• 4 marzo, 2014

En el nombre del padre

Ese tesoro es el Canal de Panamá, siempre de actualidad, ahora con motivo de las obras de ampliación. Y el cabeza de familia fue el doctor Roberto Ramón Alemán Zubieta, abogado, empresario, político, diplomático y padre de familia que junto a su esposa, María Teresa Healy Quelquejeu, crió a toda una prole que ha destacado en la vida empresarial, social y cultural panameña.

Los hermanos Alemán Healy destacan sobre todas las cosas la unión familiar que prevalece entre ellos, fundamentada en los valores que adquirieron de sus padres. Y para dejar constancia de ello, se afanaron en un proyecto en el que todos han participado en mayor o menor medida: ver publicada la biografía de su padre, fallecido en el 2009, a los 87 años, y dar fe en ella de la vinculación de su progenitor en las negociaciones con Estados Unidos sobre el Canal de Panamá.

Así nació El legado de un patriota (editorial La Antigua, de la Universidad Católica Santa María La Antigua, 2013), de los autores Nadhji Arjona y Manuel Cambra. A través de las vivencias de su protagonista y de un completo archivo fotográfico, se emprende un ameno recorrido por la historia reciente del país canalero. Roberto Ramón Alemán Zubieta (Panamá, 1921), doctor en leyes, el abogado de Aristóteles Onassis, fue un “buen padre, buen esposo, buen hijo, buen abuelo, buen suegro”, en palabras de su hijo Jaime Alemán.

“Era un proyecto que teníamos en mente desde que mi padre falleció y no cristalizaba, hasta que ubicamos a la historiadora Nadhji Arjona y ella sumó a Manuel Cambra como coautor y se inició el proceso”, señala, por su parte, José Miguel Alemán. “Mi hermano Lucas coordinó un documental que se mostró el día de la presentación, el 7 de agosto del 2013, en el Club Unión; fue muy bonito”. Todos los hermanos y sus familias respectivas participaron en el homenaje, al que se unieron personalidades de la política, la cultura, el mundo empresarial y amigos.

Tratados Tres en Uno

En las investigaciones llevadas a cabo por los autores de la biografía surgió material de gran interés histórico. “Manuel Cambra –explica Roberto Alemán, el primogénito del homenajeado– tuvo acceso a muchos documentos en el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre las negociaciones de los llamados Tratados Tres en Uno, que nunca se aprobaron pero sirvieron de base para los Tratados Torrijos-Carter suscritos en 1977”, por los cuales se fue transfiriendo de forma progresiva la soberanía del Canal de Estados Unidos a Panamá, hasta culminar el proceso el 31 de diciembre de 1999, durante el gobierno de Mireya Moscoso.

El legado de un patriota “ha sido muy bien recibido y comentado”, declara José Miguel. Su padre era una persona “querida por todos por su trayectoria y como empresario”. La obra “registra muy bien el esfuerzo generacional diplomático entre 1964 y 1970 en la negociación con Estados Unidos para la recuperación de nuestro más importante activo que es el Canal de Panamá”. “Esa etapa –advierte el abogado y excanciller panameño– no había sido documentada de una manera comprensiva; fue un aporte muy importante que trasciende la vida de nuestro padre”.

Los negociadores de los Tratados Tres en Uno, junto con Roberto Ramón Alemán Zubieta, fueron Fernando Eleta Alemán, Diógenes de la Rosa y Ricardo M. Arias Espinosa. Aquel grupo de panameños “fueron los que trajeron encima de la mesa que el Canal debía cobrar por sus peajes lo que el mercado estuviese dispuesto a pagar”, asegura José Miguel Alemán. “El gran éxito de Panamá en los últimos 23 años –asevera– es que desde 1990 las áreas aledañas y el propio Canal no solo sirven para el tránsito sino que se ha desarrollado una sinergia comercial”.

“A ninguno de los negociadores de los tratados originales –sostiene Jaime Alemán– se les ha reconocido el rol tan importante que jugaron. El que termina el trabajo es el que se lleva la gloria”. “La única razón por la que no se aprobaron esos tratados fue que teníamos un gobierno democrático y hubo personas en la oposición que se afanaron para que no salieran adelante”, añade. Considera el segundo de los hijos de Roberto Ramón Alemán que el trabajo de su padre “se validó en el sentido de que se aprobó la mayoría de lo que él había negociado”. Ya con el general Omar Torrijos en el poder, tras el golpe de Estado de 1968, “este utilizó el Canal”, y “dilató” el proceso de su devolución al país “para consolidar su poder político en Panamá y en el exterior”, opina Jaime.

Sin duda, a esas negociaciones Roberto Ramón Alemán Zubieta les dedicó “alma, vida y corazón”, afirma su hijo homónimo. “Para él, fue un golpe muy duro que no culminaran. Gracias a Dios, en pocos años, se firmaron los Tratados Torrijos-Carter y se logra lo que él tanto trabajó”.

