Las deudas públicas de El Salvador y Costa Rica son las más altas de Centroamérica y se mantienen por debajo de naciones desarrolladas. Conozca qué es, cuáles son sus consecuencias y cómo se puede reducir.
Con un 89% del producto interno bruto salvadoreño y un 70,1% del PIB costarricense, las previsiones de la deuda pública centroamericana del Fondo Monetario Internacional para el 2020 distan mucho de las de naciones desarrolladas como Japón (266,2%); Estados Unidos (131,2%) y el Reino Unido (108%).
Mucho se ha hablado de la insostenibilidad de la situación fiscal en nuestros países pero ¿por qué algunos soportan una alta deuda pública más que otros?
¿Qué es la deuda pública?
De acuerdo con Mauricio Jenkins, profesor asociado de INCAE Business School la deuda pública está conformada por las obligaciones que el sector público de un país (incluyendo el gobierno central, municipalidades o ayuntamientos y otras entidades similares del sector público) han contraído con el sector privado. Para financiar sus gastos anuales, la mayoría de los gobiernos del mundo recurren a emitir títulos de deuda y a obtener préstamos de individuos e instituciones, tanto locales como internacionales, que eventualmente habrá que repagar. Esas obligaciones son las que constituyen la deuda pública.
Por otra parte, Daniel Suchar Zomer, doctor en Ciencias Empresariales, analista financiero y profesor universitario, explica que la deuda pública es todo el financiamiento adquirido por una nación para afrontar el pago de sus compromisos de sus finanzas públicas, puede estar colocada tanto de forma interna como en deuda externa y tanto en moneda local, como extranjera.
¿Por qué algunas economías soportan más que otras?
Para Jenkins, la capacidad de un Estado de hacerle frente depende de varios factores, entre los más importantes destacan el crecimiento de la economía local en el mediano/ largo plazo y la tasa de interés a la cual la deuda pública puede ser obtenida.
“Países con monedas fuertes de circulación internacional y con amplio acceso a mercados de capitales internacionales pueden emitir deuda a tasas muchísimo menores que países que no tienen esas condiciones y, por lo tanto, pueden hacerle frente a relaciones Deuda Pública/ PIB mucho más grandes. En términos sencillos, si un país puede colocar su deuda a una tasa de interés que es la mitad que otro país (asumiendo todo lo demás igual), en principio podría soportar una relación deuda pública/ PIB dos veces más grande”, explica Jenkins.
“La importancia del indicador de la relación de deuda a Producto Interno Bruto se acompaña también del compromiso de cumplimiento de pago y recaudación fiscal en cada uno de los países. Por lo tanto, debemos cotejar ambos indicadores para sacar conclusiones sobre la permanencia y la sostenibilidad de las finanzas públicas de un país. El caso salvadoreño se ve afectado debido a la disminución sustancial de las remesas internacionales que recibe el país y también el poco ritmo de la economía de sus exportaciones. Para el caso de Costa Rica, tiene una desaceleración muy acentuada en su producción, una baja del turismo y el poco dinamismo de la economía interna colocan sus finanzas públicas en un sitio muy comprometido a la hora de la recaudación fiscal”, explica Suchar.
¿Qué problemas generan los altos niveles de endeudamiento?
De acuerdo con Jenkins, se pueden generar dos problemas principales.
“En primer lugar, un alto nivel de endeudamiento implica que los ingresos que genere el Estado tendrán que dedicarse en una mayor proporción a atender las obligaciones de la deuda (principal e intereses), lo que deja menos recursos disponibles para otras actividades e iniciativas que debería financiar y que, desde el punto de vista social, podrían ser más deseables (como el financiamiento de la infraestructura, la educación de sus habitantes, el sistema de salud, el apoyo a los sectores más pobres y desprotegidos de la población). En segundo lugar, en la medida que un país se encuentre relativamente más endeudado, tendrá mucho menos capacidad de hacerle frente a las crisis de tipo macro que eventualmente pueden producirse (la que enfrentamos actualmente a nivel mundial por el COVID-19 es un buen ejemplo, pero pueden y habrán otras)”, explica Jenkins.
Medidas para disminuir la deuda pública
Para reducir el nivel de la deuda pública con relación al PIB, Jenkins afirma que una nación necesita reducir las necesidades de financiamiento hacia futuro, es decir, reducir su déficit o incluso generar superávit fiscal y/ o apuntar a tratar de aumentar el crecimiento de su PIB, a través de crecimiento económico.
“Para lo primero, será necesario aumentar impuestos, reducir gastos o vender activos que el Estado posea (si existen, pueden venderse y resulta deseable hacerlo). Para lo segundo, el país en cuestión deberá implementar políticas públicas orientadas y congruentes con su estrategia de desarrollo que pueden acrecentar, de manera sostenible, el ritmo de crecimiento económico”, dice Jenkins.
“Las medidas que tiene que tomar una nación para disminuir su deuda pública es apuntar directamente al gasto, disparador de sus finanzas públicas. Usualmente, se ubican entre los gastos superfluos una cantidad de alquileres y, por supuesto, salarios estratosféricos que existen en la función pública que hacen que esas finanzas sean cada día más grandes y se necesiten más deuda para poder cubrirlas”, dice Suchar.
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