• 4 diciembre, 2021

Ciudadana del mundo

Ciudadana del  mundo

La artista Karine Boulanger, nacida en Beirut, de padre francés y madre boliviana, afirma que esa mezcla de culturas, con toda la complejidad que implica, ha jugado un papel importante en su formación artística y en el desarrollo de su carrera.

Creció en un hogar donde el arte predominaba. Su padre francés era coleccionista, galerista y amante del arte; su madre boliviana, una reconocida artista plástica sudamericana, lo que le permitió, desde muy temprano, estar expuesta y tener acceso a diversas expresiones artísticas.

En su arte, más que comunicar un concepto, “el deseo y la intuición” guían su trabajo.

Karine Boulanger, Celeste sombra, ramo de palomas, óleo sobre lienzo con hoja de aluminio, 44,88 x 57,37 pulgadas (113,99 x 145,71 centímetros).

“Pierre Soulages, un gran pintor francés dice ‘es lo que hago que me va indicando lo que busco’. Coincido plenamente con él y considero la pintura como un camino a lo desconocido y a la aventura, de la misma manera, aceptando que esta aventura requiere un largo tiempo y mucha paciencia”, dice la artista.

En su trabajo, la observación de la naturaleza la ha llevado a establecer un lenguaje de metáforas, que utiliza como vocabulario artístico. Para ella, los árboles invernales le hablan de pertenencia, de identidad y de raíces, mientras que los girasoles maduros, por ejemplo, hacen referencia directa al inevitable paso del tiempo. “Espero que cada tema pueda llegar a la vivencia personal del que mira mi obra y que pueda sentir empatía y una identificación con cada cuadro”.

Para Boulanger, quien siempre ha tenido pasión por las técnicas tradicionales, el buen uso de los materiales y que ha practicado la pintura al óleo durante más de 30 años, la pintura de caballete es el medio artístico que le permite expresarse mejor.

Karine Boulanger, Recordando otra selva, otro jardín, otro paraíso, óleo sobre lienzo con hoja de aluminio, 44,88 x 57,37 pulgadas (113,99 x 145,71 centímetros).

“Hace cinco años, comencé a pintar con acuarela, descubriendo un nuevo universo. Con ella, puedo expresarme de manera más suelta y espontánea, mostrando un aspecto más íntimo en mi trabajo, casi como una ventana al inconsciente. Hoy día, me interesa crear nuevos puentes entre estas dos prácticas”.

Amplia experiencia

Karine Boulanger afirma que “la esencia de un artista, a un nivel muy íntimo, es la misma del comienzo al fin, lo que cambia es la vivencia y la experiencia”.

“En mis años de formación en la escuela de Bellas Artes en París, sentía el privilegio de tener acceso a las obras de los grandes maestros. Nuestra escuela quedaba frente al Louvre y nuestras visitas al museo eran casi cotidianas. Ese privilegio venía también acompañado de mucha presión y de expectativas muy altas. El mudarme a Australia ha transformado mi pintura, me ha permitido experimentar más y acercarme al color de manera más libre. Hoy, me permito introducir prácticas creativas mucho más variadas, usar collage, textiles y

Karine Boulanger, Paloma suspendida sobre el vértigo, óleo sobre lienzo con hoja de aluminio, 39,25 x 51,12 pulgadas (99,69 x 129,84 centímetros).

hacer ejercicios de color. El descubrir la pintura aborigen me ha llevado a interesarme en explorar el uso de pigmentos y acrílicos”.

La artista prefiere hablar de series, en lugar de colecciones, donde cada una de ellas corresponde, íntimamente, a un sentimiento o una vivencia. En su elaboración dedica entre uno o dos años.

“Empecé a trabajar sobre estas diferentes series, de manera continua, hace unos veinte años. La última serie ‘The Bushfires’ la inicié hace ocho años, después de mudarme a Australia”.

Actualmente, Boulanger ha trabajado en una serie de obras sobre paisajes de bosques australianos en papel acuarela, que presentará en España, en diciembre próximo. Esta serie de obras está compuesta por óleos con pan de cobre y de aluminio sobre lienzo.

Como parte de su futuro, Boulanger desea participar en proyectos colaborativos, como el que realizó con un grupo de mujeres bordadoras en la India, “lo cual fue una experiencia artística y humana muy enriquecedora que quisiera repetir”. Además, la artista quiere retomar temas que trabajó en sus primeros años como pintora, en Bolivia.

Karine Boulanger, Fragipanis, óleo sobre lienzo con hoja de aluminio, 39,25 x 39,25 pulgadas (99,69 x 99,69 centímetros).

“Mi camino, en la vida y en el trabajo incluyen siempre a la pintura como parte fundamental de mi existencia. Sin embargo, mi estancia en Bolivia me ha permitido explorar nuevas formas artísticas, como el telar con técnicas precolombinas y el bordado. Esta incorporación de nuevas técnicas, me permite establecer una mirada nueva y fresca sobre mi trabajo”.

Para referencia de las obras que ilustran este artículo y asesoría a su colección, contacte: The Americas Collection 4213 Ponce de León Blvd. Coral Gables, FL 33146 / (305) 446-5578 www.americascollection.com

Etiquetas: Arte / Karine Boulanger / The Americas Collection

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