Al terminar su faceta en televisión y radio decidió hacer carrera a largo plazo en una empresa tan sólida como Flor de Caña.
Por Milagros Sánchez Pinell
Cuando Luis Baéz Castellón realiza una presentación como Embajador de Flor de Caña, siempre le gusta condimentar sus palabras con buen humor porque es parte de su esencia y uno de sus mejores aliados a la hora de atrapar la atención de su audiencia.
Por muchos años fue presentador de los programas “¡Qué Bárbaro!” (televisión), “El zarandeo” y “Happy Hour” (radio). Dichas credenciales dicen mucho de sus atributos como un buen orador y un carismático conversador.
Mismas cualidades que le permitieron desarrollar otra faceta y es la de profesor universitario en el área de mercadeo en la Universidad Americana (UAM) y Keiser University Nicaragua.
Luis, quién nació en Nicaragua hace 43 años, es licenciado en Administración de Empresas. Tiene una especialización en Derecho Empresarial y una maestría en Comunicación Estratégica.
“Tenés el mejor trabajo del mundo” y “Algún día quiero ser como vos”, solía decirle Luis Báez a Mauricio Solórzano, Embajador Senior de Flor de Caña, durante sus múltiples visitas como invitado al set de “¡Qué Bárbaro!”. Nunca se imaginó que su deseo se materializaría en enero del 2020. Hoy, además de amigos, son mentor y pupilo.
“Ocho años después y aquí estoy compartiendo con él, quien era uno de mis invitados favoritos en el programa. Sin duda, mi trabajo en Flor de Caña es super entretenido, dinámico y a mí me cabe perfecto porque me deja estar en contacto con la gente que es donde yo siento que tengo mayor destreza. Además, represento a la marca más querida del país y a la número uno en exportación”, señaló.
Por consiguiente, Luis disfruta permanentemente la sensación de orgullo al representar una marca que es recibida con brazos abiertos por su calidad y su responsabilidad social. Incluso, Flor de Caña es líder en sostenibilidad en la industria de licores. Es la única que tiene Certificación de Carbono Neutral y Fair Trade.
“Es admirable lo que nosotros hacemos en cuanto a sostenibilidad. Hay pocas cosas donde uno puede decir que es el único, pero nosotros sí podemos hacerlo. Hasta hoy, es inexistente otra compañía que pueda decir que tiene esas dos certificaciones que nosotros sí poseemos”, destacó.
Los tres pilares de su cargo
Como embajador, Luis tiene tres tareas importantes en su quehacer profesional: realizar presentaciones sobre la marca, donde explica por qué Flor de Caña es el mejor ron del mundo, su historia, sus cualidades y beneficios; coordinar y manejar la estrategia con los influencers a nivel global y estar a cargo de las alianzas estratégicas con diferentes organizaciones como los Miami Dolphins (equipo de fútbol americano).
Su llegada en el 2020 a Flor de Caña sin duda es un acierto de la marca. Sus ideas frescas, su habilidad para comunicarse y su experiencia frente a las cámaras y los micrófonos son parte de sus grandes aportes profesionales.
Su corto trayecto en Flor de Caña le ha permitido un sinnúmero de experiencias enriquecedoras, desde interactuar con un equipo grande en relación con lo que estaba acostumbrado en radio y televisión, hasta viajar mucho y conocer diferentes culturas.
“Tenemos una cultura empresarial y un ambiente lindísimo y eso también hace entretenido el trabajo. Siempre te deja algo positivo el conocer muchas partes del mundo, nuevas personas y personalidades de esta industria. Todos los días aprendo algo de mi jefe, de mis compañeros, de las personas encargadas de la producción del ron y resto de involucrados. Cada vez que estoy con ellos tengo una pregunta y estoy aprendiendo algo. Yo soy naturalmente curioso y por eso ando metido en todo”, manifestó.
