas de fórmulas y alimentos para bebés en todo el mundo alcanzaron cerca de los US$30.000 millones en 2015 y estimaron que el mercado de los pañales
superó los US$29.000 millones ese mismo año.
Santiago Piqueras, gerente de Mercados en Desarrollo de Latinoamérica de Pampers, sostiene: “Históricamente Centroamérica siempre ha representado una región importante y estratégica para Procter & Gamble y su marca Pampers. A lo largo de los años nos hemos sentido muy orgullosos de poder ayudar en el feliz desarrollo de los bebés; hemos tenido excelentes resultados en los últimos años, al registrar fuertes crecimientos de doble digito año tras año”.
Dispuestos a gastar más
Indudablemente los padres quieren lo mejor para sus hijos, empezando por los alimentos, siguiendo por los medicamentos y productos de cuidado personal, por los cuales están dispuestos a gastar el dinero que sea necesario.
De ahí que los fabricantes de la industria del cuidado del bebé trabajan de manera constante para ganarse la confianza y la lealtad de los padres, pues tienen claro que la competencia es fuerte y hay una gran cantidad de productos que compiten con distintos precios por la atención de los padres.
Datos recientes del Banco Mundial indican que más del 80% de la población mundial vive en el mundo en desarrollo, y si bien las tasas de natalidad disminuyen de manera constante en todas las regiones y los niveles económicos estudiados durante los últimos 55 años, siguen siendo más altas en los países en desarrollo.
De ahí que las grandes marcas identifican todas las áreas de oportunidad y las estrategias necesarias para ganar en el mercado global del cuidado del bebé.
Estudios revelan que la tasa exclusiva de lactancia se cumple con éxito en los primeros 2-3 meses, después de este periodo más de un 50% de los lactantes recibe complementación con otras fórmulas artificiales enlatadas.
Ante esta realidad, las grandes casas fabricantes de alimentos para bebé como las fórmulas enlatadas, los cereales, compotas o colados, así como las dedicadas al cuidado de la piel y la higiene, concentran millones de dólares anualmente en el perfeccionamiento y lanzamientos de productos de máxima calidad.
“P&G y su marca Pampers se han caracterizado a lo largo de su historia por estar siempre a la vanguardia en innovación en la categoría del cuidado del bebé. Hemos enfocado nuestros esfuerzos en ofrecer la mayor ecuación de valor a nuestros consumidores y aliados de negocio. Hemos encontrado en Centroamérica jugadores del segmento que no necesariamente tienen los mismos objetivos y que desvían en algunas ocasiones la atención de nuestra promesa: Pampers sabe que tu bebé se puede despertar en la noche por muchas razones, pero que nunca será por un pañal mojado”, agrega Piqueras.
De acuerdo con la investigación de Nielsen, en la categoría de fórmulas para bebés, el crecimiento de los mercados en desarrollo ha sido impresionante. Durante el periodo de 12 meses que finalizó en diciembre de 2015, el valor de ventas tuvo un crecimiento de dos dígitos en América Latina (37%).
Cosa de sentido común
Aunque la leche materna es el mejor alimento para el lactante, cada vez es más frecuente el uso de fórmulas enlatadas, principalmente en el caso de las madres profesionales que deben regresar a su trabajo.
“La leche materna es el mejor alimento que puede recibir un bebé ya que ha sido específicamente diseñada para satisfacer todas las necesidades de su especie. Lo que la hace inmejorable es el hecho de que cubre todas las demandas del recién nacido: alimento, vínculo, estimulación e inmunidad. A la fecha, ningún otro alimento sustituto ha logrado satisfacer en forma tan completa estos factores de protección como la leche materna”, enfatiza el doctor Urroz.
Igualmente, suministra enzimas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que requieren todos los bebés. Muestra de ello es que desde la Academia Estadounidense de Pediatría hasta la Organización Mundial de la Salud, entre muchos otras organizaciones, recomiendan la lactancia
materna como la mejor opción para alimentar a un infante.
Sin embargo, las nuevas dinámicas de la familia moderna dificultan a las madres cumplir con esta recomendación y muchas complementan la alimentación de sus bebés con fórmula casi desde la primera semana de vida.
Aunque hay que aclarar que no son malas, hay que tener claro que en su mayoría están hechas de leche de vaca sin grasa y están enriquecidas con carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, pero no incluyen los anticuerpos que la madre transmite a la hora de amamantar.
De ahí que los pediatras insisten en que es vital que los padres hagan un esfuerzo para cumplir con una dieta equilibrada que aporte todos los nutrientes que requieren los niños de uno a tres años.
Para lograrlo, no deben olvidar que las máximas bondades las ofrece la naturaleza, los productos naturales, esos que llegan de la tierra a la mesa. Frutas frescas y verduras llenas de vitaminas.
“Con respecto a la alimentación ahí interviene el sentido común, nos falta más naturaleza, más alimentación natural, sin muchos aditivos. Esa tendencia a la vida ligera puede a veces no ser el camino más seguro si se piensa en que es lo realmente se está necesitando a nivel de la salud del
niño en crecimiento”, concluye Urroz.
Ante esta realidad, los padres son los que tienen el poder de decisión y de compra para dictaminar cuál es la mejor forma de complementar el sano crecimiento de sus niños.
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