• 17 julio, 2023

Pasión por la tecnología, el espacio y la aviación 

Pasión por la tecnología, el espacio y la aviación 

Tiene licencia de piloto privado y le gusta ofrecer a sus pasajeros vistas únicas de la isla de Manhattan.  

Por Milagros Sánchez Pinell

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Alex Castillo llevaba dos años trabajando con satélites comerciales y militares y en el próximo módulo lunar de la NASA en Lockheed Martin, una de las principales empresas de defensa y del espacio de Estados Unidos, cuando decidió tomarse un tiempo para reflexionar y reorientarse.

Ese tiempo de meditación le permitió descubrir que su pasión se encontraba en el lado empresarial del mundo de la tecnología.

Fue así que Alex encontró un nuevo desafío en su vida como asociado de desarrollo de negocios en Horizen Labs, un startup de tecnología, con oficinas en Nueva York y Milán, que se enfoca en ayudar a empresas a implementar soluciones con tecnologías blockchain.

Nuestro roaring 20 de origen nicaragüense – americano tiene 25 años y reside en Nueva York. Se graduó de ingeniero aeroespacial en la Universidad de Colorado, Boulder. Tiene un “minor» en negocios con enfoque en análisis financiero. Se caracteriza por ser una persona activa, hambrienta de experiencias, curiosa y de mucha determinación.

Trabajo en equipo

Como asociado de desarrollo de negocios es responsable de la comunicación con los clientes de Horizen Labs, la introducción y exploración inicial con clientes nuevos y la gestión de relaciones con ellos.  Además, trabaja con las propuestas comerciales que extienden a su clientela y las negociaciones que les siguen.

“Como en cualquier startup o empresa pequeña a veces toca jugar roles en diferentes partes de la compañía. De repente estoy ayudando al equipo de producto con integraciones o al equipo de mercadeo con presentaciones, contenido y materiales”, señaló.

Para Alex es un gran desafío trabajar en el mundo del blockchain. El más grande es que en la industria todo gira en torno a los precios de las criptomonedas en los mercados, las que son conocidas por su alta volatilidad. Además de mantener la motivación y nunca perder de vista las metas del, ayuda a que el entusiasmo siempre se mantenga vivo.

Su pasión por el trabajo que realiza es motivada por el equipo con el que labora a diario, el cual está conformado por personas inteligentes, competentes, entusiastas y genuinas.

“Tengo mucho que aprender de mis colegas, quienes vienen de muchas diferentes industrias. Desde finanzas y consultoría, hasta entrenamiento, música y más. Cada día en la oficina, ya sea en Nueva York, Milán o en mi propio escritorio en casa se vive un ambiente agradable y positivo”, expresó.

Por otro lado, le llena de mucha satisfacción ser testigo del crecimiento de Horizen Labs que pasó de tener cuarenta empleados a casi cien en un año, tiempo que lleva en la empresa.

“He tenido la oportunidad de involucrarme en varias partes de la organización y he aprendido más de lo que me podía imaginar. Estas lecciones serán clave para mi futuro, sin importar a dónde me lleve mi carrera profesional”, señaló.

Amor por la aviación

Desde pequeño a Alex le volvía loco el mundo de la aviación. Tanto así que llegó a pensar que estudiaría para ser piloto comercial, pero al final se decidió por la ingeniería aeroespacial.

Una carrera con una fuerte carga en física y matemática que se centra en la aplicación de principios científicos y tecnológicos para diseñar, desarrollar y mantener vehículos aeroespaciales como aviones, helicópteros, cohetes y satélites.

“Me decidí por ella porque, además de cubrir todos mis intereses de niñez, era también un camino parecido al que tomó mi padre al estudiar ingeniería eléctrica. Uno que él prometía que me iba a dar una fundación sólida para perseguir lo que quisiera en el futuro, ya sea en el campo técnico o en otro. Y, como suele pasar, tenía razón”, dijo.

Si bien dejó a un lado la idea de ser piloto comercial, terminó rindiéndose a su pasión por volar, inspirado por su abuelo, Edgar Ahlers quién también fue piloto.

Durante el verano del 2018  realizó una pasantía en una compañía de mantenimiento aéreo, ubicada en el aeropuerto ejecutivo de Miami, e invirtió todos sus ahorros para tomar lecciones de vuelo y sacar su licencia de piloto.