Si bien, el viajar constantemente es enriquecedor reconoce que representa un reto para su esposa Valerie, sus hijos Luis y Alicia de ocho y seis años respectivamente y para él mismo.
“Gracias a Dios tengo una esposa que es comprensiva y es ‘superwoman’. Ella puede manejarlo todo cuando me voy. Y aunque los extraño estoy claro que es parte de mi trabajo y todo el mundo lo entiende”, expresó.
El camino hacia el mundo del ron
Antes de adentrarse al mundo de los medios de comunicación, Luis trabajó en la empresa de sus padres TransExpress Nicabox, una empresa dedicada al envío y recepción de documentos y paquetería. Posteriormente, ocupó el cargo de gerente de mercadeo en la compañía de telecomunicaciones Alfanumeric. Tan solo seis meses después de estar ahí le llegó una oportunidad que siempre soñó, tener un programa de televisión que posteriormente bautizó “¡Qué Bárbaro!”
Dicha propuesta cayó como anillo al dedo para que Luis explotara al máximo su personalidad extrovertida, su gusto por el teatro y su curiosidad natural.
El exitoso programa, pionero en la televisión nicaragüense, tenía un formato al estilo “late show” de los Estados Unidos (programa de variedades nocturno) con una hora de duración, todos los miércoles durante nueve años.
“Me da orgullo decir que hice algo inédito hasta ahora. Si bien el formato ya existía desde hace 70 años en la televisión americana, en Nicaragua nunca. Creo que hicimos un buen trabajo en ese sentido. Mi madre siempre me inculcó el amor por el arte, por eso le pusimos mucho énfasis en tener de invitados a todas las personas involucradas con la cultura, la música y el arte en general. También tuvimos políticos, empresarios, de todo un poco en esos casi diez años. Recibimos muchos reconocimientos y premios de parte de la audiencia”, recuerda.
Luego de la televisión llegó la radio, un medio que se convirtió en su favorito por el equipo que logró conformar y por el contacto emocional con múltiples personas que a diario llamaban durante sus programas: “El Zarandeo” en horario matutino y “Happy Hour” a final de la tarde. Ciclo que llegó a su fin en el 2020 y comenzó su etapa en Flor de Caña.
“Yo prefería la radio porque teníamos de 20 a 30 llamadas en cada programa en vivo. A la gente le gustaba comentar sobre el tema del día y me daba la libertad y la capacidad de estar improvisando y responder los comentarios de mis oyentes. También podía hacer chistes y me resultaba fantástico”, relató.
De dragones y espadas
Por otro lado, y ya conociendo a un Luis Báez en su lado más personal, se declara un apasionado lector de historias de fantasías a la que dedica un poco más de una hora antes de dormirse.
“Mi pasatiempo es la lectura. Eso sí, nunca leo nada que aporte a mi vida profesional. Me gusta leer fantasía épica, si tiene dragones, espadas y magia estamos bien. Mi esposa se ríe de mí por eso, pero es mi desconexión del mundo real. Y si no estoy leyendo, estoy acurrucado con ella viendo una serie”, confesó.
En tanto, se define como una persona positiva en la vida, que siempre sabe regalar una sonrisa y enfrenta los problemas sin fatalismo.
Sobre su faceta de padre de dos pequeños niños a los que llama “bellezas de primer mundo” se confiesa un “papá muy involucrado en el día a día”. Hace dos años se propuso llevarlos, al menos una vez al mes, fuera de Managua, donde puedan “corretear y hacer lo que les dé la gana en espacios abiertos. ¡Y lo he cumplido!”.
Por último, confiesa que tiene dos importantes mantras en su vida: “Se feliz” y “Nunca vas a quedar mal quedando bien”. Además, le gusta promover la gratitud y aconseja ser el tipo de personas que dice ¿cómo te ayudo?
Síganos en Instagram
View this post on Instagram
Detrás de Vida y Éxito se encuentra un equipo de profesionales con reconocida trayectoria en el mundo empresarial y el periodístico.
