• 17 octubre, 2023

Estas son las frutas y verduras del futuro, preparadas para desafiar al clima

Estas son las frutas y verduras del futuro, preparadas para desafiar al clima

Cerezas de clima cálido, melones resistentes a la sequía y otros seis cultivos que podrían cambiar nuestra alimentación en un mundo que se calienta a gran velocidad

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Quienes desarrollan plantas, por naturaleza, son personas pacientes. Pueden tardar años o incluso décadas en perfeccionar una nueva variedad de fruta o verdura que tenga un mejor sabor, que pueda crecer más rápido o se conserve fresca durante más tiempo.

Pero como ahora el clima está cada vez más errático, su trabajo se ha vuelto urgente. Las inundaciones recientes hicieron que más de una tercera parte de las uvas de mesa en California se pudrieran en los viñedos. Con la abundancia de luz solar, las manzanas se queman. Además, algunas plagas que antes no les preocupaban a los agricultores ahora arrasan los campos de lechugas.

El proceso de crear nuevos cultivos que puedan soportar estos embates suele tardar. Lo más probable es que las soluciones se descubran a partir de áreas de investigación muy diversas, desde la tecnología molecular de edición de genes hasta la explotación de vastas colecciones globales de semillas que se conservan desde hace siglos.

Además, por supuesto, estas nuevas frutas y verduras deben tener buen sabor. “Podemos aprovechar estos métodos técnicos para encontrar soluciones climáticas, pero no servirán de nada si la gente no quiere comer esos productos”, explicó Michael Kantar, profesor asociado en la Universidad de Hawái, campus Manoa, que se dedica al estudio de los parientes silvestres de los cultivos existentes.

Ya es posible encontrar unas cuantas variedades nuevas en los mercados, mientras que otras todavía se encuentran en proceso. A continuación, presentamos una síntesis de las más prometedoras.

Six red cherries on a vine
La línea de cerezas Cheery se ha desarrollado para que dé buenos resultados aunque suban las temperaturas. Créditos: BLOOM FRESH.

Para producir frutos, los cerezos necesitan periodos que los reproductores califican como horas frío: por lo menos el equivalente a un mes en horas acumuladas de temperaturas entre 0 y 7 grados Celsius. Si el invierno es muy templado, el florecimiento es errático y en algunas ocasiones no se logra el cultivo.

Cada vez es más difícil que los cerezos tengan suficientes horas frío en algunas regiones. Una solución es el fruto en forma de corazón Cheery Cupid de International Fruit Genetics, empresa que hace poco fue adquirida por Bloom Fresh International (los científicos responsables de ese proyecto también crearon esas populares uvas que saben a algodón de azúcar). Estas nuevas cerezas solo necesitan alrededor de un tercio de la cantidad usual de clima frío. “Lo que intentamos fue hacerlas más tolerantes al clima veraniego para que resistan este calor tremendo, pero también tienen que sobrevivir a un invierno más caluroso”, comentó Chris Owens, el criador principal de productos vegetales de la empresa.

Cuando una coliflor madura, sus hojas verdes se abren y dejan expuesta la cabeza blanca, llamada cogollo. El cogollo es muy sensible a la luz del sol; si recibe demasiada luz solar, puede hacerse beige y mancharse, y así no se venderá en las tiendas de comestibles.

Para evitar que eso ocurra, aproximadamente dos semanas antes de la cosecha, los agricultores doblan las hojas a mano para que cubran el cogollo, un método costoso y laborioso. Como alternativa, los criadores de productos vegetales desarrollaron la coliflor verdaderamente blanca Destinica, que ya se encuentra regularmente en los supermercados. En esencia, no se quema. Además, es mejor para el suelo porque menos trabajadores caminan por los campos.

La Destinica es un ejemplo del grupo de coliflores amigables con el clima que han sido desarrolladas por Syngenta Vegetable Seeds, proyecto que forma parte de Syngenta, una empresa agrícola global con sede en Suiza. Los agricultores también están cultivando su col blanca resistente a la intemperie, que requiere menos fertilizante de nitrógeno y puede crecer muy bien durante periodos prolongados de tiempo seco. Es un poco más alta que otras coles, por lo que es más fácil cosecharla.

Three cantaloupe melons are on a cracked and dry patch of earth surrounded by vines.
Investigadores del Centro de Mejora de Frutas y Hortalizas de Texas A&M descubrieron cómo criar melones cantalupo que crecen en climas cálidos y secos.Crédito: exas A&M.

En 2011, después de que unos melones cantalupos de Coloradoc ontaminados con listeria causaron la muerte de 33 personas, un grupo de investigadores del Centro de Mejora de Vegetales y Frutas de la Universidad de Texas A&M comenzó a tratar de producir melones más seguros. Pero en la última década, ayudar a los melones a sobrevivir al cambio climático también se ha convertido en una necesidad urgente, indicó Bhimu Patil, director del centro.

Con ese fin, la universidad, con financiación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, presentó dos nuevos melones, el Supermelon y el Flavorific, con sistemas de raíces más profundas que pueden obtener más agua del suelo con el fin de sobrevivir a las sequías. Quienes los han probado dicen que estos melones son dulces, con pulpa densa, y acaban de ponerse a disposición de los agricultores.

 

 

The arms of a man in a checkered shirt hold a large wooden bowl filled with blackberries.
Pairwise, una empresa que utiliza tecnología de edición genética para crear nuevos tipos de plantas, espera poder crear una mora sin semillas que crezca en arbustos compactos y sin espinas.Créditos: Kate Medley para The New York Times.

En un laboratorio en Durham, Carolina del Norte, los científicos de Pairwise utilizan una tecnología de edición de genes llamada CRISPR para acelerar un trabajo que a los criadores tradicionales podría tomarles décadas (la edición de genes no es igual a la modificación genética, que consiste en tomar ADN de una especie e implantarlo en otra). Estos investigadores planean reforzar algunas características y eliminar otras, y así esperan crear más rápidamente cultivos que se desarrollen mejor en condiciones climáticas extremas. El problema es que una manzana, por ejemplo, tiene unos 57000 genes. Descubrir cuáles (y en qué combinación) pueden producir una variedad abundante y deliciosa que pueda resistir un clima inclemente es muy difícil.

 

 

 

Fuente: The New York Times

Etiquetas: ADN / campos / cultivos / producción / tecnología molecular / vegetales y verduras

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