El Día Mundial del Riñón, en el año 2016, busca hacer conciencia sobre la enfermedad renal en los niños. El lema de la campaña “¡Actúe temprano para prevenirla!”, resume las mejores armas para trabajar en contra de este padecimiento, las cuales son: la educación, detección temprana y el impulso de un estilo de vida saludable en los más pequeños.
1. Funcionamiento de los riñones
Los riñones actúan como filtros en el cuerpo humano, pues se encargan de eliminar toxinas y excesos de agua por medio de la orina.
Son vitales para mantener estables la presión arterial, el conteo de células rojas en sangre y la salud de los huesos. También, controlan el nivel de la acidez en la sangre.
Desempeñan su función en conjunto con la uretra y vejiga; encargados todos de producir y eliminar orina.
2. Enfermedad renal ¿en niños?
Esta enfermedad, tanto aguda como crónica, puede presentarse en niños por una diversidad de causas: desde condiciones tratables hasta otras que ponen en riesgo sus vidas.
Los niños que padecen enfermedad renal no solo sufren consecuencias físicas. Muchos de ellos podrían experimentar problemas para relacionarse, aprender e inclusive, concentrarse.
En líneas generales, se pueden mencionar siete causas de enfermedad renal en niños:
1. Defectos congénitos.
2. Enfermedades hereditarias: como la enfermedad renal poliquística.
3. Infecciones.
4. Síndrome nefrótico: una condición que presenta, entre otros síntomas, niveles altos de albúmina en orina; y de colesterol y grasa en sangre.
5. Enfermedades autoinmunes: como el lupus y la diabetes.
6. Traumas: quemaduras, deshidratación, golpes, cirugías y hemorragias.
7. Bloqueo o reflujo urinario: condición que se presenta principalmente en varones recién nacidos.
3. Diferenciar la lesión renal aguda (LRA) y enfermedad renal crónica (ERC)
Lesión renal aguda: En la LRA, el riñón pierde, repentinamente, su capacidad para funcionar bien. En casi todos los casos de LRA en niños, los pacientes pueden recuperarse aunque, algunas veces, deban someterse a diálisis.
Comúnmente, es causada por la pérdida repentina del flujo de oxígeno o sangre a los riñones, pero también por algunos medicamentos, infecciones y exposición a venenos.
Los síntomas aparecen, rápidamente, en horas o incluso días. Orinar poco o casi nada, pies y piernas hinchados; pérdida de apetito, náuseas y vómitos; confusión, sueño y ansiedad son algunas de las señales para vigilar.
Enfermedad renal crónica: En esta, el riñón pierde, poco a poco, la capacidad de funcionar. Más que un padecimiento como tal, la ERC implica etapas progresivas en las cuales el riñón no se desempeña correctamente.
Casi el 50% de los casos de ERC en niños es provocado por defectos congénitos en los riñones o la vejiga. La otra mitad lo adquiere por la presencia de diversas condiciones como el síndrome nefrótico.
Sus síntomas iniciales pueden confundirse con otras condiciones. Entre ellos, se pueden mencionar: fatiga, problemas para concentrarse, dormir o mantener sus piernas sin moverse; fiebre, malestar general, prurito o picazón que se da por acumulación de toxinas bajo la piel (tejido subcutáneo); y pérdida de apetito.
La ERC, actualmente, no tiene cura. Sin embargo, el manejo integral de todas las condiciones asociadas a la patología mejorará la calidad de vida del paciente y le permitirá ser un miembro activo de la sociedad.
4. Tratamiento
Un médico especialista (nefrólogo) deberá determinar no solo la condición presente en el riñón del niño sino también la etapa en la que se encuentra, para asignar un tratamiento. Entre otros, se deberán practicar exámenes físicos, de sangre, orina, biopsias (únicamente de ser necesarias) o de imágenes.
Como la enfermedad renal es tan amplia en manifestaciones, causas y síntomas, el tratamiento podría comprender una mezcla de medicamentos y/u hospitalización. En casos donde la función renal está severamente comprometida, la diálisis y el trasplante son las opciones más adecuadas. En el caso de pacientes con ERC, el manejo integral de la patología es sumamente importante para mejorar su calidad de vida (controles de nutrición, psicología, medicina y apoyo familiar).
Específicamente, los padres o cuidadores de niños con ERC deberán vigilar mucho la dieta del menor. Junto con el médico tratante, necesitarán determinar las cantidades adecuadas de proteínas, sodio, potasio, fósforo y líquidos que debe consumir. Con la guía de sus padres o cuidadores, los niños con ERC aprenden a vivir con su enfermedad, a pesar de los cambios radicales de estilo de vida que deberán llevar a cabo.
5. Cuidado de los riñones en niños
Los padres y cuidadores de niños saludables pueden prevenir algunas formas de enfermedad renal, al tomar simples medidas:
Asegúrese de que los niños mantengan una dieta saludable, con niveles adecuados de sodio, potasio y fósforo.
El ejercicio ayudará a que el niño no llegue a niveles de sobrepeso u obesidad. De esta manera, se prevendrá la diabetes: una de las condiciones que propicia la enfermedad renal.
Evite medicar, usted mismo, al niño. El consumo frecuente de algunos medicamentos de venta libre, como analgésicos (antiinflamatorios no esteroideos), pueden afectar los riñones.
Dele a los niños las cantidades adecuadas de líquidos (especialmente agua), que facilitarán la función de limpieza de los riñones.
Eduque a los niños acerca de los efectos nocivos del cigarrillo y las bebidas alcohólicas. Ambos, al ser consumidos en edades más adultas, son potenciales detonantes de enfermedad renal.
Ante síntomas como los mencionados en secciones anteriores, valore con su médico una afectación renal como posible causa y efectúe los exámenes necesarios para el debido diagnóstico.
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