Desde el 2021 se han llevado a cabo voluntariados de siembra de árboles en el proyecto. En la primera edición, se plantaron 163 árboles; en el 2022, un total de 526; y este año se logró plantar más del doble.
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El desarrollo inmobiliario no debe ser sinónimo de pérdida de biodiversidad, por el contrario, debe promover la recuperación de hábitats, la protección de la fauna y flora; así como motivar, a través de la educación, a que las comunidades protejan el medio ambiente. Bajo esta premisa, Aleste recientemente realizó su tercera edición de siembra de árboles, donde se logró la meta de plantar 1000 nuevos individuos de 24 especies diferentes.
«La plantación de árboles en el proyecto no es una iniciativa aislada, sino que responde a la Estrategia de Biodiversidad del proyecto, donde se definen metas de restauración de las áreas cercanas a los ríos, cuyo objetivo final, es facilitar la conectividad entre la zona Protectora Tiribí y la zona Protectora Carpintera. Además, nos permite contribuir con el desarrollo de una ciudad caminable, inclusiva, verde y segura, donde las personas pueden disfrutar de su vida pública, entrar en contacto con actividades culturales y recreativas, participando activamente en crear comunidad», expresó Federico Baltodando, director del proyecto Aleste.
En el 2021 se inició con la primera edición, en la que se plantaron 163 árboles; mientras que en el 2022, un total de 526. Este año, casi se logró duplicar la cantidad; y a hoy Aleste suma 1689 plantados en jornadas de voluntariado.
“A través de las jornadas de voluntariado, generamos un impacto positivo en las comunidades donde operamos, al mismo tiempo que ofrecemos a nuestras personas colaboradoras experiencias únicas de sensibilización sobre su rol ante los desafíos del desarrollo sostenible. La reforestación en nuestros proyectos y zonas de influencia tiene beneficios como la disminución del efecto de islas de calor, retención de aguas, y adaptación al cambio climático. Esta última edición fue muy especial porque participaron 136 personas voluntarias, involucramos a socios comerciales y proveedores como AR Holdings y la empresa JyJ electromecánica”, agregó Baltodano.
Servicios ecosistémicos de los árboles
Los árboles no solamente aportan alimento para aves, sino que contribuyen en la regulación de impactos ligados al desarrollo de ciudades como el efecto de isla de calor. Aleste está identificada como un lugar prioritario según en el Plan de Adaptación de Curridabat, siendo una de las fincas que colabora en la regulación del aumento de temperatura en el cantón.
Los árboles desempeñan un papel crucial en la conservación del medio ambiente, absorben dióxido de carbono (CO2) y liberan oxígeno a través de la fotosíntesis, lo que ayuda a reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y contribuye a mitigar el cambio climático. También, actúan como filtros naturales del aire, ayudando a eliminar contaminantes y partículas en suspensión.
Sumado a esto, la reforestación brinda protección contra la erosión del suelo. Las raíces de los árboles ayudan a mantener la estabilidad del suelo, evitando la erosión y la pérdida de nutrientes. Esto es especialmente importante en áreas urbanas, porque protegen contra desastres naturales como inundaciones.
Adicionalmente, la plantación de árboles nativos en Aleste permite crear hábitats naturales para diversas especies de plantas y animales. Esto ayuda a conservar la biodiversidad local y fomentar la presencia de aves, insectos y otros organismos que contribuyen al equilibrio ecológico. En Aleste se levantó una línea de base de biodiversidad, en este proceso se identificaron 110 especies de fauna, entre ellas aves con poblaciones decrecientes como el Pibí Boreal (Contopus cooperi) y el Pinzón Costarricense (Melazone cabanisi); este último es una especie endémica que se encuentra en vías de extinción, por lo cual trabajamos en la habilitación de espacios para promover su hábitat.
Finalmente, la presencia de árboles beneficia el entorno, creando un ambiente más agradable y tranquilo para las personas residentes y quienes visitan el proyecto. Asimismo, numerosos estudios han demostrado que estar cerca de la naturaleza tiene beneficios para la salud mental y el bienestar humano.
“En Portafolio Inmobiliario desarrollamos y administramos proyectos no solo rentables, sino que también tengan un impacto real en la mejora de la calidad de vida de las personas, creando espacios seguros que generen experiencias memorables. El proyecto Aleste constituye nuestra primera experiencia integrando de forma sistemática la conservación de la biodiversidad como un eje central en la planificación, diseño, desarrollo y operación del proyecto, lo cual nos hizo merecedores de la Bandera Azul Ecológica en categoría Biodiversidad, siendo la primera desarrolladora inmobiliaria en recibir este galardón”, afirmó el director del proyecto de Aleste.
Con la plantación de los 1000 árboles recientes, se espera que en 10 años fijen 60 toneladas la huella de dióxido de carbono (CO2).
Fue a través de la Estrategia de Biodiversidad que se estableció el programa de Conectividad Biológica y el Programa de Rehabilitación, que promueve la regeneración de áreas de protección incorporando especies que aportan servicios ecosistémicos. El proyecto Aleste cuenta con más de 29 mil metros cuadrados de áreas de protección y es parte del Corredor Biológico Interurbano María Aguilar (CBIMA).
La Estrategia de Biodiversidad de Aleste permite conocer y mejorar la resiliencia del proyecto ante los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento de la temperatura, la erosión y la escasez de recursos.
Todo esto, se alinea a la Estrategia de Sostenibilidad de Portafolio Inmobiliario, empresa desarrolladora de Aleste, que tiene como propósito impulsar el desarrollo transformando nuestras ciudades.
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