“Durante aquel verano volaba en las mañanas antes del trabajo y estudiaba teoría de vuelo por las tardes. Después de un mes realicé mi primer vuelo solo, completando tres despegues y aterrizajes en la pista 27R del aeropuerto ejecutivo de Miami”, relató.

Finalmente, luego de una pausa para atender sus estudios universitarios, logró terminar sus lecciones de vuelo en Denver, Colorado. Una vez graduado como ingeniero tomó sus exámenes finales de la Administración Federal de Aviación (FAA) el primero de marzo del 2021.

Hoy en día, su licencia de piloto le permite volar con pasajeros, pero sin actuar como piloto de alquiler o de contrato. Los aviones que puede volar son pequeños, con un motor y cuatro asientos como el Cessna 172, Cessna 150 y el Diamond DA – 40.

Así que es normal verlo en su tiempo libre volando con amigos hacia diferentes ciudades cercanas para disfrutar de un buen almuerzo.

Como parte de las experiencias que ha vivido como piloto, Alex también recordó la vez que tuvo que ejecutar un aterrizaje de emergencia debido a que uno de sus compañeros de viaje se sintió mal. Dicho aterrizaje lo realizó en el aeropuerto de Westchester County, ubicado en los alrededores de Nueva York.

“Pese a que la experiencia fue un pequeño susto, también fue una gran lección sobre cómo manejar situaciones estresantes y cómo adaptarse a condiciones nuevas. Ahora nos reímos del incidente y estoy seguro de que a ninguno se nos olvidará, especialmente a mi amigo que esa tarde tuvo que regresar a la ciudad en un Uber”, narró.

El joven ingeniero aprovechó la anécdota para compartir otra de sus grandes experiencias, pero en el área laboral, la cual fue muy determinante en su vida al presenciar el lanzamiento de un cohete desde el centro de control de misiones en Lockheed Martin, cerca de San Francisco, California.

“En el verano del 2019, durante mi tercer año de universidad hice una pasantía en donde trabajaba con un satélite de comunicaciones que estaban preparando para lanzar. Parte de mi trabajo era hacer pruebas con los técnicos directamente en el satélite, asegurándonos que diferentes sensores térmicos funcionaran,  verificando que la pintura térmica nunca se desprendiera, entre otras tareas”, relató.

Alex, quien fue invitado a la sala de control de misiones el día del lanzamiento del cohete experimentó junto a todos los presentes muchas emociones juntas: tensión, ansiedad, asombro y emoción al comprobar que aquel fascinante objeto subió sin problema alguno hasta desaparecer entre las nubes.

“Todos hicieron un papel crucial en el éxito del lanzamiento, desde los ingenieros y técnicos que construyeron y probaron el cohete, hasta los especialistas en sistemas de navegación, propulsión y comunicaciones del satélite. Presenciar cómo ese trabajo en equipo culminó fue verdaderamente inspirador y me hizo apreciar aún más el poder de la colaboración. Después de esa experiencia, cualquier proyecto, sea pequeño o grande, me parece más posible”, indicó. 

Ávido estudiante de idiomas

Aprender idiomas es otro interés que Alex descubrió durante el confinamiento del COVID – 19, tiempo que aprovechó para aprender francés  por sí mismo. En el 2021 realizó un curso intensivo en París, Francia, alcanzando un nivel avanzado.

Su plan a futuro cercano es estudiar una maestría en administración de empresas porque considera que eso solidificará su transición del campo técnico de la ingeniería hacia el lado de negocios.

Hasta hoy, Alex considera que tiene la fortuna de haber alcanzado muchos logros y cumplir numerosas metas, donde el esfuerzo y la motivación son pilares fundamentales. Aunque también reconoce la influencia de personas importantes en su vida.

“Tengo la suerte de contar con un círculo de personas excepcionales como mi familia y amigos cercanos. Quiero mencionar en especial a mi abuelo Alejandro Castillo o ‘Nono’, como lo llamo yo. Él  ha estado a mi lado para apoyarme en cualquier cosa. Me ha enseñado lo que significa ser una persona correcta, considerada y humilde. Es mi ejemplo a seguir”, dijo para concluir.

Etiquetas: emprendedor / Estados Unidos / Nicaragua / Nueva York / Roaring 20 / Tecnología

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