Alrededor del 80% de bebés prematuros y un 60% de bebés nacidos a término corren el riesgo de padecer ictericia, una coloración amarillenta de la piel y mucosas producto del aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre.
De acuerdo con la doctora Alicia Boza Mora, jefe del servicio de neonatología del Hospital de las Mujeres Adolfo Carit, en Costa Rica, la ictericia es un padecimiento multifactorial y se puede presentar por alteraciones por incompatibilidad ABO, prematuridad, dificultades en la alimentación con leche materna, alteraciones hormonales congénitas y traumas de parto.
“La bilirrubina es liberada cuando los glóbulos rojos se destruyen de forma fisiológica. Esta bilirrubina es transportada al hígado, donde es procesada y eliminada fuera del cuerpo del bebé a través de las heces. Hasta que el hígado del bebé empiece a funcionar totalmente, la bilirrubina tiende a aumentar en la sangre y es allí donde la piel toma la coloración amarilla, este es un tipo de ictericia fisiológica. Sin embargo el riesgo mayor de la bilirrubina, por ser un tóxico cerebral, es la enfermedad de Kernicterus, una afección neurológica”, explicó la Dra. Boza.
Principales tipos de ictericia
- Fisiológica.
- Por mala técnica de lactancia materna.
- Patológica.
- Por afectación hepatocelular.
- Por afectación de la vía biliar.
- Otros
Sígnos para diagnóstico
- Coloración amarillenta de la piel. Inicia en la cara y luego baja hasta el pecho, el área ventral, las piernas y las plantas de los pies, según descrito por el esquema de Kramer.
- Mala alimentación.
- Deshidratación.
Tratamiento
En caso de que el recién nacido presente alguno de los signos mencionados, se recomienda llevar al menor a consulta con el médico neonatólogo o pediatra.
“La madre nunca debe asumir el control de la coloración del niño para después tomar la desición de llevarlo o no al médico, debido a que se pierde la capacidad de evaluarlo adecuadamente por la alteración de la coloración en la piel y la visualización objetiva por trastornos provocados por la luz del día. Es importante aclarar que, la exposión solar retrasa el tratamiento adecuado para el neonato”, indicó la especialista.
De acuerdo con la Dra. Boza, el especialista debe realizar los estudios necesarios para determinar los niveles de bilirrubina del bebé, “ya sea por métodos rápidos, a través del fotobilirrubinómetro, o por métodos de laboratorio tomando una muestra de sangre”, señaló.
De acuerdo al resultado se decidirá el tratamiento o control clínico que se dará al menor.
Para atender las necesidades médicas de los recién nacidos de Costa Rica se han incorporado a sus sistemas de salud públicos y privados las innovadoras lámparas LED de fototerapia, equipos diseñados para la atención de los niños ictéricos que combinan un alto nivel de rendimiento clínico con diseños sencillos y flexibles que aumenta la eficacia y contribuyen a reducir los costos de atención.
Sistema de fototerapia Lullaby LED
Lullaby LED es el más moderno sistema disponible en el país que permite administrar la fototerapia de alta intensidad para tratar la ictericia, un trastorno potencialmente peligroso.
El sistema de LED Lullaby permite adaptar el tratamiento a las necesidades de cada paciente y su diseño óptico garantiza una distribución uniforme de la luz en la superficie corporal expuesta del bebé, maximizando la degradación de la bilirrubina.
La combinación de la longitud de onda óptima, alta intensidad y distribución lumínica uniforme ofrece una degradación de la bilirrubina total en suero un 28% más rápida.
Otras ventajas:
- Cabecera extraíble para su uso integrado con incubadoras
- Peso reducido –10 kg-.
- Altura ajustable.
- Inclinación de la lámpara hasta 90˚.
- Ruedas pequeñas multidireccionales.
Estos sistemas LED tienen la capacidad de funcionar 50.000 horas sin necesidad de sustitución, lo cual reduce los costos por reemplazos o inactividad de los dispositivos. Asimismo, permite importantes ahorros de energía porque funciona con solo 20 vatios, es decir, hasta un 80% menos que otros sistemas de fototerapia.
Estas lámparas están disponibles en todos los hospitales clase A de Costa Rica, hospitales regionales que tengan el servicio de neonatología, centros médicos especializados como el Hospital Nacional de Niños y el Hospital de las Mujeres Adolfo Carit y centros de salud privados como el Hospital Clínica Bíblica y Hospital Cima.
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