La rendición de cuentas es fundamental para mantener la integridad y lograr resultados. Pero responsabilizar a las personas de manera efectiva requiere una comprensión evolucionada y una práctica de la compasión.
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Como líder, ¿anhela un mejor seguimiento y enfoque en las prioridades de su organización? ¿También le preocupa su gente y quiere construir conexiones más fuertes? La compasión es fundamental para construir culturas de trabajo seguras e inclusivas.
¿Responsabilizar a las personas o construir relaciones? ¿Cuál elige?
Cuando llega el momento y hay mucho en juego, ¿cuál elige? responsabilidad o compasión? Todo el mundo tiene un valor predeterminado; ¿Cual es suyo?
Aquí está el problema. La compasión sin responsabilidad no lo lleva a ninguna parte. Los líderes no pueden ser amables en su camino hacia una cultura de alto rendimiento. Pero la rendición de cuentas sin compasión lo aliena. Los líderes tampoco pueden confiar en el miedo y la intimidación como táctica de motivación predeterminada.
Líderes que practican la compasión sin rendir cuentas
- Cree que la empatía y el apoyo son suficientes.
- Evita las conversaciones difíciles.
- Compromete sus propios límites.
- No ejecuta las consecuencias apropiadas.
- Vive con lemas como «Sé amable», «No hiera los sentimientos de otras personas», «No levante la voz».
- Obtiene consenso pero no compromiso.
- Tiene un equipo con poco seguimiento.
- Experimenta problemas que nunca se resuelven.
- Son queridos pero no respetados.
Líderes que practican la rendición de cuentas sin compasión
- Cree que las reglas y las consecuencias son suficientes.
- Utiliza amenazas y tácticas pasivo-agresivas.
- Tiene todas las respuestas.
- Vive con lemas como «El fracaso no es una opción», «No muestres debilidad» o «Hazlo porque yo lo digo».
- Obtiene cumplimiento, pero no lealtad.
- Tiene equipos de poca confianza que compitan entre sí.
- Son temidos pero no respetados.
¿Qué quieren los mejores talentos de los líderes?
Los líderes ya no pueden elegir entre la compasión y la responsabilidad. Esta generación quiere ambos en plena medida.
La investigación sobre el compromiso y la retención de los empleados revela que los millennials y los Gen-Z tienen diferentes deseos y necesidades. La siguiente tabla, tomada de mi nuevo libro, Compassionate Accountability: How Leaders Build Connection and Get Results , resume la diferencia entre el viejo paradigma de liderazgo y lo que la nueva generación quiere y necesita.
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Pasado |
Futuro |
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Mi sueldo |
Mi proposito |
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Mi satisfacción |
Mi desarrollo |
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Mi jefe |
Mi entrenador |
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Mi revisión anual |
Mis conversaciones en curso |
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Mis debilidades |
Mis fortalezas |
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Mi trabajo |
Mi vida |
Observe a medida que lee las áreas de enfoque a la izquierda que casi todas se inclinan hacia la rendición de cuentas. Sólo uno se inclina hacia la compasión; satisfacción. Ninguno de ellos captura a ambos. Ahora mira la lista de la derecha. Cada uno de estos deseos y necesidades requiere una combinación de compasión y responsabilidad.
La única manera de reconciliar el dilema de la rendición de cuentas frente a la compasión es reconocer que no están en conflicto. La compasión en realidad se origina de la raíz latina que significa “sufrir con”. Compasión significa caminar con otros a través de las luchas, a través del conflicto, a través del dolor.
La rendición de cuentas no es algo que hacemos PARA los demás, es algo que hacemos CON los demás. La compasión incluye responsabilidad.
1. Trata a las personas como valiosas
Las personas son incondicionalmente valiosas. Todo el mundo merece ser valorado por lo que es como persona, sin ataduras.
- Valide las experiencias: Escuche a su gente, escuche sus preocupaciones y no juzgue sus experiencias o sentimientos. Los empleados quieren sentirse escuchados y afirmados.
- Vuélvase vulnerable: Comparta sus alegrías y miedos. Deje que la gente sepa cómo es realmente.
- Separe a la persona de su comportamiento: Valore a una persona por lo que es no significa dejar pasar el comportamiento. Pero sí significa defender la dignidad y el respeto, incluso durante conversaciones difíciles sobre el desempeño .
2. Tratar a las personas como capaces
Cualquiera puede ser parte de la solución. Nuestras cualidades, habilidades y experiencias únicas merecen ser afirmadas, y merecemos la oportunidad de contribuir, aprender y crecer en un entorno colaborativo.
- Busque primero comprender: hable menos, escuche más, sea curioso.
- Invite a las personas a ser parte de la solución: nada invita más a la propiedad que ser incluido a nivel del suelo.
- Convierta los fracasos en oportunidades de aprendizaje: cree un espacio seguro donde las personas puedan experimentar, fallar, aprender y crecer.
3. Tratar a las personas como responsables
Cada uno es responsable de sus propios pensamientos, sentimientos y acciones. Independientemente de lo que sucedió antes, cada uno de nosotros es 100% responsable de lo que hagamos a continuación. Ni mas ni menos.
- Respete los límites: deje de pensar, sentir y hacer demasiado por los demás. Usted es responsable ante su gente, pero ellos son responsables de su comportamiento.
- Pida a otros que den un paso al frente: está bien tener estándares altos y pedir compromisos sin miedo ni intimidación.
- Priorice y concéntrese: Esté atento a los principios rectores de su organización. No se distraiga con pequeñas luchas de poder y tangentes.
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