• 21 marzo, 2022

En memoria del Doctor Roberto Incer Barquero

En memoria del Doctor Roberto Incer Barquero

Bajo su tutela, Nicaragua tuvo 9 años de estabilidad macroeconómica.

Por ser de interés a nuestros lectores reproducimos dos artículos escritos en memoria del Doctor Roberto Incer Barquero. Ambos salieron publicados en el Nuevo Diario de Nicaragua.

El primero escrito titulado “Roberto Incer Barquero: Un grande de la Patria” fue publicado el 2 de Junio 2016, cuyo autor es el Doctor Carlos Muñiz.

El segundo artículo publicado, el mismo 2 de Junio de 2016, fue una entrevista que le realizó al Dr. Carlos Muñiz, el señor Douglas Carcache del Nuevo Diario, titulada Roberto Incer “era un líder, con nuevas ideas todos los días”.

Si hubo una persona que conoció a este gran hombre que fue admirado, respetado y querido en Nicaragua fue el Doctor Carlos Muñiz, otro icono bancario.

Como dice en su entrevista el señor Carcache, “Nicaragua le debe mucho al Doctor Incer”. Es precisamente por eso que reproducimos la historia de este gran hombre que en vida se llamo Roberto Incer Barquero.

Roberto J. Argüello

Chairman

Vida y Exito

Roberto Incer Barquero: Un grande de la Patria – por el Doctor Carlos Muñiz

Con su tradicional dedicación a Nicaragua, la fundación Ortiz-Gurdián patrocina hoy 2 de junio la autobiografía de Roberto Incer Barquero (RIB), un nicaragüense extraordinario.

Este es mi testimonio personal para él y para los que lo acompañaron en sus logros.

RIB fue un Mecenas a quien Nicaragua le debe mucho. Dios le dio una inteligencia y una “chispa” privilegiada que disparaba nuevas ideas diariamente. Apoyó las artes, la educación, la ciencia, y la economía.

Doctor Roberto Incer Barquero.

También tenía sus peculiaridades que nunca supe si eran de verdad o programadas. Se aparecía en el aeropuerto sin pasaporte, se le fumaba los puros al General Somoza que sólo lo quedaba viendo con una sonrisa y tenía encendidos varios cigarrillos a la vez.

Lo conocí en Copenhague en 1970, donde, solo por mi récord de estudiante me ofreció la Dirección de Estudios Económicos (EE) del Banco Central de Nicaragua (BCN). Pocas personas se toman ese riesgo. Mayor riesgo se tomó en 1973 cuando le recomendó al Directorio del BCN que me nombrara Gerente, a los 28 años.

RIB colaboró con Francisco Laínez (a quien la patria también le debe mucho) en la fundación del BCN, la modernización de la banca y los impuestos, y la eliminación del control cambiario, lo que contribuyó a mayor crecimiento. Nicaragua fue un pionero en estas reformas.

Como presidente del BCN (agosto de 1969 – julio del 1979), RIB dejó un gran legado. Apoyado en la tradición de Laínez y en la transición que Ernesto Fernández manejó con gran tino, consolidó al BCN como una institución de primera.

Fue el gran capitán de la economía en un mar turbulento con las sequías del 72 y del 75; la roya del 76; el terremoto del 72; la recesión internacional del 74; la crisis energética del 73/75 que cuadruplicó los precios del petróleo; y el terremoto político del 78/79.

Bajo su tutela, Nicaragua tuvo 9 años de estabilidad macroeconómica, y se logró en 1977 un ingreso por habitante de US$2946 (a precios actuales), mayor que el US$2027 del 2015; las exportaciones por habitante (a precios actuales y excluyendo maquila) fueron de US$837 contra US$440 en el 2012, las más altas de los últimos años.

Bajo su liderazgo, y con el apoyo de funcionarios como Róger Valle y Bayardo Herrera, el BCN mantuvo el funcionamiento de la economía durante el terremoto.

En 1971 el BCN inició la liberalización de la política crediticia ante la mejor situación económica del país. Se eliminaron gradualmente los límites de crédito a algunas actividades; se unificaron las tasas de interés de préstamos y se liberaron las de los depósitos, lo que contribuyó a una mayor eficiencia del sistema financiero y mayor crecimiento.

Para que un Banco Central cumpla sus objetivos se necesita tener una organización de primera. En nuestro caso, el pilar del BCN lo ejercía EE. Sus primeros directores fueron Juan José Martínez y Ernesto Fernández, quienes le impartieron la alta calidad profesional que heredé en 1972. Me sustituyeron José Paiz y Luis Durán. Las recomendaciones de política crediticia las formulaban EE y Crédito y Valores, que las ejecutaba. Sus directores fueron Hilario Hooker, Eduardo Quant y Raúl Lacayo.

