Los riñones son los “filtros naturales” del cuerpo; por ende, son órganos vitales que ejecutan funciones para mantenerlo libre de toxinas. Además, liberan la hormona que estimula la producción de glóbulos rojos a nivel de los huesos, en la médula ósea; regulan la presión arterial y ayudan a mantener el calcio dentro de los huesos.
Si los riñones no se cuidan adecuadamente, las personas pueden presentar una enfermedad o insuficiencia renal crónica. Es decir, se afecta la capacidad de estos órganos de desempeñar sus funciones.
En cifras**
• Se estima que en América Latina, la enfermedad renal crónica afecta a alrededor de 50 millones de personas.
• En Costa Rica, uno de cada cinco hombres y una de cada cuatro mujeres, entre los 65 y 74 años, presentan enfermedad renal crónica.
• La mitad de la población mayor de 75 años posee algún grado de enfermedad renal crónica.
Diabetes e hipertensión: riesgos principales
• La diabetes y la hipertensión son las principales causas de la enfermedad renal crónica.
• La edad avanzada, una mala nutrición, la obesidad, lesiones y traumatismos y enfermedades del sistema inmune pueden afectar el correcto funcionamiento de los riñones.
• Padecimientos del corazón, el colesterol alto, cálculos renales e infecciones en riñones o vejiga, algunos químicos tóxicos (como el plomo), ciertos analgésicos y medicamentos, también pueden desencadenar una insuficiencia renal.
• El Día Mundial del Riñón 2014 se enfoca en la enfermedad renal crónica en adultos mayores. Aunque este padecimiento se puede desarrollar a cualquier edad, sucede más comúnmente al envejecer, por lo que se busca crear conciencia y educar a la población sobre esta enfermedad, así como hacer un llamado a la prevención (http://www.worldkidneyday.org/).
¿Quiénes deben vigilar más de cerca sus riñones?
Cualquier persona puede padecer una enfermedad renal crónica; sin embargo, algunas son más propensas a desarrollarla como:
• Mujeres embarazadas que padecen diabetes.
• Fumadores.
• Diabéticos.
• Personas con sobrepeso.
• Individuos con presión alta o antecedentes familiares de daño renal, diabetes e hipertensión.
• Personas mayores de 50 años.
Insuficiencia renal: síntomas y consecuencias
• Una insuficiencia renal crónica podría no presentar síntomas hasta etapas avanzadas.
• En fases tempranas, las personas podrían mostrar bajos niveles de energía, problemas para concentrarse, poco apetito, calambres y constantes ganas de orinar por las noches.
• Otros síntomas son: la dificultad para dormirse, pies y tobillos inflamados; piel seca e hinchazón en los ojos.
• La hipertensión, por ejemplo, daña silenciosamente las arterias y vasos capilares de los riñones, lo que aumenta la presión dentro de los mismos y causa que se rompan y cicatricen.
• Con la diabetes, el deterioro de los vasos sanguíneos y cambios en los niveles de azúcar causan daño al riñón.
• Al verse afectada la función renal normal, se desregula la producción de la hormona eritropoyetina, que estimula la producción de glóbulos rojos. Los pacientes afectados comienzan a padecer anemia y el tratamiento médico buscará, entre otros aspectos, estabilizar los niveles de hemoglobina.
Consejos para cuidar los riñones
• Medir la presión arterial y mantenerla a menos de 130/80 mm/Hg (milímetros de mercurio).
• Mantener los niveles de colesterol dentro de los recomendados por el médico.
• Controlar el nivel de azúcar en la sangre, para que esté lo más normal posible y dentro de los límites indicados por el especialista en salud.
• Evitar padecer de infecciones en la vejiga y los riñones. Si suceden, su médico le hará una prueba de orina y le recetará los antibióticos adecuados.
• Reducir el consumo de alimentos con alto contenido de proteínas (carnes y lácteos) y la sal, de acuerdo con indicaciones del profesional en salud.
• Si una mujer planea quedar embarazada y padece diabetes, debe consultar con su doctor sobre los cuidados a seguir.
• Evitar respirar o digerir plomo, tanto en mujeres embarazadas como en individuos. El plomo se encuentra en: pintura, polvo de remodelaciones, dulces, maquillaje, construcciones, talleres de mecánica, entre otros.
• Consumir al menos ocho vasos de agua o líquidos hidratantes al día. Si se está bajo el sol, debe ingerir más líquidos.
• Comer alimentos saludables: frutas y vegetales que contengan vitamina C.
• Mantenerse activo físicamente.
• Confiar en el médico y no automedicarse. Algunos fármacos recetados para el dolor e inflamación sólo deben ser usados por el paciente a quien se le han prescrito, ya que a otras personas les puede afectar el funcionamiento renal.
• Orinar frecuentemente y no aguantar las ganas.
• No comer o tomar productos que contengan colorantes químicos en exceso en su fabricación.
• Aunque no tenga malestar, la persona debe solicitar a su médico que le realice las pruebas para detectar la enfermedad renal crónica, al menos una vez al año. Los exámenes de orina y sangre son básicos.
¿Cómo tratar la insuficiencia renal crónica?
• Visitar al médico tan seguido como éste indique. Si la enfermedad renal crónica no se trata a tiempo, puede causar un fallo renal.
• Utilizar adecuadamente los tratamientos indicados por el profesional en salud. Estos pueden desacelerar el avance de la enfermedad y prevenir o retrasar un fallo renal a futuro.
• En caso de padecer una enfermedad renal terminal, las personas necesitan realizarse diálisis (limpiar la sangre por medio de una máquina) o recibir un trasplante de riñón.
**>Fuente: Dr. Manuel Cerdas, Presidente de la Asociación Costarricense de Nefrología.