Diego Pulido se retira después de más de tres décadas al timón de la Corporación BI (Banco Industrial), una de las instituciones bancarias más sólidas y grandes de Latinoamérica.
La vida es bella, y dentro de su belleza hay alegrías y tristezas, comienzos y despedidas. Escribo esto porque a finales de agosto del 2019 tuve el honor de visitar, quizás por última vez, a nuestro gran amigo, uno de los principales y más prestigiosos banqueros de todos los tiempos en nuestros países, Diego Pulido Aragón. Diego se retira después de más de tres décadas al timón de la Corporación BI (Banco Industrial), una de las instituciones bancarias más sólidas y grandes de Latinoamérica.
Si bien es cierto que despedirse de un ícono empresarial da tristeza, es cierto que la tristeza la sobrepasamos cuando celebramos los triunfos y el legado que dejan líderes como Diego, quienes han hecho el bien en su patria Guatemala, en nuestros países, en los millones de clientes satisfechos que tiene su institución financiera y en el equipo de estrellas que deja, el cual llevará a este grupo financiero hacia más éxitos.
Tengo tres décadas de seguir de cerca los éxitos y la carrera profesional de Diego Pulido Aragón, nacido en España, quien llego a Guatemala en sus primeros años de vida. En este país desarrolló su carrera académica y profesional. Se graduó como economista en la Universidad Rafael Landívar y fue uno de los primeros egresados de la maestría en Economía que imparte el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE). En 1980, Diego fue reconocido como graduado distinguido de INCAE. Dicho reconocimiento resume la opinión de la red de graduados y facultad de INCAE, por ser el mayor representante de los valores y la misión de la institución.
Su carrera en la banca la inició en 1966, en el Banco Agrícola Mercantil, de donde pasó a Corporación BI en 1973, comenzando su carrera en esta gran institución como asistente comercial de Gerencia, puesto desde el que escaló hasta llegar a ser el principal ejecutivo de la Corporación. Cuando Diego asumió la dirección del Banco Industrial, este tenía activos de US$40 millones. En la actualidad, los activos de este banco ascienden a US$17.000 millones, indudablemente un vertiginoso crecimiento y de creación de riqueza.
A lo largo de su vida, Diego se involucró en numerosas causas por el bien de Guatemala y sus habitantes, siendo uno de los promotores de exitosos programas de alfabetización. Esto lo hizo a través de la Fundación Ramiro Castillo Love, entidad que presidió por más de 20 años. Esta gran fundación promueve programas de alfabetización y educación básica elemental, formales e informales, cuya población a atender está compuesta principalmente de niños en sobreedad y jóvenes del área rural. También desarrollan modelos educativos exitosos, académica y económicamente eficientes. Durante el tiempo que Diego presidio la Fundación, más de 250.000 guatemaltecos aprendieron a ejercer las habilidades y destrezas de la lectura, escritura y cálculo matemático elemental, convirtiéndolos así en miembros productivos y cívicamente activos de sus comunidades.
Con la visión de una Guatemala más próspera, justa y equitativa, en la que se promueva una vida digna para todos sus habitantes, Diego fue uno de los precursores del Plan Visión de País, mediante el cual se busca la creación de un pacto político entre los distintos partidos representados ante el Congreso de la República. El objetivo es alcanzar acuerdos en temas centrales para el desarrollo del país por medio de una agenda común mínima de largo plazo en la cual se tomen en cuenta temas prioritarios de seguridad y estado de derecho, educación, salud, nutrición y desarrollo rural.
En la visita que le hice a finales de agosto, Diego expresó una enorme satisfacción que en sus años como líder del Banco Industrial siempre fue de la opinión que la organización debía de tener como política educar y promover el talento interno. Está feliz que su amigo y mano derecha, Luis Rolando Lara Grojec, lo sucederá. Él estará apoyado por un equipo estrella de banqueros, quienes comenzaron su carrera en el Banco Industrial. Concordamos con Diego en la selección de Luis Lara, una extraordinaria persona, de grandes dotes y sentimientos, quien goza del total respeto y apoyo de la Junta Directa y los colaboradores del BI.
El presidente Ronald Reagan dijo en su último día al dejar la Casa Blanca “Hoy comienzo un nuevo viaje en mi vida. Sé que para Estados Unidos siempre habrá un amanecer brillante por delante».
Le añado que Diego Pulido Aragón comienza una nueva vida, sabiendo que el futuro del Banco Industrial tendrá un amanecer espectacular y brillante por el gran legado que deja y del gran equipo forjo que será liderado por Luis Lara Grojec.
Le agradecemos a Diego por sus enormes contribuciones a su Guatemala y nuestros países y que sea eternamente feliz con su bella y extraordinaria familia.
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