RIB tenía una visión de un país con instituciones sólidas e igualdad de oportunidades, como condición para un crecimiento económico y social integrado, basado en democracia, educación, productividad, apoyo a actividades catalizadoras de desarrollo y cultura, temas que continúan siendo prioritarios.

Convencido de que la educación es esencial para superar la pobreza, el BCN becó durante su mandato a 210 jóvenes, independiente de su credo político o el de sus padres. Su visión fue de país. Incorporó al BCN y al Gobierno la mitad de los becarios, pero al resto los liberó para el sector privado. Roberto Parrales, Gilberto Perezalonso y Esperanza Guerrero fueron los pilares de este programa.

RIB tenía la convicción de que Nicaragua tenía que aumentar su productividad. Bajo su dirección, el BCN promovió programas de asistencia técnica a la agricultura y a la industria y estableció la Zona Franca. Fernando Sequeira, Frank Robleto y Lucía Medina fueron claves en este esfuerzo, en el que también colaboraron Ramiro Ortiz y René Morales.

Consolidando una iniciativa de Ernesto Fernández, RIB fundó el Fondo Especial de Desarrollo que canalizó recursos de instituciones internacionales al café, la ganadería, la industria y el turismo. Mario Alonso, René Jarquín, Álvaro Ramírez, Julio Mayorga, Noel Lacayo y Jorge Montealegre Somoza desarrollaron estos programas.

La Biblioteca del BCN apoyó nuestro desarrollo cultural, económico y social. Noel Lacayo y Jaime Incer merecen crédito en este logro. El Dr. Arnoldo Alemán y Noel Ramírez inauguraron el edificio que hoy reconoce su legado.

A pesar de su talento, los éxitos de RIB no hubiesen sido posibles sin el apoyo del personal del BCN que escogió sin distinciones políticas, desde los profesionales, los funcionarios de gran experiencia, los pasantes, las secretarias, los vigilantes y los choferes.

Por espacio no los puedo mencionar a todos pero sí les mando mi respeto y agradecimiento, por su contribución a que el BCN fuera una institución líder no solo en Nicaragua, sino en América Latina durante los años 1960-70.

Mi reconocimiento también a León Debayle, quien, desde el antiguo Banco Nacional, inició el programa de becas pensando en el futuro; y a Francisco Laínez, quien le imprimió al BCN su fortaleza técnica, influencia y probidad.

Como dije, RIB es una persona extraordinaria. Cualquiera de sus múltiples contribuciones le dan un lugar de honor en nuestra historia, pero su mejor legado para la juventud que no lo conoció son su creencia en la educación y excelencia académica, su bondad y su probidad y ética como funcionario público.

Dr. Incer: Ahora que está con Dios no se olvide de nosotros.

Roberto Incer “era un líder, con nuevas ideas todos los días” , Entrevista por Douglas Carcache

Dr. Roberto Incer fue un Mecenas a quien Nicaragua le debe mucho.

Carlos Muñiz Bermúdez. Relata que aprendió mucho del doctor Roberto Incer Barquero, con quien trabajó en el Banco Central de Nicaragua en la década de los 70. De él destaca la fe que siempre tuvo en la educación, como una clave para desarrollar el país.

Era un hombre franco, honesto. Al general Anastasio Somoza, entonces presidente del país, le hablaba con claridad si algo no le parecía. Así era Roberto Incer Barquero, rememora Carlos Muñiz. En una ocasión, Somoza quiso aumentar el gasto público sin especificar los fondos, y la respuesta de Incer fue: “Está bien, ¿a cuánto quiere poner el córdoba?”

Después, Incer Barquero hizo carrera en el FMI y en varios países “apreciaron su inteligencia y sentido común”, cuenta Muñiz en esta entrevista.

¿Por qué economistas y empresarios recuerdan de manera especial al doctor Roberto Incer Barquero?

Al doctor Incer lo recordamos de manera especial no solo economistas y empresarios, sino todos los que lo conocimos. RIB, como yo le llamo, era una persona brillante y genial con mucho amor por Nicaragua. A su intelecto lo acompañaba mucha humildad, y más importante, una conducta de gran probidad y ética como funcionario público.

En la Comisión Nacional de Algodón impulsó una mayor productividad del sector, lo que contribuyó a reducir la pobreza y acelerar el crecimiento de Nicaragua. Más tarde, en el Banco Central (BCN) fue el gran rector de la economía en tiempos difíciles. Reactivó el programa de becas que iniciaron León Debayle y Francisco Laínez, basado únicamente en méritos académicos. La inmensa mayoría de los jóvenes que el BCN becó, le han servido al país en el Gobierno o en el sector privado. Basta leer la lista de ministros y funcionarios de alto nivel de los distintos gobiernos, desde el General Somoza, la Revolución, doña Violeta (Chamorro), el doctor (Arnoldo) Alemán, don Enrique (Bolaños) y don Daniel (Ortega), para ver el impacto que tuvo esta iniciativa. Hoy, pasados 37 años, todavía hay funcionarios públicos de alto nivel que fueron becados por el BCN, lo que honra la visión de país del doctor Incer.

