5 agosto, 2022

A veces hay que “Rock the Boat”

Redaccion septiembre 2, 2014

En su columna Conecta2, Karla Icaza nos habla sobre la frase «Rock the boat» y su importancia en la vida diaria.

Por Karla Icaza, Vicepresidenta Ejecutiva Gobierno Corporativo de Grupo Promerica.

Alguna vez les ha pasado que se despiertan en la mañana con una canción en la mente? El otro día me levanté con una de los años 70, que escuchaban mis tías, las hermanas menores de mi mamá. Cuando era niña, solía ir a pasar fines de semanas o una buena parte de mis vacaciones, a la casa de mis abuelos. Vivían en una quinta fuera de la ciudad; una propiedad grande con jardines y dos piscinas. Las hermanas menores de mi mamá, Anabella y Dalila, aún estaban solteras y se mantenían al día con toda la música. Con ellas conocí a John Travolta (Saturday Night Fever), los Bee Gees, y otros artistas que salieron en esos años. La canción con la que me desperté se llama Rock the Boat, del grupo The Hues Corporation, que en el estribillo decía:

“Don’t rock the boat baby,

(Rock the boat),

don’t tip the boat over

(Rock the boat),

don’t rock the boat baby

(Rock the boat)”

Don’t rock the boat es equivalente a la expresión en español “no hay que hacer olas”, en otras palabras, no hacer nada, no incomodarse o incomodar a nadie, dejar tal cual. Luego de tararear la canción mientras me alistaba para mi rutina mañanera, se me vino la idea de usar esta analogía para la columna de este mes.

Tengo varias amigas que fuman cigarrillo y es imposible que las podamos convencer de que dejen de fumar. Una de ellas, cuando ya está sofocada, nos dice que de algo hay que morir. Conozco otros que gastan un montón de dinero en medicinas para la presión, para bajar el colesterol y para bajar el azúcar, porque se resisten a cambiar los hábitos y aprender a comer de forma saludable. Yo sé que con respecto a la comida soy un mal parámetro; mi esposo dice que yo como por necesidad.

Tiene algo de razón, pero sí disfruto mis antojos de vez en cuando. Amo el queso, pero después del cáncer, bajé considerablemente el consumo. En cambio, él si ama la comida, el chicharrón, el chocolate, el pedazo de carne roja cocinada termino medio, el sorbetito del POPS, etc., pero por años lo he visto hacer un esfuerzo por cambiar sus hábitos. A pesar de que por herencia podría padecer de presión y azúcar alta, hoy no toma ningún medicamento para eso. El año pasado lo operaron de un tumor en el cerebro y llegó con todos sus parámetros en su lugar. La cirugía fue un éxito y su recuperación fue bien rápida. Esas son unas de las bondades de hacer cambios positivos en la vida.

Hace un par de columnas les conté que comenzamos a correr. Siempre hemos hecho ejercicio, pero nunca nos habíamos aventurado en este deporte. La verdad que nos hemos sentido tan bien que hemos perseverado apreciando los avances en nuestra condición física cada semana. Tenemos 57 y 54 años y queremos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para abrazar los años que vienen con salud y energía. Sabemos que los nietos vendrán más temprano que tarde y la verdad que queremos ser unos abuelos con condición física para jugar activamente con ellos. Quiero evitar ser necia, como dice Eclesiastés 7:17 “…. ¡No seas necio! ¿Para qué morir antes de tiempo?

Cambiar malos hábitos es difícil, pero a veces hay que rock the boat para comenzar a ver frutos. Es difícil perseverar, pero la recompensa vale por todo el esfuerzo.

¿En qué áreas de tu vida tendrás que rock the boat?

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