30 septiembre, 2015

Evite complicaciones en la salud, revise su corazón y prevenga infartos

Redaccion septiembre 2, 2014

El Síndrome Coronario Agudo (SCA) abarca a un rango muy amplio de pacientes, por lo cual es una prioridad evaluar el riesgo inicial, para así determinar con rapidez la mejor estrategia de manejo y el beneficio clínico óptimo de cada paciente individual.

Esta evaluación primaria, en pacientes con sospecha de SCA, está basada en la combinación de información que se obtiene con la historia clínica, los síntomas presentados, los hallazgos del examen físico, los resultados de un electrocardiograma y los biomarcadores (medida de respuesta a un tratamiento farmacológico).

El SCA ocurre cuando las arterias que transportan la sangre al corazón se bloquean repentinamente; en ese momento, el tejido o células del corazón comienzan a morir. El SCA puede dividirse en tres grupos de afecciones: la angina de pecho inestable agudo, el infarto del miocárdico agudo y la muerte cardíaca súbita.

Las guías sobre el manejo del SCA, emanadas de diferentes sociedades médicas y científicas recalcan la importancia de la estratificación (clasificación) del riesgo individual de cada paciente para identificar el grado de riesgo de otro infarto o, incluso, de muerte.

Tras un evento cardiovascular, uno de cada diez pacientes sufrirá otro aterotrombótico mayor (muerte cardiovascular, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular) en el plazo de un año.

En pacientes con SCA que ya han sufrido un infarto de miocardio (obstrucción de una arteria del corazón por parte de un coágulo), se pueden utilizar fármacos que eviten la formación de coágulos, para prevenir que sufran otro.

De hecho, actualmente se cuenta con una nueva generación de anticoagulantes que han demostrado un efecto a largo plazo en la prevención de un segundo infarto, con lo que además se reduce significativamente el riesgo de muerte, como es Rivaroxabán de Bayer.

El tratamiento de pacientes con SCA a quienes se les administren bajas dosis de terapias novedosas como Rivaroxabán, en combinación con otros fármacos, ha demostrado mayor protección a largo plazo.

La sintomatología que podría alertar una sospecha de síndorme coronario agudo pasa por dolor o malestar en el pecho, puede sentirse una opresión; dolor o malestar en uno o ambos brazos, la mandíbula, el cuello, la espalda o el estómago; dificultad para respirar; sensación de mareo o de estar aturdido; náuseas y sudoración excesiva.

El estilo de vida saludable es fundamental para la buena salud en general, pero sobre todo para evitar las devastadoras consecuencias de las enfermedades cardiovasculares; en este sentido es esencial eliminar el tabaquismo, combatir el sobrepeso y la obesidad, no llevar una vida sedentaria ni consumir alimentos ricos en grasas saturadas y carentes de verduras y frutas. Por el contrario, si una persona realiza ejercicio regularmente, mantiene un peso adecuado, consume frutas y verduras y poca grasa saturada y no fuma, el riesgo de sufrir un infarto es mínimo.

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