Consolidando una iniciativa de Ernesto Fernández, fundó el Fondo Especial de Desarrollo (FED) y el Departamento de Investigaciones Tecnológicas (DIT) que canalizaron fondos y asistencia técnica a la agricultura, la industria, ganadería y turismo. Ambos llenaron el vacío que habían dejado el Banco Nacional y el Infonac, en un tiempo instituciones líderes en América Latina, pero que se habían desprestigiado. Contrató empresas de gran prestigio de Colombia, Argentina e Israel. El BCN bajo su dirección, apoyó a talleres de cerámica de pequeños empresarios en Monimbó y en la Paz Centro. Nunca se me olvida cuando vi un plato sacado de Monimbó que en su finura no le debía nada a los de Italia. Desarrolló el volcán Masaya, la segunda etapa de las huellas de Acahualinca y la renovación del Castillo de la Inmaculada.

¿Qué cambios relevantes indujo el Banco Central en la economía nicaragüense, producto de políticas creadas o impulsadas por Incer?

Bajo su dirección el BCN continuó adaptándose a las nuevas circunstancias del país y del mundo. Continuó la liberalización de la economía y del sistema financiero iniciada por el Dr. Laínez. Con tasas de interés más libres y sin políticas que asignaban el crédito a actividades específicas, dejó que los bancos y el sector privado decidieran dónde invertir.

¿Cómo llegó él a ese cargo?

Por su capacidad, que el general Somoza supo evaluar y reconocer.

En 1976 se da la plaga de la roya en el café. ¿Qué hizo o sugirió hacer el doctor Incer?

El Gobierno de ese entonces, bajo el liderazgo del doctor Incer y del ingeniero Klaus Sengelman, ministro de Agricultura, actuó rápida y efectivamente para lidiar con este problema. El Fondo Especial de Desarrollo (FED), un fideicomiso del Gobierno administrado por el BCN, dio asistencia técnica y financiamiento para mejorar la productividad de la caficultura y minimizar el impacto de riesgos como la roya.

¿Cómo él solía seleccionar a su equipo de trabajo?

Basado en sus méritos académicos. La inmensa mayoría no lo defraudaron.

¿Cómo era su estilo de trabajo a lo interno del Banco Central?

Era un líder, con nuevas ideas todos los días. Pero una vez que nos decía lo que pensaba, nos dejaba libres para ejecutarlos y adaptarlos.

¿Cuáles fueron las lecciones más importantes que usted aprendió del doctor Incer, en lo personal y en lo profesional?

Su fe en la educación, su bondad y humildad. Su gran inteligencia y capacidad de confiar y delegar en sus subalternos.

¿Cómo era la relación de trabajo de Incer con Somoza? ¿Alguna vez hizo cambiar de opinión al General, sobre cómo encauzar la economía?

La relación del doctor Incer con el presidente Somoza era muy buena, respetuosa, amistosa y cariñosa. Somoza apreciaba el genio, chispa y capacidad de Incer y le tenía mucho afecto. Además, el general compartía los principios básicos de economía que el BCN promulgaba. Siempre le dijo lo que pensaba y el general lo apreciaba, aunque hubo algunos momentos de tensión. Uno, cuando el presidente quería aumentar el gasto público sin especificar los fondos y el doctor Incer le dijo: “Está bien, ¿a cuánto quiere poner el córdoba?” El general se quedó callado y ahí terminó. Como dirían en inglés, se “acabó la conversación”. El otro fue cuando tuvimos que devaluar el córdoba de 7 a 10 por dólar, en 1979. El doctor Incer tenía dudas, pero el general Somoza no veía otra opción. Más importante, cuando creía que estaban asesorando mal al presidente en temas de ética, se lo decía claramente.

¿Cuál era la visión de largo plazo del doctor Incer? ¿Cómo vislumbraba el futuro de Nicaragua?

El doctor Incer tenía una visión de país basado en instituciones sólidas, democracia, educación y productividad, y para eso trabajó y luchó toda su vida.

¿Qué pasó con el doctor Incer en 1979, después de salir del Banco Central?

Tuvo una carrera exitosa en el FMI (Fondo Monetario Internacional). Por donde pasó, México y la República Dominicana, por ejemplo, los ministros de Hacienda y presidentes de Banco Central apreciaron su inteligencia y sentido común, y las buenas recomendaciones de alguien que había estado en sus posiciones. Los técnicos y funcionarios que trabajaron con él, le tenían mucho aprecio y admiración, y como yo, aprendieron mucho de él.

¿Dejó una herencia educativa? ¿Cuál es?

Ya lo dije. Profesionales que han contribuido al país. Pero más importante, su fe en la educación y ejemplo para la juventud de su probidad como funcionario público.

Etiquetas: Nicaragua / Roberto Incer Barquero

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