• 23 junio, 2020

Foro Global de la Nicotina de 2020 aborda las alternativas innovadoras para la reducción del daño provocado por el tabaquismo

Foro Global de la Nicotina de 2020 aborda las alternativas innovadoras para la reducción del daño provocado por el tabaquismo

Los gobiernos tienen en sus manos la más poderosa arma para reducir el daño por tabaquismo mediante una legislación adecuada.

El séptimo Foro Global de la Nicotina 2020 ha abordado el debate científico sobre los avances en productos potencialmente menos dañinos que el cigarrillo y su regulación a nivel internacional.

La edición de este año se ha realizado a lo largo de dos jornadas en formato completamente online debido a las limitaciones derivadas de la crisis del coronavirus. En ella han participado científicos y expertos en salud pública de diferentes países, que han aportado una visión basada en la investigación sobre los productos innovadores capaces de reducir el daño provocado por el uso del tabaco.

La segunda jornada del Foro Global de la Nicotina (GFN, por sus siglas en inglés) ha podido ser seguida en directo también desde Las Palmas de Gran Canaria. En una primera parte, los expertos y científicos participantes centraron sus intervenciones en la necesidad de incorporar la evidencia científica a la hora de juzgar los resultados de los productos que utilizan tecnologías libres de combustión que contienen nicotina para reducir el daño relacionado con el tabaquismo.

Además, los ponentes del Foro han relacionado sus intervenciones con el actual contexto de pandemia global, haciendo referencia a los diferentes estudios realizados en los últimos meses sobre la relación del consumo de nicotina con la Covid-19.

En este sentido se manifestaba el académico italiano, Riccardo Polosa, fundador del Centro de Investigación para la Reducción de Daños por Humo de la Universidad de Catania (CoEHAR), quien aseguró que existen estudios que reflejan datos en los que los fumadores podrían ser hasta cinco veces menos propensos a contagiarse, añadiendo la necesidad de ampliar las investigaciones en este campo.

En esta línea, el cardiólogo Konstantinos Farsalinos, señaló que los estudios realizados hasta el momento no arrojan indicios de que fumar sea un factor de riesgo en el contagio del coronavirus o de una mayor hospitalización, mientras algunas investigaciones apuntan a que la nicotina pudiera ayudar en la lucha contra la pandemia por su capacidad antiinflamatoria. Para determinar esta afirmación son necesarios nuevos estudios en los que se documente que los receptores nicotínicos podrían proteger a los consumidores del ataque del virus.

Por su parte, el experto en analítica avanzada Pini Matzner, centró su ponencia en la necesidad de poner la inteligencia del big data al servicio de la ciencia para anticiparse en la detección y poder predecir posibles pandemias o brotes en base al tratamiento de los datos, convirtiéndolos en información de alto valor.

El cierre del primer bloque de la segunda jornada corrió a cargo del investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Roberto Sussman, quien hizo hincapié en el derecho de los consumidores a recibir información veraz y fidedigna por parte de los gobiernos y las autoridades, más aún en este contexto de pandemia y confinamiento, acerca de las posibilidades menos dañinas con contenido de nicotina frente al consumo de tabaco.

Considera Sussman que no ha quedado demostrado científicamente que el vapeo aumente el riesgo de contagio, por lo tanto, no son necesarias recomendaciones especiales para los vapeadores, más allá de guardar la distancia y el uso de mascarillas cuando corresponda. La transmisión de mensajes erróneos sobre el uso de este tipo de dispositivos puede suponer una vuelta al consumo de tabaco y que otros fumadores no den el paso a los nuevos productos que favorecen el tránsito hacia abandonar el hábito tabáquico.

Se puede llegar a ahorrar más de cuatro dólares en gasto sanitario por persona fumadora atendida.

A lo largo de esta jornada se han abordado, además, los aspectos técnicos de la regulación de los productos alternativos al tabaco combustible. Tim Philips realizó un recorrido sobre los impactos en las cifras de negocios del sector de las decisiones tomadas a nivel internacional con aumento de restricciones e incremento de impuestos. Frente a este panorama, se trabaja en la posibilidad de proporcionar nuevos productos desde la perspectiva de reducción del daño.

