24 marzo, 2016

Farmacéuticos recuerdan el uso correcto de repelentes

Redaccion septiembre 2, 2014

La prevención de las enfermedades transmitidas por mosquitos implica, además de la indiscutible importancia de eliminación de los criaderos de estos insectos, la posibilidad del uso de repelentes. Esto es de particular utilidad en el caso de las enfermedades transmitidas por el Aedes aegypti, tales como el Dengue, Chikungunya o el Zika, que ha generado recientemente alertas sanitarias a nivel internacional. Si bien los repelentes no pueden nunca garantizar una completa protección, pueden reducir significativamente la interacción del mosquito con el humano.

Las zonas de Costa Rica en que más problemas está causando este insecto son zonas cálidas, en donde, por lógica, se desea vestir con prendas ligeras y que dejan en exposición una gran área de la superficie de la piel; por lo que el uso de camisas o blusas de manga larga o de pantalones largos no es una opción viable. Es por esto, que se debe tener presente la opción de los repelentes, y, sobre todo, conocer su uso adecuado.

Los repelentes actúan enmascarando el olor humano, que es el que atrae al mosquito; algunos producen un efecto desagradable o interfieren en los órganos sensitivos del insecto. Esto lo mantiene alejado de la zona donde se ha aplicado el repelente. Gran cantidad de sustancias naturales y algunas químicas se utilizan con este fin. En general, son sustancias con un buen perfil de seguridad, pero no debe olvidarse que algunas pueden producir irritación e inflamación en la piel o los ojos y, por lo tanto, deben usarse con precaución, en particular en los niños pequeños; cabe recordar que con ellos es de gran utilidad mantenerlos protegidos bajo un toldo o mosquitero.

Si se adquieren estos productos fuera de la farmacia, sin recibir un asesoramiento especializado, se debe asegurar su correcta composición, especialmente si serán empleados en niños, embarazadas y personas con piel sensible, o si se viajará a donde la población de mosquitos es particularmente densa.

Opciones en el mercado

En el mercado se encuentran distintos repelentes de insectos, en diferentes presentaciones (cremas, lociones, aceites y atomizadores, entre otros) algunos contienen un solo principio activo, otros en cambio combinan varios a la vez. Las concentraciones también varían en función del preparado.

El repelente más comúnmente usado es la Dietiltoluamida conocida como DEET, descubierto hace 60 años y que ha sido usado con esta finalidad desde 1950. Este es el componente de varias marcas registradas conocidas en el mercado costarricense (ver tabla). Una de las precauciones que se debe tener con el DEET, sobre todo si se va a usar al aire libre, es que reduce el factor de protección solar de los bloqueadores que se aplique la persona, razón por la cual se recomienda el uso de un factor más alto que el habitual. Debido a que se absorbe a través de la piel, podría producir efectos de irritación especialmente en los más pequeños, en personas de pieles sensibles, con problemas dermatológicos o heridas en la piel. En altas concentraciones puede producir dolor de cabeza. Se debe tener precaución si se aplica sobre la ropa, ya que puede mancharla porque disuelve los colores de la tela, también puede disolver plásticos o telas sintéticas.

Otro principio activo disponible en nuestro mercado es la Picaridina o Icaridina, que tiene igual eficacia que el DEET, pero con una mejor tolerancia en la piel, mejores propiedades cosméticas y no afecta las telas o el plástico.

Repelentes naturales

Algunos aceites esenciales tales como los obtenidos de albahaca, del apio, del eucalipto (con su ingrediente activo PMD o P-mentano-3,8-dio), de lavanda, de geranio, del zacate de limón, del romero, del neem y de la menta, son usados como repelentes; sin embargo, por su característica de aceite esencial, fácilmente se evaporan y en general tienen un período de acción menor que los llamados repelentes químicos; no obstante, los repelentes que tienen en su formulación aceite de limón y de eucalipto, tienen una acción similar en cuanto a efecto y duración que los repelentes comerciales con DEET. Las fragancias florales pueden producir un efecto repelente, pero solamente por poco tiempo.

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