1 junio, 2023

De la mamá de 55 a la mamá de 24

Redaccion septiembre 2, 2014

Por Karla Icaza, Vicepresidenta Ejecutiva de Gobierno Corporativo de Grupo Promerica

Aprovechando la celebración a las mamás de algunos países de Latinoamérica, me puse a reflexionar en los casi 31 años que tengo de serlo. ¡Son un montón de años!

Para los que no me conocen, quiero decirles que no soy la “madrecita del alma querida” de la canción que ponen todos los supermercados de mi país en el mes de la madre. ¿A qué me refiero?, pues si alguna vez han escuchado esa canción, la madrecita de la que hablan seguro es una mujer cariñosa, paciente, luchadora, “leona defensora” de sus crías, amorosa y dulce. Bueno, tal vez un par de las características mencionadas sí las tengo, pero habrá que preguntarles a mis tres retoños para corroborar.

Me convertí en mamá por primera vez a mis casi 24 años. Jovencita para los parámetros actuales, sin embargo, como dice mi esposo, nosotros éramos “niños viejos”, por todo lo que nos había tocado vivir en nuestro país: terremoto, guerra, cambios abruptos de gobiernos y migración, etc.

Karla Icaza, Vicepresidenta Ejecutiva de Gobierno Corporativo de Grupo Promerica.

Con mi primer hijo Alejandro tuve amenaza de aborto los primeros meses porque tenía un problema en la matriz y el médico me mandó reposo absoluto. Gracias a Dios a los cinco meses de embarazo, lo había superado y pude regresar a trabajar. He trabajado fuera de casa toda mi vida y cuando estaba embarazada, mi último día de trabajo era el día antes de dar a luz. O sea, nunca tomé los días previos a la fecha probable de parto que manda la ley, y regresaba a trabajar el día número 41 después del parto. Alejandro nació a los nueve meses, Andrés a los ocho y Sebastián a los siete y medio. Cuando me di cuenta de que estaba embarazada de Sebastián, estaba a la mitad del primer semestre de una maestría ejecutiva. Nunca estuvo claro el motivo por el cual se me adelantaron los partos, pero yo lo atribuyo al acelere de mi vida.

Ser mamá no es fácil. Ser mamá de tres varones…bueno, en otra oportunidad les contaré mis aventuras con ellos; pero hoy quería compartirles lo que la Karla, mamá de 55 años le diría a la Karla, mamá de 24:

No le des espacio a la culpa. En mi caso, por haber trabajado fuera de casa toda mi vida, por años me sentí culpable de no estar más presente en la vida de mis hijos; de no ir a todas las citas médicas y a todos los partidos de fútbol o de perderme los primeros pasitos de alguno de los tres. Lo importante es que el tiempo que tengas para ellos sea de calidad, y que les dejes saber que, aunque no siempre logres estar presente, no significa que los ames menos.

Colgá el látigo de Indiana Jones en el closet. Escogé las batallas, instruí a tus hijos, pero no seas Cruella De Vil todo el tiempo. Tus hijos nunca serán perfectos, pero como dice Efesios 6:4 “Ustedes padres, no exasperen a sus hijos, sino edúquenlos en disciplina y la instrucción del Señor”.

La comunicación es la clave. Que tus hijos sepan que siempre estarás para ellos. Que tu puerta esté abierta para que sean honestos sabiendo que, aunque hayan cometido errores y los confiesen, nunca los vas a condenar. Les harás ver las consecuencias y tu reacción será firme, pero con amor incondicional.

Los consejos anteriores hubieran sido buenos en su momento porque habría disfrutado más y hubiera “sufrido” menos, pero ahora que veo a mis retoños, a sus 30, 28 y 25 años, y la relación que tengo con ellos, le doy infinitas gracias a Dios por la oportunidad que me dio de ser mamá tres veces.

Acerca de
Últimas entradas

Redaccion

Vida y Éxito nació en diciembre del 2007 con el objetivo de convertirse en una publicación amena con temas de interés general para toda la familia.

Detrás de Vida y Éxito se encuentra un equipo de profesionales con reconocida trayectoria en el mundo empresarial y el periodístico.

Últimas entradas de Redaccion (ver todo)