Descubra cómo construir puentes para la transformación, de la persona a la empresa, según German Retana

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En un mundo donde la transformación es una constante aspiración tanto para individuos como para organizaciones, el conferencista internacional Germán Retana propuso un puente esencial para alcanzar el cambio verdadero, durante su participación en el Congreso Mentes Maestras.

Según Retana, la esencia de la transformación radica en el propósito, en comprender la razón superior por la cual hacemos lo que hacemos. Aquí es donde Retana introduce el concepto de «ikigai», la confluencia entre misión, vocación, profesión y pasión, que da sentido a nuestra vida y trabajo.

Sin embargo, para que este propósito tenga un impacto real, debemos primero alinearlo con una calidad de vida integral, lo que significa trabajar en la comprensión y la expresión de nuestros valores a través de nuestras conductas.

Retana advirtió sobre los «venenos» emocionales—ira, miedo, tristeza, culpa, frustración y ansiedad—que, sin ser abordados, pueden contaminar nuestras relaciones y afectar negativamente a nuestros equipos. Es por eso que el primer paso en cualquier proceso de transformación es mirar hacia adentro, abordar estos obstáculos personales y crear un espacio donde el propósito pueda florecer. Este enfoque mejora la calidad de vida individual y también fortalece las conexiones con otros, basadas en principios y valores fundamentales como la gratitud, la amistad y la solidaridad.

 

La verdadera transformación comienza en lo personal, y desde allí, se extiende hacia los equipos y las organizaciones, esta es la tesis del consultor internacional Germán Retana, quien abordó la transformación desde una perspectiva profundamente humana y empresarial.

La calidad del desempeño en las organizaciones depende de la calidad de conexión interpersonal entre sus miembros en esta gestión nace el liderazgo consciente como a colaborativo y trascendente.

«El liderazgo», afirmó, «nace del pensamiento crítico y es en este proceso de cuestionamiento donde surge la verdadera transformación». Según Retana, el liderazgo efectivo  se trata de guiar a otros, pero también de inspirar confianza a través de relaciones auténticas y co-creación, basadas en la credibilidad técnica y moral.

La conexión personal con el propósito y el significado de lo que hacemos es fundamental. Retana citó a Viktor Frankl para recordar que la búsqueda de sentido es una de las necesidades humanas más elevadas. Este propósito, que se entrelaza con nuestras pasiones y talentos, da forma a nuestra misión, vocación y profesión.

El comportamiento visible en las organizaciones es solo la punta del iceberg

Para el conferencista lo que realmente impulsa estas acciones son las raíces profundas de valores, principios y creencias. «¿Cuánto estamos invirtiendo en vivir los verdaderos valores de la organización?» preguntó, invitando a los líderes a reflexionar sobre la importancia de una regeneración consciente que abarque los aspectos espiritual, emocional, mental y físico.

Para Germán Retana, el liderazgo también implica humildad y gratitud, permitiendo que otros sean quienes realmente son, libres de juicios. En la transformación cultural, abogó por un cambio de competencia a cooperación, creando espacios donde las diferentes áreas de una organización puedan colaborar y apoyarse mutuamente.

El proceso de transformación, sin embargo, está inmerso de riesgos. Retana señaló que la apatía, la desilusión y la falta de pertenencia son amenazas reales que deben ser abordadas con valentía y compasión. Transformar la cultura organizacional requiere un enfoque consciente y decidido para pasar de una cultura del miedo a una de confianza.

Concluyó su ponencia recordando que, entre el estímulo y la respuesta, siempre existe un espacio de libertad, y es en ese espacio donde reside nuestro poder de transformación.

«Muchos de nuestros miedos ante las transformaciones son imaginarios», dijo, «y solo cuando los enfrentamos desaparecen». Este enfoque invitó a todos, desde líderes hasta miembros de equipos, a ser agentes activos en el proceso de transformación personal y organizacional, asegurando que el cambio sea genuino, sostenible y profundamente humano.