Un novedoso y moderno equipo médico logra inmovilizar por completo a pacientes que enfrentan severos tumores cerebrales y que para eliminarles esas lesiones, se requiere aplicar radioterapia con una precisión exacta.
El inmovilizador es tan preciso, que logra ubicar el punto exacto donde se encuentran las lesiones, acabarlas y no se comprometen órganos o tejidos sanos.
El dispositivo, único en Costa Rica, ya se utiliza con éxito en pacientes del Centro de Radioterapia Siglo XXI, como es el caso de Juan Juárez de 46 años de edad.
El extraño tumor de Juan estaba cerca de su nervio óptico derecho y tras varios análisis, diagnósticos e intervenciones, los médicos recomendaron el tratamiento con radioterapia con la ventaja de utilizar el nuevo inmovilizador.
“Me realizaron la primera máscara y como no creo en coincidencias tuve la oportunidad de recibir radioterapia con la nueva tecnología, es decir, me toco ser el paciente cero. Lo que me garantiza es precisión, que al fin de cuentas, es lo que andamos buscando porque la tumoración se ubica a tres milímetros del nervio óptico, entonces una radioterapia que no tuviera la precisión adecuada podía desembocar en la pérdida de vista del ojo derecho”, narró Juan.
El radio oncólogo del Centro de Radioterapia Siglo XXI, Hugo Recinos, explicó que la inmovilización, en el caso de Juan, fue completa.
“Implementamos un material parecido a lo que utilizan los dentistas pues debemos realizar una especie de prótesis dental para cada paciente, luego de eso, la cabeza de la persona es fijada a un marco y se logra extraer la prótesis al vacío”, explica el radio oncólogo Hugo Recinos.
Tratamientos con radiación de forma precisa
Este sistema de inmovilización se emplea para recibir tratamientos con radiación de forma precisa, en donde el margen de error no supere un milímetro; “lo ocupamos en tratamientos donde estén tejidos sanos alrededor de tumores, por ejemplo, tumores en la base del cráneo, tumores que están cerca de las vías ópticas, biomas de nervios ópticos y metástasis cerebrales pequeñas”, comentó Recinos.
Para el físico médico del Centro, Isaac Rojas, todos los procedimientos previos y durante el tratamiento son igual de importantes e indispensables para asegurar un éxito en el paciente y por ende el tratamiento.
“Todo es submílimétrico, es decir, abajo del milímetro en el posicionamiento del paciente, debajo de un milímetro en ubicar donde está la lesión y abajo del milímetro en la penumbra de la dosis, es decir, la cantidad de radiación que se le aplicará a la lesión”, mencionó Rojas.
En la parte de inmovilizar al paciente se puede tardar cerca de 30 a 45 minutos, sin embargo, en aplicar la dosis correcta y en el punto exacto, no se tarda más de 2 minutos.
Algo importante de destacar es que los tumores o lesiones a tratar deben ser menores a los tres centímetros y aunque sean lesiones múltiples pueden ser tratadas de forma independiente en varias sesiones.
Con este tipo de tratamientos también se tratan aneurismas, malformaciones arteriovenosas y enfermedades como la epilepsia y convulsiones.
El doctor Recinos, confirmó que en tratamientos como el que se le suministra a don Juan, se hará en 30 sesiones y usando el fijador, dado que el tumor está muy cerca de las vías ópticas y se requiere de una inmovilización perfecta.
Con este sistema se garantiza una alta seguridad en el tratamiento, se respetan los tejidos sanos en una forma completa. Además, queda en el olvido tratamientos dolorosos y traumáticos para los pacientes, pues antes los pacientes eran atornillados a marcos y tenían que dormírseles para colocares unas pequeñas estructuras metálicas que se sujetan con tornillos al cuerpo.
“Soy un bendecido”, afirma Juan Juárez
No creo en la coincidencias o las casualidades, esto sin duda es una bendición y se ha acomodado no solamente a mis circunstancias sino a mi mal, pues solo una persona de cada 10 millones en el mundo llegan a tener el tumor que yo tenía.
Me siento bendecido en haber sido el paciente número cero en Costa Rica, primero por la atención personalizada que recibí acá en la clínica y por supuesto porque se evitó un daño mayor en mi nervio óptico derecho.
Todo empezó con una pérdida de visión en el ojo derecho y tras una resonancia magnética me detectaron dos tumores primero y luego resultaron ser cuatro.
Me saqué la lotería con todo número y serie, mi tumor es una rara forma de cáncer que se origina detrás de la mucosa nasal. Con las primeras operaciones, el grupo de enfermeros le insistía a mi esposa que llamara al sacerdote, pero yo les decía que regresaba y efectivamente eso ocurrió luego de varias cirugías.
Hasta la fecha no me puedo quejar, pues este es tratamiento es efectivo y rápido.
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