Como arquitecto brinda una atención personalizada, cuyo mayor interés es comprender y satisfacer las necesidades y gustos personales de sus clientes, especialmente en proyectos residenciales.
Por Milagros Sánchez Pinell
Desde pequeño le gustaba dibujar y pintar, intereses que lo motivaron a estudiar Arquitectura en la Universidad de Notre Dame, donde se graduó con honores en el año 1975.
Posteriormente, Miguel Rivera estudió un postgrado en la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, especializándose en Land Planning y Landscape Architecture.
Al finalizar su postgrado, en 1981, trabajó para la firma EDSA (Edward D. Stone & Associates – Land Planners) de Fort Lauderdale, Florida, reconocida por realizar proyectos de planificación y diseño de paisaje en todo el mundo.
Cuatro años más tarde de esa experiencia enriquecedora, decidió regresar a su país de origen, El Salvador, donde fundó su empresa de arquitectura, especializada en diseño, supervisión y construcción de residencias particulares y planificación (Land Planning), logrando una cartera de 325 proyectos durante 20 años.
Sin embargo, a partir de 2006 se incorporó al equipo de diseño de dos de los mayores desarrolladores inmobiliarios de El Salvador: Grupo Roble y Urbánica.
Hoy en día, el arquitecto Rivera continúa su práctica profesional en su Estudio de Arquitectura como consultor y diseñador de proyectos de planificación que incluye desarrollos residenciales, turísticos y conjuntos urbanos. También, se dedica al diseño de residencias particulares.
Miguel Rivera, originario de Santa Ana, El Salvador, nació en 1952 en una familia cafetalera y ganadera. Está casado con Edda Trabanino desde hace 45 años y tiene dos hijos, Diego y Paola, y cuatro nietos.
En su tiempo libre, disfruta de la lectura y la pintura, y se interesa profundamente por la historia de la arquitectura, una temática que le gustaría enseñar algún día.
¿Cómo se define?
Soy un apasionado de mi profesión, y me encanta mi trabajo. Soy curioso, muy observador y un estudioso de las tendencias arquitectónicas en el mundo.
¿Por qué considera que estudiar Arquitectura en Notre Dame fue un acierto?
Porque tenía el programa obligatorio de cursar el tercer año en Roma, Italia, la cual fue la mejor experiencia para un joven estudiante de Arquitectura. Viajé mucho por Europa, pintando y dibujando. Ese fue mi despertar en mi profesión. Soy un apasionado de la cultura italiana en todas sus expresiones.
¿Quiénes fueron los grandes maestros que lo influenciaron en su formación como arquitecto?
El arquitecto paisajista Roberto Burle Marx (Brasil) y los arquitectos Louis Kann (Estados Unidos), Luis Barragan (México) y René Suárez (El Salvador).
¿Cuál es la tendencia del diseño que sigue al diseñar sus proyectos?
Tengo dos tendencias principales que rigen mi diseño. Primero, lograr la habitabilidad con espacios funcionales. Es decir, en mis proyectos la proporción de los ambientes contribuye a la belleza del conjunto, gracias al juego de sus dimensiones verticales y horizontales, al fluir de la luz natural, a la selección de materiales y a la armonía de las partes. Mi segunda tendencia es la integración de las obras al entorno natural (topografía, vegetación, asoleamiento, brisas predominantes, vistas principales) y según su ubicación, la integración del proyecto al contexto y entorno urbano.
¿Qué materiales destacan en sus obras y por qué?
Los proyectos se caracterizan por la integración de materiales naturales como piedra, madera y barro con materiales industriales producidos en serie. Considero que el contraste de acabados y texturas de estos diversos materiales permite una riqueza estética al integrarlos.
¿De dónde nutre su mayor fuente de inspiración?
En el entorno natural y medio ambiente. Por mi educación en Estados Unidos considero que soy producto de lo acontecido en los años 70, a raíz de la toma de conciencia de la población del avanzado deterioro de los recursos naturales en nuestro planeta y consecuente afectación del medio ambiente. En 1970 se estableció el “Primer Día de la Tierra” y las disciplinas de diseño y planificación cobran especial relevancia por su enfoque en los recursos naturales y medio ambiente en los procesos de diseño. Sin duda, esto me motivó a realizar el postgrado en Land Planning y Landscape Architecture.
¿Dónde cree que radica la estética de sus obras?
Mi estética radica en la selección y uso apropiado de materiales, así como en comprender el entorno y contexto (urbano o natural) del proyecto a diseñar.
¿Qué valores o principios arquitectónicos guían su trabajo?
La Arquitectura es el arte de crear los espacios donde se desarrollan las actividades del ser humano. De allí nuestra responsabilidad de crear espacios humanos, estéticos, funcionales y sobre todo inspiradores.
¿Qué papel juega la tecnología en su proceso creativo y de diseño?
La tecnología tiene mucha incidencia, específicamente en la visualización de los conceptos y diseños preliminares. La computadora nos permite analizar la volumetría, espacios interiores, emplazamiento en el terreno y hacer mejoras oportunas y correcciones en corto plazo para lograr un mejor proyecto.
Hasta hoy, ¿cuál considera que es su mejor obra y por qué?
Es difícil enumerar una en particular porque cada una tiene algo especial. Sin embargo, me inclino por mi participación en el desarrollo del Plan Maestro de la Isla Teopan, ubicada en el Lago de Coatepeque, Santa Ana, El Salvador. Fue un proyecto multidisciplinario realizado por la Firma Sea Pines and Associates de Hilton Head Island, SC, Estados Unidos.
De sus proyectos, ¿hay alguno en particular que le presentó desafíos interesantes?
De cada proyecto, grande o pequeño, se aprende mucho, ya que presentan diferentes necesidades y retos a considerar. Disfruto mucho en el proceso creativo de resolución.
¿Cuál es el aspecto más gratificante de ser arquitecto para usted?
Ver una obra finalizada con todos sus detalles después que aquello inició con una visión y unos trazos de lápiz sobre un lienzo de papel.
¿Puede compartir alguna anécdota memorable de su carrera como arquitecto?
En Harvard tuve al arquitecto Frank Gehry como visiting profesor. Esto fue unos pocos años antes de que se convirtiera en el arquitecto más conocido y famoso en el mundo. Recuerdo el intercambio personal con él, donde platicando me dio un par de consejos importantes.
¿Podría mencionar cuáles fueron los consejos que le dio?
Gehry me sugirió ver la obra del pintor post-impresionista francés Tolouse Lautrec, quien se empeñó en romper las convenciones, las modas y las fórmulas compositivas de la época y renovó el género artístico. Gehry saltó a la fama también rompiendo moldes al construir en 1978 su casa en Santa Mónica, suburbio de Los Angeles, California, donde innovó mezclando materiales, colores, texturas y formas.
¿En qué proyectos está trabajando?
Actualmente, estoy en un proyecto de planificación de un desarrollo turístico en “Surf City”, ubicado en la costa de nuestro país, zona con una gran riqueza de recursos naturales y paisaje que está experimentando un auge económico importante para el crecimiento de nuestro país.
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