Los microhábitos son el antídoto para un mundo caótico, ofreciendo un camino hacia el cambio sostenible.
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Vivimos en una época de hiperconectividad, complejidad y atención fragmentada.
Para el entretenimiento, los humanos solían ver actuaciones en el escenario que duraban varias horas. Luego vinieron las películas audiovisuales modernas que duraban 90 minutos. Hace una década, dimos la bienvenida a YouTube, donde el vídeo promedio dura 11,7 minutos. Incluso esto resultó demasiado largo para las mentes distraídas, y las redes sociales encontraron un punto dulce en los clips de TikTok de 15 segundos, seleccionados, en la reproducción automática, por un algoritmo que nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos.
Vemos esta tendencia en la educación. Los títulos solían tardar tres o más años. Luego vinieron los diplomas y certificados. Ahora la gente se dedica al microaprendizaje y comparte con orgullo su nano-insignia o micro-credencial, ganado en unas pocas semanas, días u horas.
Los libros se convirtieron en parpadeos, las cartas se convirtieron en tuits y la hostilidad se redujeron en microagresiones. ¿Cómo pueden los futuros líderes navegar por un mundo de ajetreo habituado y atención micronizada? El enfoque sostenido es difícil. Dejadas sin ataduras, nuestras mentes buscan novedad y alivio. Los videoclips rápidos, por ejemplo, requieren un compromiso mínimo con la promesa de un golpe de dopamina.
¿El orden se está desmoronando en el caos? ¿Podemos volver a disfrutar de un viaje lento, un trabajo profundo o una larga novela?
Tal vez lo que estamos viendo es entropía en acción. El orden y la energía se disipan en polvo cósmico, desafortunadamente en forma de clips de 15 segundos de adolescentes bailando.
Construyendo un estado estable
En la fragmentación se encuentra el potencial de creación, una oportunidad para volver a montar las piezas en un todo más coherente. Aristóteles abogó por el holismo, en oposición al reduccionismo, sugiriendo que un organismo es mayor que la suma de sus partes. Elimina cualquier componente y el sistema se vuelve inestable, incluso enfermo. Un sistema complejo se esfuerza por crear vitalidad en su entorno interno mientras alcanza el equilibrio con el externo. Este fenómeno se llama homeostasis, o el establecimiento de un estado estable.
¿Cómo podemos volver a montar deliberadamente los bloques de construcción de nuestras vidas en una formación que sea coherente, estable, resistente a los factores estresantes externos, y tal vez incluso antifrágil, disfrutando de la volatilidad intrínseca de la vida?
Microhábitos y macrocambios
En su libro más vendido, Atomic Habits, el autor James Clear explica cómo la implementación de pequeños hábitos positivos conduce a resultados dramáticos y a un cambio sostenido. El profesor BJ Fogg de Stanford está de acuerdo con su libro Tiny Habits.
La premisa de ambos enfoques es identificar en quién quiere convertirse y luego deconstruir esa identidad en microhábitos que se pueden ampliar gradualmente a medida que ganas impulso. Recuerde, el cambio crea un desequilibrio. Ya sea que quiera transformarse a sí mismo o a su organización, encontrará resistencia. Esto se debe a que el cambio perturba el estado estable, incluso cuando en última instancia conduce a un resultado positivo.
¿Alguna vez se ha preguntado por qué la mayoría de los propósitos y dietas de año nuevo fracasan, tantas membresías de gimnasios permanecen sin usar y las iniciativas de gestión del cambio tardan años? Simplemente, se debe a nuestra tendencia a evitar molestias y mantener la estabilidad.
El poder de empezar pequeño
Al activar los microhábitos, evita de forma encubierta la resistencia al cambio. En lugar de salir a correr media hora cuando quiera ponerse en forma, empiece simplemente poniéndose las zapatillas para correr. Una vez que este hábito es tan confiable como cepillarse los dientes, avanza al nivel dos, que podría estar caminando hacia la puerta de su casa. Prepare su entorno dejando señales y disparadores. Atribuya nuevos microhábitos a los hábitos que ya son robustos y fiables.
Un participante en uno de mis talleres decidió implementar un microhábito haciendo cinco flexiones cada vez que preparaba su café de la mañana. Un año después, había completado más de 1.600 flexiones que nunca habría intentado de otra manera. En el segundo año, duplicó el esfuerzo y logró casi 4.000 flexiones. El impulso se extendió a otras áreas de su vida. Era una persona transformada por una práctica que requería menos de un minuto cada día.
¿Cómo empiezo?
James Clear dice que si se vuelve un 1 % mejor cada día, entonces al final de un año, mejorarás 37 veces. Para la granularidad, calculé que el 1 % de las 16 horas de vigilia al día son 9,6 minutos.
¿Puede asignar 9,6 minutos a su crecimiento hoy y todos los días de su vida? Si no, algo tiene que cambiar. En caso afirmativo, ¿qué hará?
Aquí hay algunas ideas para completar 9,6 minutos:
- Estiramiento de 2 minutos después de despertar
- Ejercicio de respiración de 2 minutos para establecer una línea de base de calma
- 1 minuto identificando tres cosas que han ido bien (práctica de gratitud)
- Un ejercicio de alta intensidad de 2 minutos, como saltarse
- 2,6 minutos para un micro descanso deliberado a media tarde (salir si es posible)
Alternativamente, podrías ver 36 vídeos de TikTok. Usted es la suma de sus hábitos. ¿Qué elegirá?
Reconstruya su vida y su liderazgo
Tiene la oportunidad de reconstruir su vida desde cero. Cuando los microhábitos se araízan, puedes aumentar la escala de los que encuentra más impactantes. En última instancia, se convierte en una persona tranquila, agradecida, en forma, bien, enfocada o positiva.
Implemente estos ritmos con su equipo. Fomente los micro descansos, los momentos conscientes, las poses de poder, las reuniones más cortas y el intercambio de victorias rápidas. Identifique quién es como colectivo, su propósito y valores, y luego active los microhábitos que conducirán a esa identidad.
Dentro de una red de hábitos positivos, encontrará espacio, energía y libertad. En lugar de caos y fragmentación, crearás sistemas regenerativos que son mayores que la suma de sus partes.
Fuente: Entrepreneur
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