• 15 diciembre, 2015

Protagonista de una nueva Nicaragua

Protagonista de una nueva Nicaragua

Antonio fue un gran empresario y un extraordinario político quien, con mano firme y gran capacidad, jugó un papel transcendental en la transición hacia la paz en Nicaragua.

Según una entrevista que doña Violeta —quizás una de las mejores gobernantes de la historia nicaragüense— brindó al periodista del diario La Prensa, Fabián Medina, en diciembre de 1996, expresó: “Antonio, mi yerno, trabajó conmigo desde antes de que me lanzaran a mí de candidata a la presidencia. Aquí venían muchas personas que hablan inglés, yo no hablo inglés. Yo lo buscaba para que me ayudara a traducir y contestar las cartas, porque uno tiene que ser agradecido”.

Años después, en su libro, Antonio Lacayo escribió: “Una noche doña Violeta aprovechó para comprometerme, diciéndome que ella aceptaba ser candidata si yo le manejaba la campaña. Sin titubearlo, le dije que sí. No podía pedirle yo a ella que se metiera a una lucha tan dura, como sería aquella, por amor a Nicaragua y zafarle yo el hombro”.

El ingeniero Antonio Lacayo desfila al lado de su esposa Cristiana, sus hijos Antonio y Cristiana acompañando a la presidenta electa Violeta Barrios de Chamorro.
El ingeniero Antonio Lacayo desfila al lado de su esposa Cristiana, sus hijos Antonio y Cristiana acompañando a la presidenta electa Violeta Barrios de Chamorro.

Admito que siempre fui incrédulo de la labor que realizaría doña Violeta como presidenta y dudé muchísimo de todas la acciones que su gabinete tomaba bajo el liderazgo de Antonio. El sentir de miles de nicaragüenses era que las reformas que conducía el gobierno iban muy despacio. Intenté comunicarme con él, para expresarle la queja de los miles de exiliados y se me hizo imposible verlo. En ese momento, pensé que evitaba verme. Luego comprendí que el día solo tiene 24 horas y que existen prioridades. Antonio tenía las suyas y yo las mías. Opté por pedir una licencia de mi trabajo en el Northern Trust Bank de seis meses para trasladarme a Washington y cabildear, ante la administración del presidente George Bush, para que acelerara los cambios en Nicaragua. En ese proceso, unimos esfuerzos las principales organizaciones del exilio y logramos que el senador Jesse Helms, los congresistas Dan Burton, Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balart condicionaran toda ayuda del Gobierno de Estados Unidos hacia el nicaragüense a que este último devolviera las miles de propiedades confiscadas a ciudadanos nicaragüenses-americanos.

La misiva del Senado y del Congreso de Estados Unidos fue comunicada a la administración Chamorro, en específico a Antonio, a través del embajador de Estados Unidos en Nicaragua, John Maisto. Días después, recibí una llamada de José Adán Guerra, uno de los más altos funcionarios del gobierno de doña Violeta, en la que pedía verme en nombre del ministro Antonio Lacayo.

El ingeniero Antonio Lacayo y Violeta Barrios de Chamorro en el momento que reciben la llamada del presidente Jimmy Carter anunciando la victoria electoral de UNO.
El ingeniero Antonio Lacayo y Violeta Barrios de Chamorro en el momento que reciben la llamada del presidente Jimmy Carter anunciando la victoria electoral de UNO.

El ministro Guerra me dijo al verme que el ministro de la Presidencia entendía el mensaje que le había dado el embajador Maisto y que prometía desarrollar —en conjunto con el Ministro de Hacienda y Crédito Público, Emilio Pereira— un proceso claro y cristalino, para que a todos los nicaragüenses que habían perdido sus bienes por acciones del sandinismo se les devolvieran o fueran compensados. 30 días después de verme con el ministro Guerra, llegó a verme el ministro Lacayo, quien ya traía un plan de devolución de propiedades confiscadas por el sandinismo. El resto es historia, miles de nicaragüenses han recuperado muchos de sus bienes o han sido compensados —jamás en su valor correcto—, pero el esfuerzo se hizo y el gobierno de doña Violeta cumplió su palabra.

En las múltiples reuniones que sostuve con Toño, mientras fue ministro de la Presidencia, comprendí las enormes presiones que tenía para gobernar Nicaragua en una transición casi intransitable. Los resultados fueron evidentes al lograrse la paz: la reconciliación entre la familia nicaragüense y la reactivación de la economía.

El martes 17 de noviembre, recibí de parte de nuestro amigo Plinio Suárez García la terrible noticia de que se había accidentado el helicóptero en el cual viajaba Antonio Lacayo Oyanguren. La tragedia, al parecer, ocurrió a las 6 de la mañana. 24 horas después, las autoridades nicaragüenses reportaron la muerte de los cuatro tripulantes, incluido al capitán del helicóptero, Juan Francisco Lemus, así como dos altos oficiales de Coca-Cola: Phillips Tucks y Jimmy Hollister.

Quisiera añadir que Toño será recordado por sus valores éticos, por ser un hombre muy correcto, íntegro, de familia, que siempre tuvo principios y una vida ejemplar. Tenía una inteligencia privilegiada, un enorme positivismo, alegría y muchas ganas de servir a su Nicaragua y a su pueblo.

La muerte de Toño ha conmovido a Nicaragua entera y ha enlutado a su linda familia.

Nuestro corazón y plegarias están con ellos.

Etiquetas: Antonio Lacayo / Centroamérica y Panamá / Latinoamerica / Nicaragua

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