• 16 junio, 2022

Un embajador de clase mundial

Un embajador de clase mundial

Mauricio Solórzano con su carisma ha logrado potenciar la marca de Ron Flor de Caña.

Por Milagros Sánchez Pinell

“Forjado en las calurosas calles de Nicaragua y enriquecido por la sabiduría de nuestros clientes”. Así se define profesionalmente Mauricio Solórzano, embajador global de Ron Flor de Caña, luego de 25 años de trayectoria en dicha empresa.

Como parte de ese exitoso recorrido, The Ultimate Awards lo premiará como el Mejor Embajador de Ron del Mundo 2022, este 18 de junio en el Festival de Ron a realizarse en el Metropolitan Pavilion, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.

Mauricio obtuvo la mayoría de los votos, entre los 17 candidatos al premio que tiene como objetivo honrar el loable trabajo de los embajadores de marca en la promoción del ron y en la educación de los consumidores sobre las bebidas espirituosas.

“Es muy agradable recibir un premio al gran esfuerzo y tiempo invertido en esta labor. Por suerte siempre he contado con el apoyo de mi esposa y de mis hijas”, dice.

Además, destacó el entusiasmo que lo ha caracterizado en llevar la marca Ron Flor de Caña por el mundo. “Es un premio para alguien con mucha pasión por lo que hace. En este caso la hemos echado toda y aceptamos este reconocimiento con alegría y humildad”.

Un ávido lector desde niño

Mauricio Solórzano es oriundo de Masaya, Nicaragua, “donde nací y quiero quedar”. En la década de los 80 emigró a Costa Rica, donde se graduó en Relaciones Públicas en la Universidad Panamericana.

Quiso ser periodista de radio, pero encontró en la carrera de Relaciones Públicas un mundo donde encaja a la perfección, gracias a su carisma, creatividad, capacidad de trabajar en equipo y sus dotes de buen orador.

Hace 25 años se sumó a la familia de Ron Flor de Caña. Durante este largo trayecto ocupó los cargos de gerente de eventos especiales, gerente de marca y actualmente embajador global.

¡Hablar de Mauricio es hablar de Ron Flor de Caña! Nunca pierde oportunidad para resaltar las cualidades de este ron de cinco generaciones, naturalmente añejado, sin ingredientes artificiales y comprometido con la naturaleza y el medio ambiente.

“Somos el ron más premiado del mundo y producido de manera sostenible, desde el campo hasta la botella”, repite orgullosamente.

Sin duda, su pasión y su disciplina por ser un ávido lector son dos ingredientes importantes en su éxito como un buen emisario del ron nicaragüense. Hace años adoptó el buen hábito de leer dos libros al mes.

“Leer me ha ayudado muchísimo para poder entender las diferentes culturas y las diferentes geografías. Además, me gusta llenarme de mucha historia, de tal manera que cuando llegaba a un país que nunca había estado ya lo conocía a través de la literatura. Eso me ha permitido poder hablar con más propiedad a los países que iba llegando”, señaló.

Pero también reconoce que la sabiduría de sus clientes ha enriquecido su labor. “ Lo que sé y lo que soy se lo debo a toda esa sabiduría que tienen los clientes, la gente que vive en este medio”.

Por otro lado, para Mauricio es sumamente satisfactorio tener la oportunidad de conocer mucha gente y contar con amigos en los 36 países que ha visitado en su trayectoria profesional.

Un contador de historias

El experto en la bebida espirituosa, con apoyo de la misma marca, ha logrado que Ron Flor de Caña se destaque como un producto nicaragüense con propósito a nivel mundial. Pero que además “crece con nuestra gente, tiene rostro humano y es parte de un grupo empresarial donde nos hemos preocupado por el medio ambiente, por nuestros trabajadores y por el apoyo a la comunidad”.

“El contar de primera mano su historia, describir el ron, de que está hecho y cómo hemos llegado hasta aquí es un privilegio. Nicaragua y Flor de Caña tienen un factor en común que le llamo el ‘factor wow’ una vez que lo tomas o lo disfrutas”, explica.

Como una anécdota curiosa, de sus más de dos décadas como embajador, recuerda su visita a Dubai, donde acompañado de su espíritu positivo y su carisma logró conectar con su audiencia.

“Sacarles una sonrisa a ellos es un poco difícil. Tuve que emplear toda mi cultura y mis artes teatrales para conectarme con ellos emocionalmente y ganarme a esa difícil audiencia, en vez de que me paralizaran y me atemorizaran”, nos relata entre risas.

Y aunque a simple vista el experto en ron parece ser un hombre sin temor a nada, confiesa que aún siente nervios antes de una presentación. Sin embargo, una vez que se apodera del micrófono despliega su talento natural como excelente orador, aunque asegura que el día que desaparezca el nervio y la preocupación por completo, será momento de pensar en el retiro.

En cuanto a los retos que enfrenta en un trabajo que cualquiera podría creer que es pura diversión, advierte que es muy fácil desviarse o desenfocarse de sus verdaderos objetivos.

“Pareciera que es un mundo de fiesta y sí, eso pasa en algún momento determinado, pero la mayoría del tiempo es de planificación, disciplina y mucho estudio porque llevo en mis hombros una marca de cinco generaciones. Tengo que representarla con mucha excelencia y para eso hay que prepararse. Hay que ir al mercado bien preparado porque hay que contar la historia sin inventar”, dice.

A ello añadió que cuando se encuentra frente a una pregunta técnica y desconoce la respuesta está acostumbrado a contestar con la verdad.

“Guardo la pregunta para investigar después, porque esas son las cosas que me han hecho aprender, a ir afinando mi presentación y profesionalizándome en esta especialidad de embajador de marca”, puntualiza.

Sobre sus planes futuros, sin titubear asegura que todavía falta “caña que moler”. Continuará con sus viajes al extranjero, asesorando a sus pares, esparciendo conocimiento, pero sobre todo llevando la experiencia del Ron Flor de Caña por el mundo.

Etiquetas: caña / embajador / Estilo de Vida / Flor de Caña / Nicaragua / Ron

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