Centroamérica se prepara y se equipa con infraestructura de primera para atraer congresos, convenciones, ferias y reuniones de alto nivel
Centroamérica es conocida por sus hermosas playas, montañas y, en general, por lugares de ensueño donde se pueden vivir las mejores vacaciones, pero ahora también se está volviendo famosa por las condiciones que posee para la realización de grandes conferencias, congresos, convenciones y ferias internacionales.
Es así como la región saca sus mejores armas de seducción al prepararse con infraestructura de primera, logística de alto nivel y servicios de una calidad superior para “enamorar” a los organizadores de estos enormes eventos y capturar a este segmento de la industria turística que deja más ganancias que el turismo de placer.
Y es que el turista de MICE (meetings, incentives, conferences and exhibitions) por lo general,
gasta más, permanece más días en el país que visita como parte de la actividad y, en algunas ocasiones, viaja con su familia para aprovechar el viaje y conocer el país que visita. Por ello, atraer este tipo de turismo es vital para la región.
“Es un turismo de reuniones, convenciones, congresos, ferias; es decir, todo lo que es grupal y tiene que ver con negocios, no son actividades de descanso en sí mismas, sino de educación, investigación y de algún tema en particular. Son, por lo general, congresos que se mueven por el mundo, rotan
y se repiten anualmente o cada dos años”, afirma Mauricio Ventura Aragón, consultor internacional de Sinergia Consulting Group.
Para Ventura, el MICE es muy importante sobre todo porque normalmente se desarrolla en temporadas bajas, es decir, ayuda a compensar la baja que tiene la actividad turística y es, actualmente, uno de los sectores que más crece. En el mundo representa alrededor del 22% de todo el turismo y mueve más de US$11.000 millones.
Condiciones idóneas
En la región, Panamá lidera el turismo MICE, seguido por Costa Rica y República Dominicana, según los datos de la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA), pero en general, toda Centroamérica tiene potencial para desarrollar estas actividades y realiza esfuerzos para atraerlas, como la construcción de grandes centros de convenciones.
Panamá, por ejemplo, tendrá en septiembre el Centro de Convenciones Amador, el cual es considerado el más grande de la región, pues tendrá capacidad para 25.000 personas. Tiene una sala de exhibiciones de 15.000 metros cuadrados, un área de banquetes de 4.000 m2, salones de reuniones de 2.300 m2, lobby central, áreas de pre función con 12.000 m2, estacionamientos para más de 1.700 vehículos y área con capacidad para 20 autobuses.
Costa Rica también realiza sus esfuerzos por captar más turistas de reuniones, por eso en abril del 2018 inauguró el Centro Nacional de Congresos y Convenciones, donde este año se realizarán 13 eventos internacionales. Este sitio tiene capacidad para 5.600 personas en todos sus salones.
“Si se enumera la lista de razones más importantes que ofrece Costa Rica como destino de reuniones e incentivos sobresalen la accesibilidad, conexiones aéreas, una ubicación estratégica, la experiencia inolvidable, el bienestar y el confort”, comenta Rafael Quesada. Jefe de Investigación y Evaluación del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
“Se suma la excelente plataforma turística y la infraestructura para la realización de eventos, así como el alto nivel educativo, la diversidad de actividades que se pueden realizar en el destino y la sostenibilidad, como eje transversal del modelo de desarrollo turístico”, agrega.
Rodrigo Báez, secretario ejecutivo de la Secretaría de Integración Turística Centroamericana (SITCA), explica que todos los países de la región están apostando por este tipo de turismo, sobre todo porque es un complemento muy importante a la ofertra turística de las ciudades, como una forma de reactivar la economía local.
“Centroamérica es una región rica en historia, cultura, tradiciones, paisajes, y todos estos elementos son atractivos para que aquellas grandes empresas multinacionales puedan escoger a la región como un destino para eventos porque eso permite desarrollar actividades alternas para las personas que vienen a congresos y convenciones, porque no solo vienen al congreso sino a otras actividades turísticas y recreativas”, afirma Báez.
Según el experto, desde el 2015, aproximadamente, se nota un incremento de este tipo de turismo en la región que proviene principalmente de Norteamérica, y también intrarregional.
Tendencias
Louise Bang, vicepresidenta de ventas globales de la cadena de hoteles Marriott, considera que todas las regiones pueden cotizar grandes eventos una vez que tengan la logística. Pero, además de actividades de gran magnitud es posible apostar por eventos pequeños.
Detalla que, a partir de un estudio que realizaron en el 2018, identificaron cinco tendencias en el turismo de negocios tales como: inteligencia emocional, que es cultivar emociones; poder y deleitar, para crear momentos significativos; diseño multimodal, para que la gente interactúe; mensaje significativo y valorado, y el lugar, que debe ser atractivo para el huespéd.
Dentro del MICE también está el turismo de incentivos y la región es, de igual forma, una de las preferidas para que las empresas premien a sus colaboradores con un viaje de placer. También las compañías realizan convivios, capacitaciones, coaching y otras actividades laborales bajo un contexto recreativos.
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