• 18 abril, 2013

Asesorías para crecer

“La variedad de asesorías son tan distintas como la cantidad de empresas y esta diversidad realmente no tiene un área específica que sea la más solicitada, ya que depende de muchos factores internos y externos, que son los que disparan la necesidad de contar con una asesoría o consultoría”, comenta Arturo Velasco, socio de Consultoría de Deloitte.

Entre los factores a los que se refiere el experto está la situación económica local, regional o mundial, la época del año, el mercado, el cambio de liderazgo y nuevos productos, por citar algunos.

A pesar de esto, sí existen asesorías a las que más recurren las compañías como las de auditoría fiscal y de impuestos, de tecnología, seguridad y riesgos, centros de servicios compartidos, recursos humanos, financieros y de estrategia y operaciones, entre otras, afirma Velasco.

Los servicios de consultoría gerencial también son un buen ejemplo y se pueden dividir en tres áreas: capital humano; estrategia, operaciones y riesgos; y tecnología.
“Cada uno de estos a su vez tiene varias ramificaciones. Por ejemplo, en capital humano, hay mucha oferta y demanda en temas como encuestas salariales, estudios de compensación y beneficios, estudios de clima organizacional, asesoría en evaluación de desempeño, entre otros”, explica el consultor de Deloitte.

“En estrategia, operaciones y riesgos, las empresas buscan mejorar el valor de sus negocios, redefiniendo su norte, estableciendo modelos de gestión que produzcan beneficios y reduzcan costos pero manteniendo la productividad”, añade.

Estos son solo algunos ejemplos, pero hay que tener claro cuáles son las necesidades específicas de la empresa.

Por su parte, Fernán Gallegos, associate parther de GBM, aliado de IBM en la región señala que las compañías deberían tener un asesor de confianza que les ayude a tomar las mejores decisiones de negocio con una visión objetiva y externa.

“Una asesoría específica tampoco está definida en el tiempo, sino en su madurez o en la etapa del ciclo de vida de la empresa. En un inicio, las empresas pequeñas y nuevas crecen a través de innovación, son poco estructuradas, no tienen mayores controles ni un gobierno corporativo. Conforme van creciendo y madurando, van enfrentando crisis de diferente índole que les va cambiando su forma de operar y liderar la organización”, dice Gallegos.

“De modo que el momento ideal para una consultoría va a depender no solo de su nivel de madurez, sino de condiciones de mercado, financieras, etcétera, pero la habilidad de los líderes está en anticipar su próxima crisis y actuar con tiempo, para contrarrestar sus efectos y más bien sacar ventaja competitiva”, agrega Gallegos.

En la región

El tema de consultorías en el Istmo viene en crecimiento, todos quieren tener a sus empresas en las posiciones líderes del mercado y por eso acuden a profesionales externos para mantener este crecimiento.

“El mundo empresarial es un medio dinámico y en constante cambio, por lo que al igual que las variables en tipo de asesoría se unen el volumen de estas.

En época de bonanza, las empresas invierten en todo tipo de servicio. En época de crisis buscan asesorías para reducción de costos. Lo que sí se sabe es que las organizaciones tienen en sus presupuestos una porción importante para asesoría”, asegura Velasco.

Para Gallegos, los cambios tecnológicos son un factor que ha obligado a las firmas a buscar consultorías para no quedarse atrás.

“Lo que vemos en nuestra región es similar a lo que ha pasado en otras partes, donde la tecnología es el conductor principal de cambio en las empresas. Este cambio tan vertiginoso obliga a las empresas a renovarse simplemente para mantenerse competitivo”, detalla Gallegos.

Servicio a la medida

Las empresas siempre están enfocadas en su actividad principal, por lo que no tienen expertos en todos los campos; es ahí donde surge la necesidad de una consultoría que los guíe en un área específica.

“Los clientes generalmente manifiestan síntomas en su organización, pero desconocen cuál es la medicina. Por ejemplo, una reducción en sus márgenes de utilidad es un síntoma. El consultor lo que hace es analizar estos síntomas para determinar cuál es el verdadero problema y le propone al cliente un enfoque de solución. Este enfoque puede tener varias aristas. Aspectos de estrategia, tecnología y procesos, etcétera”, afirma Velasco.

La asesoría debe ser simple y sin complicaciones, además, de cubrir lo que en realidad necesita la compañía.

“El consultor debe enfocarse en crear valor para el cliente. Los esquemas de asesorías o soluciones ‘enlatadas’ no funcionan. ¿Qué significa lo anterior? Que le propongan a la empresa una solución basada en un software o una aplicación y no estén solucionando el problema real. Al final no se ven los resultados porque no se está atacando el problema”, añade el socio consultor de Deloitte.

Velasco aconseja que antes de contratar una asesoría se deben considerar el respaldo, el conocimiento profundo de los temas y la experiencia.

“Siempre que se considere tener una asesoría o consultoría, la empresa que está buscando este servicio debe asegurarse de que la empresa que escoja sea capaz de demostrar con hechos que cuentan con el personal, el conocimiento y la experiencia para ayudarlo. Dejar de lado alguna de estas cosas puede convertir una consultoría profesional, estructurada, con metas y entregables claros y que cumpla con los tiempos pactados, en un desastre, fuera de control, muchas veces más caro de lo presupuestado o simplemente una pesadilla”, asegura Velasco.

Mientras que Gallegos aconseja, en cuanto a tecnología, que busquen asesores que les ayude a tomar decisiones con base en elementos de negocio, no financieros únicamente.

“No se dejen llevar por los paradigmas de asesores ‘independientes’ o agnósticos de tecnología. La decisión de adquirir un ERP (sistema de planificación de recursos empresariales, por sus siglas en inglés) no puede analizarse desde el punto de vista de la inversión de licencias, infraestructura y servicios, cuando ya hay proveedores que le pueden brindar los tres elementos bajo un esquema de servicios (SLA, por su siglas en inglés), bajando la inversión, en algunos casos, de millones de dólares a un monto mensual de acuerdo con el cumplimiento”, opina Gallegos.

Etiquetas: ASESORIA / CONSULTORIA / Tecnología

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