Patricia Kovacevic, experta líder en regulación, aseguró que los gobiernos tienen en sus manos la más poderosa arma para reducir el daño por tabaquismo mediante una legislación adecuada, actuando de manera colaborativa con las compañías para acelerar esa reducción, teniendo en cuenta que la erradicación del tabaco no es algo factible. La legislación debe tener en cuenta las pruebas científicas, así como el sentido común. Subrayó que los miles de fallecimientos que se producen cada año por tabaquismo, muchos de ellos podrían prevenirse ajustando la normativa de los dispositivos de suministro de nicotina electrónicos.

También la experta en derecho comercial internacional, Marina Foltea, resaltó que los productos con un riesgo más reducido deberían ser considerados por los estados como un derecho de los individuos, proporcionándoles información e incluyéndolos en sus estrategias de reducción del daño. Por ello considera que grabar este tipo de productos supone una manera de denegar el acceso a sistemas menos dañinos con la salud.

El profesor de Derecho de la Universidad de Stellenbosch, Sudáfrica, Abrie du Plessis, afirmó que es necesario un consenso entre los países sobre el tabaco calentado. En los últimos años, desde 2005, se ha progresado en el potencial de la reducción del daño, pero queda mucho por hacer. En las diferentes reuniones de la Conferencia de las Partes (COP), los informes no han sido concluyentes ni se ha llegado a acuerdos significativos. Ahora, con las consecuencias y limitaciones de la pandemia, también habrá que esperar para conocer las conclusiones a las que llegue la Comisión Europea sobre la revisión de la Directiva, así como los planteamientos de la OMS de cara al futuro.

Otros planteamientos fueron los ofrecidos en este Foro virtual por expertos y profesionales como Alex Wodak, quien en su charla habló sobre cómo la inversión en el estudio de nuevas fórmulas de consumir tabaco puede generar un ahorro significativo en el gasto social y sanitario, y señaló que por cada dólar invertido en investigación se puede llegar a ahorrar más de cuatro dólares en gasto sanitario por persona fumadora atendida. Por ello aseguró que la utilización de productos que favorezcan la reducción del daño trae consigo un ahorro económico en el sistema sanitario.

Spike Babaian, experta en vapeadores, aseguró que las tiendas de vapeo son muy importantes por su función didáctica hacia el consumidor, puesto que dentro de estos establecimientos se lleva a cabo educación y soporte a nuevos usuarios, ofreciendo información muy valiosa sobre la nicotina, respondiendo con datos veraces las dudas del cliente. Porque según ella, casi tan importante como entender cómo utilizar el producto, también está el aprender lo que no deben hacer. Según su experiencia, el cliente de las tiendas de vapeo en Nueva York tiene una media de edad de 44 años, la mayoría de ellos ya fumaba con anterioridad cigarrillos, y menos del 1% era nuevo fumador. A muchos le interesan productos con aromas e incluso el 95% de ellos buscan aromas que no son el del tabaco.

Además, Sree Sucharitha, profesional de la salud que atiende a miles de emigrantes cada año en las zonas de trabajo de empleados de la construcción, es en esas comunidades donde el nivel de vida es muy bajo y tienen poca capacidad de gasto, donde hay que realizar un importante trabajo didáctico. El 99% de los que viven allí y fuman tabaco no saben que es malo para su salud ni conocen que existe otra alternativa al tabaco. En India los cigarrillos electrónicos y los vapeadores están prohibidos, por lo que la única alternativa que les queda a los fumadores que quieran dejarlo son productos de reemplazo como los chicles de nicotina o parches. En ambos casos, productos que superan las 100 rupias y que no los pueden pagar, además de que sólo se administran en farmacias que normalmente quedan muy lejos de sus hogares. La solución según esta experta, pasa por invertir en campañas de conocimiento de otros productos menos dañinos, encontrar la manera de promocionar sistemas más innovadores y que estos productos sean más asequibles para la mayoría. Asimismo, la profesional sanitaria pidió un mayor nivel de concienciación para que se le preste más atención a comunidades en vías de desarrollo.

Por último, Chimwemwe Ngoma, el representante de Malawi, aseguró que en su comunidad el tabaco es una parte muy importante de la economía y que por eso es necesario hablar de una nicotina más segura. Desde su posición como defensor de la nicotina en este país, propone que se investiguen nuevas opciones y proporcionar distintas alternativas que puedan ser una oportunidad igual de beneficiosa económicamente que el tabaco.

Etiquetas: cigarrillo / coronavirus / COVID-19 / Foro Global de la Nicotina 2020 / tabaquismo

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