Caballero multifacético

En la familia Alemán se mezclan los orígenes irlandeses, franceses, españoles y panameños. Se ha caracterizado “siempre por su integridad, su buena educación y el don de servirle a la patria”. Así de contundente se muestra Jaime Alemán. “Mi papá sobresalió como abogado, empresario y dirigente político”. Fue uno de los accionistas principales y presidente de la junta directiva de la Cervecería Nacional (contribuyó a transformarla en una empresa industrial moderna) y accionista importante de Banistmo.
Fungió como presidente del Partido Liberal, participó en la modificación de la Constitución, fue embajador ante la Casa Blanca, ministro, participó en el lanzamiento de la Universidad Católica… “Logró ver en vida el impacto que tuvo sobre nuestro país el aumento de las tarifas del Canal de Panamá para que se cobrara un peaje en base al valor comercial”, destaca José Miguel. “Y esto le está generando al Estado US$1.000 millones en dividendos, y se espera que cerca del 2030 el Canal ampliado esté generando cerca de US$4.000 millones. Para un país pequeño como el nuestro que solo tiene 78.000 kilómetros cuadrados y si acaso 4 millones de habitantes es un impacto muy importante”, detalla el abogado.

Entre tantas facetas, Jaime se detiene en una en especial: “Mi padre fue un caballero. Le devolvía la llamada a cualquiera que tratara de contactarlo. Te trataba por igual sin distinción de clases, eso en Panamá no es algo que abunda, la gente tiende a ser un poco esnob. En nuestra casa nunca vimos eso, ni de mi papá ni de mi mamá”.

A la esposa de Roberto Ramón Alemán, María Teresa Healy Quelquejeu, sus vástagos le agradecen el excelente trabajo que hizo con ellos, sobre todo teniendo en cuenta que su marido pasó mucho tiempo viajando. “No éramos fáciles”, reconoce su hijo Roberto. “Siempre estuvo muy atenta a nuestros estudios. Por cada 10 que sacábamos nos daba 10 centavos”, recuerda con cariño.

La madre de la prole Alemán, continúa relatando Roberto, trabajó en el Banco General y luego en la Embajada de Estados Unidos. “Era estadounidense y panameña, y renunció a su nacionalidad cuando a mi papá le nombraron negociador para evitar conflictos de intereses. Mi abuelo materno, estadounidense, fue el primer banquero que se atrevió a prestar a los agricultores en el interior del país, todavía la gente me habla de él”.

Miércoles familiares

María Teresa en la actualidad padece alzhéimer. “Dentro de su mundo vive muy contenta, es feliz”, dice Roberto. “Vamos todos los miércoles a cenar a la casa y a veces no nos reconoce, pero nos saluda con mucho amor”. Esa tradición en la noche de los miércoles la conserva la familia desde hace muchos años. “Mi mamá se mantiene tierna y amorosa como siempre”, afirma Jaime. “En su lecho de muerte lo único que nos pidió nuestro padre fue que cuidáramos a mi mamá, lo que me pareció muy tierno”.

De los siete hermanos Alemán, cinco son abogados “lo llevamos en la genética”, apunta José Miguel. La única mujer, Carmen, historiadora de Arte, fue pionera en el negocio de las galerías de arte y está al frente de Arteconsult en ciudad de Panamá.

“Mi padre nunca nos dijo qué hacer o no, esa fue una de sus grandes virtudes”, explica Jaime, quien fundó su propia firma de abogados (Alemán, Cordero, Galindo & Lee), al igual que José Miguel (Arias, Alemán & Mora). Mientras, Roberto y Álvaro trabajan en la misma firma que su padre (Icaza, González-Ruiz & Alemán).

Pluralidad

Roberto Ramón Alemán Zubieta, conocido como Chato –el apodo viene de su etapa escolar, pues había un cómico mexicano al que llamaban así y con el que tenía algún parecido, acota su hijo Roberto–, tuvo una gran participación en política. “Nos inculcó que debíamos hacerlo también nosotros. Todavía en Panamá dicen que Chato era muy inteligente porque tenía un hijo en cada partido político”, expresa divertido.
“Yo era demócrata cristiano; José Miguel, panameñista; Jaime, republicano, y así sucesivamente. Todos teníamos diferente criterio y él era liberal, nunca nos impuso seguir sus ideas, respetaba nuestros puntos de vista”.

En la familia Alemán casi todo se repite, pues como su padre, varios de sus hijos han fungido cargos ministeriales y diplomáticos, y en la tercera generación continúan la atracción por la política.
Siendo José Miguel ministro de Relaciones Exteriores, se produjo la ceremonia de entrega final del Canal a manos panameñas. Su padre fue testigo de ese hecho histórico. Además, el sobrino de Chato, Alberto Alemán Zubieta era el administrador del Canal.

“Fue muy emocionante para todos los panameños y para nosotros en particular porque nuestro padre dedicó a este tema muchos años. Desde muy niños nos tuvimos que trasladar a Washington entre 1964 y 1970 por las negociaciones”, rememora el excanciller. “Recuerdo cuando junto al embajador de EE. UU. Simón Ferro, redactamos la propuesta para traspasar los activos y pasivos de la comisión del Canal que se llamaba el Ente Estadounidense a la Autoridad del Canal de Panamá. Tuve la oportunidad de llevarle a mi padre las notas para que las revisara conmigo y eso le emocionó muchísimo”.

Por su “don de gentes, ser una persona humilde y accesible que tenía una palabra para todos, a pesar de su impresionante hoja de vida”, por todo eso José Miguel Alemán destaca la figura de su progenitor. “De los sepelios privados a los que he asistido en Panamá, de personas que no han llegado a ser jefes de Estado, el de mi padre está entre los tres más concurridos”, destaca.

De este gran personaje de la historia panameña, su hijo Jaime, subraya que fue “un ejemplo de integridad, una persona intachable de las que hacen falta en toda la región”.

Myriam B. Moneo
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Etiquetas: Panamá / Ronerto Ramón Alemán

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