8 octubre, 2013

Las pymes se consolidan

Susana Ruiz septiembre 2, 2014

Y es que el número de pymes, sin importar el país, ha crecido. Por ejemplo, en El Salvador, entre el 2012 y mayo del 2013, según el informe de labores del Consejo Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), adscrita al Ministerio de Economía de ese país, las mypes (micro y pequeña empresa) representaban el 99,7% del total de las empresas salvadoreñas, y las medianas un 0,11%. Esto ha generado aproximadamente 700.000 empleos directos en esa nación.

Esta institución brinda distintos programas, asesorías y capacitaciones para los pequeños empresarios, como el de Emprendimiento e Innovación, el de Desarrollo de Tejido Productivo y Empresarial Local, y el de Mejora del Entorno y la Formalización. Además, Conamype promueve un proyecto a nivel de Centroamérica y República Dominicana de emprendedurismo.

Mientras, en Guatemala, el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap) da capacitaciones a las pymes para que se desarrollen y se consoliden en el mercado.

“El Intecap brinda asistencia técnica a los clientes con interés de solucionar uno o más problemas que afecten el desarrollo de sus organizaciones en las áreas gerenciales, administrativas y/o tecnológicas; o que tengan interés en iniciar una unidad productiva”, comenta Marta Pozuelos, jefa del departamento de Servicios Directos al Cliente de la Región Central del Intecap.

Para eso, el Intecap pone a disposición del emprendedor un consultor técnico. “Su función es diagnosticar la situación del área sujeta de estudio y establecer propuestas, conclusiones y recomendaciones, para la solución de la problemática identificada. El acompañamiento en la ejecución de las recomendaciones, también puede ser parte de la asistencia técnica”, explica Pozuelos.

Para ella, la tecnificación de los sistemas productivos y los colaboradores, las capacitaciones constantes en aspectos económicos y globalización, además, de tener acceso a programas de mercadeo y ventas, formar parte de cámaras u organizaciones y sobre todo ofrecer productos y servicios de calidad, son herramientas que contribuyen a la consolidación de las pymes.

Apoyo financiero

La ayuda financiera es parte del impulso que necesitan las pymes para consolidarse, aunque a veces puede convertirse en un obstáculo.

Según Pozuelos, “la falta de financiamiento de capital de trabajo, de tipo bancario, por ser familiares, no tener respaldo legal o patentes, la falta de tecnificación en los productos o servicios que ofrecen y la falta de información de mercados comerciales globales son el principal problema de las pymes”.

Sin embargo, las entidades financieras y los gobiernos en general, ponen a disposición de estos negocios programas financieros que los ayudan a crecer. En Costa Rica, el Sistema de Banca para el Desarrollo firmó un convenio con Acorde (Asociación Costarricense para Organizaciones de Desarrollo) por aproximadamente US$4 millones para microcréditos y descuentos de facturas para micro y pequeñas empresas.

Para Danilo Montero, director ejecutivo de Acorde, este dinero viene a ser un gran impulso para la micro y pequeña empresa, que normalmente tiene muchas dificultades para conseguir créditos y desarrollar su negocio.

Acorde no solo impulsa a los empresarios desde la perspectiva financiera, sino también en el ámbito del conocimiento y el éxito empresarial, esto lo hace por medio de capacitaciones, foros y talleres.

Por su parte, el Banco Popular de República Dominicana recientemente realizó el primer Foro Empresarial Impulsa para elevar la competitividad del sector de las pymes en ese país.

“Su aporte a la riqueza económica, su capacidad de generación de empleos, sus marcadas características y relación directa con el ciudadano convierten a la pyme en un factor de estabilidad socioeconómica de primera importancia”, dice Juan Lehoux, vicepresidente ejecutivo de Negocios Personales y Sucursales del Banco Popular dominicano.

Pymes exitosas

El sueño de todo empresario es ver su negocio consolidado, y ese es un objetivo que no está fuera de la realidad. Un ejemplo de eso son la empresa costarricense de alimentos gourmet congelados Scatola Rossa y la Cooperativa San Carlos II, de El Salvador.

Scatola Rossa nace en noviembre del 2005, con el objetivo de ofrecer a los consumidores soluciones alimentarias naturales y diferenciadas. Ellos fabrican alimentos gourmet y los congelan para conservarlos evitando así el uso de persevantes, químicos o colorantes.

“Utilizamos en pocas cantidades grasas buenas para el organismo como lo son el aceite de oliva y el aceite de girasol y toda nuestra pastelería es libre de grasas trans”, explica Lyda Feoli, propietaria de Scatola Rossa.

Al principio, lo más difícil para la empresa fue competir con marcas extranjeras y lograr que el consumidor los prefiriera. Sin embargo, sus productos, que van desde panes, postres y masa congelada para galletas hasta su serie de platillos del mundo, se ganaron rápidamente la aceptación del público.

“El último año ha sido un poco más explosivo pues hemos crecido más que lo acostumbrado en cobertura de puntos de venta, incluido un punto de venta propio”, dice Feoli.

Para ella, el estar innovando ha sido la clave para mantenerse vigentes en el mercado. “Esto nos ha permitido ir satisfaciendo los gustos y necesidades del consumidor”.

Sus productos están en la mayoría de los supermercados de Costa Rica, en supermercados La Colonia en Nicaragua y ahora cuentan con una tienda propia, el Mercadito Gourmet, en Avenida Escazú, en San José.

Feoli aconseja a las personas que desean tener una empresa que “se forjen una ruta dirigida a los objetivos y caminar hacia ellos con mucho enfoque y persistencia”.

Mientras, en El Salvador, la Cooperativa cafetalera San Carlos II es una muestra de que con asesoría y capacitación se puede seguir en la lucha.

Esta cooperativa, se encuentra en el Municipio de Osicala, en el departamento de Morazán, y se fundó en junio de 1980, sobrevivió al conflicto armado que afectó a esa nación centroamericana en la década de los ochentas.

En el 2000, la cooperativa obtuvo beneficios y construyó viviendas a los asociados, además, de proveerlos de electricidad y agua potable. En el 2001 implementó una tostaduría de café artesanal, registró la marca de café Cacahutique y de un 2% a 3% del producto es comercializado en el mercado informal local en el departamento de Morazán y el resto como café uva y pergamino a otras empresas beneficiadoras exportadoras, comenta Obed Interiano Díaz, de la Cooperativa San Carlos II.

Actualmente, la Cooperativa produce entre 10.000 y 13.000 quintales de café, un 90% se vende en café pergamino y un 10% es procesado en café tostado y molido de una libra, que se comercializa localmente.

Para seguir su etapa de crecimiento, la empresa, con el apoyo de varias organizaciones como CDMYPE-Adel Morazán y Fondo de Desarrollo Productivo del Ministerio de Economía, entre otras, construye una planta procesadora de café pergamino a oro/verde, una tostaduría y un laboratorio para catación.

Este proyecto le permitirá a la Cooperativa incrementar sus ingresos y utilidades. Además, han fortaleciendo las áreas de mercadeo, ventas, administración y las proyecciones financieras de la empresa.

Estos dos casos son un claro ejemplo de que el empeño, el trabajo duro y la constante capacitación y actualización de los procesos productivos y de comercialización permiten que una empresa consolide un lugar en el mercado.