• 3 abril, 2018

El cáncer de ovario, un enemigo silencioso

El cáncer de ovario, un enemigo silencioso

Por Dra. Carrie Langstraat, Oncología Médica de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota

¿Por qué el cáncer de ovario casi siempre se diagnostica cuando ya se encuentra en etapa terminal; hay algún análisis que pueda ayudar a los proveedores de atención médica a detectar antes el cáncer de ovario, y quiénes corren riesgo de contraer esta enfermedad?

 El cáncer de ovario es difícil de detectar en las primeras etapas, porque generalmente no provoca síntomas o estos son imprecisos. Desgraciadamente, lo que ocurre es que para cuando los síntomas se vuelven obvios, la enfermedad ya se ha diseminado más allá de los ovarios. No existe ningún examen de detección para el cáncer de ovario, pero varios factores, incluida la genética, pueden aumentar el riesgo de una mujer para esta enfermedad.

Las mujeres tienen dos ovarios, uno a cada lado del útero, los cuales producen tanto los óvulos como las hormonas estrógeno y progesterona. Cuando el cáncer apenas empieza en los ovarios, rara vez provoca síntomas. Los ovarios son tan pequeños y están tan dentro de la pelvis que el cáncer necesita crecer mucho antes de provocar síntomas, y cuando estos aparecen, generalmente son inespecíficos.

Síntomas

Los síntomas pueden incluir estreñimiento o diarrea, estómago distendido, sensación de llenura al empezar a comer, dolor de espalda, falta de aire o dolor del pecho. Además, los resultados de los exámenes, tal como abdomen distendido, tumor pélvico o disminución de los ruidos respiratorios en los pulmones, pueden hacer sospechar un cáncer de ovario.

Cuando se sospecha cáncer de ovario en base a los síntomas o al examen, generalmente se le hace a la mujer una tomografía computarizada del abdomen y la pelvis o una ecografía de la pelvis. En la tomografía computarizada, el proveedor de atención médica puede ver un tumor en los ovarios y tumores o más líquido dentro del abdomen, todo lo cual aumentaría la sospecha de cáncer de ovario. Por lo general, también se recurre a un examen de sangre, el CA 125, como ayuda para guiar a los proveedores de atención médica a establecer el diagnóstico de cáncer de ovario.

El diagnóstico de cáncer de ovario puede hacerse solamente a través del examen patológico de una biopsia tumoral o del tumor extirpado. El cáncer de ovario se clasifica según la etapa, la cual generalmente se determina durante la cirugía. En la etapa 1, el cáncer está confinado a los ovarios; en la etapa 2, el cáncer se extiende más allá de los ovarios, aunque todavía no sale de la pelvis; en la etapa 3, el cáncer de ovario se ha diseminado hacia el abdomen; y, en la etapa 4, el cáncer se ha diseminado hacia el hígado u otros órganos fuera del abdomen.

El cáncer de ovario es el cuarto más frecuente en mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Guatemala.

Lo usual es que se diagnostique el cáncer de ovario en una mujer cuando este se encuentra en la etapa 3. En ese punto, es complicado tratarlo; por ello, desafortunadamente, la enfermedad suele ser mortal y más de 14.000 mujeres mueren anualmente debido al cáncer de ovario.

Aunque no exista ningún examen de detección para el cáncer de ovario, en las mujeres con alto riesgo, el proveedor de atención médica posiblemente recomiende hacer algunos análisis para pillar rápido al cáncer de ovario. Dichos análisis incluyen una ecografía de la pelvis y un examen de sangre para detectar la proteína llamada CA 125, presente en la superficie de las células del cáncer de ovario.

Factores de riesgo

Los factores que posiblemente aumentan el riesgo de una mujer para cáncer de ovario son: tabaquismo, endometriosis, antecedentes familiares de cáncer de ovario, infertilidad, antecedentes de síndrome de ovario poliquístico, nunca haber estado embarazada y obesidad. Además, parece que las mujeres que empezaron a menstruar antes de los 12 años y quienes atravesaron por la menopausia antes de cumplir 52 también corren más riesgo. Igualmente, es posible que la edad desempeñe alguna función, porque el cáncer de ovario es más común entre los 50 y los 60 años de edad.

Una pequeña cantidad de casos de cáncer de ovario son producto de una mutación genética. Los genes sobre los que se conoce que aumentan el riesgo de cáncer de ovario se llaman genes 1 y 2 del cáncer de mama, o BRCA 1 y BRCA 2. Originalmente, esos genes fueron identificados en familias con múltiples casos de cáncer de mama, razón por las que se les asignó el nombre; sin embargo, las mujeres que tienen estas mutaciones también corren mayor riesgo para cáncer de ovario. Las mutaciones genéticas que causan el síndrome de Lynch, afección hereditaria que se relaciona con el cáncer de colon, también aumenta el riesgo de una mujer para cáncer de ovario.

Si le preocupa su riesgo de cáncer de ovario, consulte con el proveedor de atención médica, ya que ese profesional puede revisar con usted sus antecedentes tanto médicos como familiares para ver si efectivamente tiene alto riesgo y, en tal caso, ayudarla a decidir la mejor estrategia con la que proseguir.

Etiquetas: Cáncer de Ovario / Guatemala / Mayo Clinic / Mujeres

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